Desde las usinas del poder vienen desplegando una intensa propaganda alrededor de los 40 años de democracia, los cuales deberíamos festejar. ¿Hay motivos para celebrar? Lo que falta, ¿son deudas de la democracia o son cuestiones que esta democracia no puede resolver? Distintas formas de represión se han manifestado durante cada gobierno de la democracia. Lejos de tratarse de instituciones ineficientes o corruptas, las fuerzas represivas del Estado son las encargadas de desarrollar una política de control, amedrentamiento, estigmatización y aplacamiento de la los reclamos obreros y populares. En esta nota presentamos el cuadro de situación al respecto.
En la presentación de su archivo de casos de asesinatos por parte de las fuerzas represivas, CORREPI arrojó que en 40 años de democracia, desde 1983 a 2022, las fuerzas garantes de la represión estatal perpetraron 8.701 asesinatos. Casi 9.000 personas fueron asesinadas por el aparato represivo del Estado desde el retorno de la democracia en diferentes circunstancias.
Estos datos ponen sobre la mesa la necesidad de discutir una política verdaderamente antirrepresiva. En la actualidad, cada 20 horas, una persona es asesinada por el aparato represivo del Estado. Sin ir más lejos, según el informe de la CORREPI, en 2022 hubo 436 muertes en manos de las fuerzas de “inseguridad”. De esos casos, “319 corresponden a muertes en cárceles y lugares de detención, 80 a fusilamientos por gatillo fácil y 20 a muertes en contextos intrafuerza e intrafamiliar. De esos 20 casos, 18 fueron femicidios y uno de los femicidios incluyó una desaparición.” (CORREPI).
Asimismo, sabemos que, en los barrios, nuestrxs pibes son perseguidxs y hostigadxs y que muchas veces es en las propias comisarías donde terminan asesinadxs por efectivos policiales. Mientras Tanto, el Estado quiere promover los fusilamientos por la espalda, el uso de armas taser o la baja de imputabilidad de niñes y jóvenes.
A 40 años de la vuelta a la democracia, resulta urgente que luchemos con las banderas de lxs 30.400 detenidxs, desaparecidxs y asesinadxs por la dictadura militar para acabar ya con este régimen opresor y represor.
A 40 AÑOS, DEFENDEMOS LA LUCHA DE LA CLASE TRABAJADORA
Tras 40 años del retorno a la democracia, nos posicionamos a favor de aquellas conquistas democráticas que logramos con la lucha a lo largo de la historia. Pero la defensa de las libertades democráticas nada tiene que ver con bancar el régimen democrático burgués que empobrece a las mayorías, nos asesina en los barrios, en los lugares de trabajo, o por género.
Porque es la burguesía nacional e internacional la que está en favor de continuar oprimiendo y explotando al pueblo trabajador, esta democracia de empresarixs y patrones constituye un sistema depredador que no pude darle ningún tipo de respuesta a las necesidades más imperiosas de la clase trabajadora en su conjunto: ni un salario digno, ni educación, ni salud, ni el derecho a la vivienda, ni condiciones laborales seguras, ni espacios donde resguardarse de la violencia machista, capitalista y patriarcal, permitiendo así que la riqueza se concentre más y más y dándole impunidad total a los represores de ayer y de hoy.
Ante la maquinaria de muerte que esta democracia de ricos significa para lxs trabajadorxs, nuestra conclusión es tajante. Esta democracia capitalista y patriarcal es incapaz de ir contra sí misma, es decir contra los pilares fundamentales en los que se apoya para ejercer su dominio de clase sea por medio de la represión, sacrificando sangre obrera a diario, o cometiendo femicidios. Hoy más que nunca es claro que tenemos que hacer la revolución, única garantía para caminar hacia una verdadera democracia, el socialismo, y alcanzar una vida digna.
