Devaluar sin devaluar: O cómo hacer lo que sea para los amigos del Fondo

La crisis de reservas sigue empujando la dinámica inflacionaria, En el marco de la crisis económica que atraviesa el país, las medidas que impulsa el FMI y que el Gobierno de Cristina y Massa imponen profundizan la transferencia de recursos a los grupos concentrados a costa del castigo al salario.

Desdoblamiento cambiario

El domingo pasado, Sergio Massa anunció una serie de medidas económicas para aumentar la recaudación fiscal en el marco de las negociaciones con el FMI para poder pagar los u$s 2640 que suman los vencimientos del corriente mes de julio.

Básicamente, las medidas se resumen en: 1) la equiparación de dólar solidario o ahorro con el del dólar tarjeta/turista salta de $466  a casi $498; 2) la suba del impuesto PAIS en distintos porcentajes (que van del 7,5% al 25%) para la importación de bienes y servicios; y 3) un tipo de cambio diferenciado de $340 para exportadores de granos y economías regionales.

Se trata de una devaluación encubierta o ‘devaluación fiscal’, o sea una forma de devaluar sin devaluar de hecho, aplicando impuestos sobre otros tipos de dólar para garantizar la recaudación. Lo que queda bien claro es que el paquete anunciado tiene como objetivo contener la crisis de reservas como se pueda en el marco de la carrera electoral a las PASO. Este objetivo se cumple a costa del bolsillo de les trabajadores ya que esta serie de medidas tenderán a trasladar el aumento de los costos a los precios, lo que significa más inflación.

Las medidas, una por una

La unificación del dólar solidario al dólar tarjeta implica la cancelación de la exención del impuesto país y la retención por ganancias que si paga el dólar tarjeta. Esto afecta aproximadamente a 1 millón de personas ya que muchas se habían quedado fuera del beneficio previamente por haber solicitado el subsidio energético, por ejemplo. 

El dólar para importar servicios sube un 25%, que de $270 en precio mayorista oficial pasa a valer casi  $340, afectando a servicios de contratación de software, por ejemplo. Pero lo que más impacto va a tener es la suba del dólar para importar bienes, que de $270 se va a $290 ya que las empresas que importen van a trasladar ese casi 8% de aumento a los precios para cubrirse de futuras devaluaciones. Pasando en limpio: cualquier cosa que tenga componentes importados, un electrodoméstico por ejemplo, subirá casi automáticamente entre un 8% y un 10% porque los importadores trasladarán el impuesto al dólar al precio final del producto. Si bien hay ciertos productos importados exceptuados (bienes de la canasta básica, combustibles y medicamentos) no podemos dejar de mencionar que también se le aplicará el aumento del impuesto PAIS a los fletes, lo que se traducirá también en un encarecimiento del precio de los productos. 

Por último, el dólar exportador sube de $300 a $340, lo que significa que quienes exporten granos, incluído el maíz, o productos regionales, van a cobrar por cada dólar que le paguen afuera $340 en vez de $300, lo que por supuesto desalienta la venta al mercado interno salvo que, obviamente suban los precios. Esto también tiene un efecto cascada ya que el maíz, por ejemplo es utilizado como alimento para aves de corral y cerdos. Si aumenta su precio, la consecuencia directa es la suba del precio de la carne de pollo y de cerdo, lo que impacta directamente en la mesa de les trabajadores.

Entendemos que todas estas medidas son un intento de demostración de solvencia al FMI para que destrabe un nuevo desembolso de dólares para poder realizar los pagos… al propio FMI. Massa especulaba con que le iban a adelantar los 10,000 millones de dólares que el fondo tenía previsto desembolsar de acá hasta fin de año para cubrir cada uno de los vencimientos del crédito original que contrajo Macri y renovó el gobierno de Cristina y Alberto. Como el FMI pone al gobierno contra las cuerdas al negarle los fondos, para evitar una corrida cambiaria, Massa aplicó esta devaluación fiscal para poder conseguir algunos miles de millones de dólares para el banco central, que van a ser siempre escasos mientras se siga pagando la deuda al FMI. 

Para salir del bucle ajustador que proponen al unísono las fuerzas políticas patronales es necesario desarrollar la movilización obrera y popular con un programa que parta del desconocimiento del acuerdo con el FMI y del repudio de la deuda externa. Esto debe estar ligado a la estatización del comercio exterior y el control de ese comercio por parte de la clase trabajadora.

PRC, 26/07/23.

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