Histórica marcha universitaria

El 23 de abril tuvo lugar una histórica movilización en defensa de las universidades y la educación pública, como respuesta al ajuste presupuestario que impulsa el gobierno de Milei. Como nunca ocurrió, todos los claustros y sectores de la comunidad educativa confluyeron en el reclamo. Y vivimos así la quinta movilización de masas en cinco meses de gobierno.

“Con los huesos del peluca…”

En términos cuantitativos la movilización fue histórica. Imposible de calcular con exactitud, pero todas las estimaciones sensatas hablan de aproximadamente un millón de personas solamente en  CABA, mucho más si tenemos en cuenta las provincias. La consigna de defensa de la universidad pública logró unificar y movilizar una oposición a los valores del gobierno. Propio de una torpeza que venimos subrayando, Milei y  su pandilla eligieron recortar presupuesto y atacar la credibilidad de las universidades, decir que allí se adoctrina, que solo se lee marxismo, entre otras tantas idioteces insostenibles para cualquiera que alguna vez haya pisado alguna institución de educación superior pública. El gobierno se dió así un tiro en el pie, unificando de manera transversal amplios sectores sociales y políticos que apoyaron la marcha. Desconocer que en este país la defensa de la universidad pública tiene una tradición enorme de lucha es negar la historia. Y es desatar un movimiento frente al cual el gobierno volvió a mostrarse débil: ya cuando era evidente que la marcha sería masiva, tuvo que largar plata para cubrir el funcionamiento universitario. Torpeza y estupidez propia de quien vive en el microclima de twitter.

Quizás el fenómeno más novedoso y sintomático fueron las grandes movilizaciones que se desarrollaron en muchas provincias. Sobre todo en aquellas en donde La Libertad Avanza había ganado con gran margen el ballotaje como en Córdoba, Mendoza, Santa Fe, Entre Ríos, Neuquén, Río Negro, San Luis y Corrientes. Es decir, no solo atacar a la universidad pública tocó un nervio muy sentido por una enorme porción de la población nacional, sino que incluso una parte de la base electoral de Milei tuvo una reacción de decir “hasta acá”, “esto no”. Reacción que ocurre a solo 4 meses de haber asumido.

“Qué cagazo… obreros y estudiantes, como en el Cordobazo”

Cualitativamente, la marcha también fue histórica por la confluencia de los sectores que el martes salimos a la calle. No solamente se vio la reactivación del movimiento estudiantil, que ya en la previa realizó marchas, vigilias y asambleas, sino que movieron masivamente el gremio no docente y lxs docentes universitarios. La nota de color la dieron algunas Universidades del conurbano, con poca tradición de movilización, pero que en esta oportunidad salieron con nutridas columnas de estudiantes, docentes, graduados e incluso familias y vecinxs.

Decir estudiantes es decir juventud. Lxs analistas de la prensa burguesa describen a la juventud como asqueada de la política tradicional, consumista de redes, superficial y de derecha. Sobre ese perfil, dicen, se desarrollaría la base social que apoyó al fenómeno neofascista de Milei. Aún cuando este aspecto de la realidad tenga elementos ciertos, se omite por ejemplo que esa misma juventud está atravesada por una sensibilidad hacia la problemática ambiental y que es fuerte impulsora de los movimientos ecologistas. Del mismo modo, no se puede explicar la “marea verde” feminista de los últimos años sin el factor juvenil, en donde cientos de miles de pibxs hicieron una importante experiencia política de lucha. Este 23A verificó un elemento que puede ser importante para el movimiento de lucha en el futuro inmediato: no fue por motivos reaccionarios o neofascistas que la juventud salió masivamente a las calles a lo largo y ancho del país. Al contrario, fue un reflejo progresivo, de defensa de derechos conquistados por el pueblo trabajador, como lo es el acceso a la educación superior pública y gratuita. Veremos si se trata de un genuino despertar del movimiento estudiantil como tal, que, aún con gran tradición en Argentina, viene de años de quietud fruto del golpe subjetivo que significó la pandemia y de direcciones políticas y gremiales peronistas y radicales, que llamaron sistemáticamente a la desmovilización y al mero electoralismo. 

Dato no menor fueron las enormes columnas de docentes de escuela. Muchas seccionales del Suteba, pese a la convocatoria tardía, retaceando permisos gremiales y sin paro que largó la Celeste de Baradel, se movilizaron masivamente desbordando a la conducción. También allí se verificó el consenso que tiene la defensa de la educación universitaria, ya sea porque miles de docentes son egresadxs de ellas, o porque hay miembros de la familia que asisten e, incluso, porque en los sectores populares la universidad sigue siendo la posibilidad más o menos concreta de ascenso social.

Por su parte, el apoyo de la CGT muestra también la presión y el consenso que logró esta acción de protesta, así como otros sectores del movimiento obrero que apoyaron públicamente con declaraciones y en la calle, encontrandose con el movimiento estudiantil al grito de Universidad de lxs trabajadores y al que no le gusta se jode. 

Esta unidad que se manifestó de hecho, tiene un enorme potencial si se desarrolla, como lo demuestran la historia en el mundo y en nuestro país. La unidad obrero-estudiantil es una perspectiva que debemos promover. No solo por tener intereses en común, sino por la enorme fuerza política que contiene poner en la calle un programa político de oposición al gobierno y a los intereses patronales que contenga las aspiraciones de los distintos sectores en lucha.

“Con esto solo no va a alcanzar”

Como vimos con los cacerolazos del 20 de diciembre, en la movilización de la CGT a Tribunales, en el paro general de 24 de enero, el 8 de marzo o el 24, poco a poco se va constituyendo una oposición política en términos de masas. Algunos de esos elementos parecen colarse por la fuerza en la burbuja twittera. Lo concreto: el gobierno no logró aprobar la Ley ómnibus aunque ahora a pedido de todos los grandes capitalistas vuelva a la carga. El DNU sigue vigente gracias a maniobras parlamentarias pero con varios apartados judicializados. El amague de discutir la ley del aborto quedó solo en eso. Y ahora sufrieron una derrota cuando quisieron avanzar sobre la universidad.

La vea el gobierno o no, la realidad es que está en una situación de debilidad. El gobierno sintió el golpe y tomó como interlocutor al Consejo Interuniversitario Nacional, espacio que reúne a todos los rectores y que es muchísimo más permeable a la rosca y el intercambio de dádivas; por otro lado, ya a mitad de la marcha acreditó casualmente el saldo Sube para el boleto estudiantil que debía desde Diciembre, e incluso la crisis en el ministerio de Pettovelo es un coletazo de la crisis “por arriba” que se profundiza. Así y todo, el gobierno se sostiene por un sector de la población que a cuatro meses de haber asumido lógicamente mantiene ilusiones. Se sostiene porque los capitales más concentrados ven en este gobierno la posibilidad de modificar estructuralmente las condiciones para extraer plusvalía. Se sostiene porque los grandes medios se hacen eco del humo que levanta la espectacularización de la política y tapan las cuestiones de fondo. Se sostiene porque la dirigencia peronista, que incide en el movimiento de masas (sindical, de los movimientos sociales, estudiantil, feminista, etc.) está a la espera de que el propio gobierno se desmorone y pueda pegar el zarpazo electoral. Se sostiene porque, pese a que el movimiento de masas se va desarrollando, la crisis social generalizada (que lleva bastante más de cuatro meses) sigue generando desánimo ante el avance del empeoramiento de las condiciones de vida.

Es por eso que esta histórica marcha debe convertirse en un puntapié o un salto de calidad (y cantidad) para la organización obrera y popular. La falta de quorum para tratar el presupuesto universitario muestra que esta democracia de representativa tiene poco. Y tenemos que saber que en todos los partidos mayoritarios hay sectores que juegan a marchar, que agitan en medios, pero luego negocian. O callan. O dejan pasar. O no convocan a continuar y profundizar la lucha. Por eso, como dice una vieja consigna, solo el pueblo salvará al pueblo. Porque este gobierno neofascista y ultraliberal, pese a su zigzagueo, no pareciera querer cambiar el rumbo de “motosierra”. Y entonces será necesario el desarrollo de la organización en centros de estudiantes y sindicatos y barrios, por abajo, con asambleas en cada lugar de estudio y trabajo, para discutir un plan de lucha efectivo, que pueda darle continuidad al movimiento desatado. Los partidos del régimen y las burocracias pueden esperar y ver cómo salen bien parados políticamente de la crisis. Nosotrxs no. Cada día es un día mas que no nos alcanza para vivir y avanzan contra nuestros derechos. En este camino, sigamos expresando y organizando el descontento y la bronca. Tanto el 1° de Mayo como el paro general del 9 deben convertirse en nuevas jornadas masivas de protesta.

Desde el PRC sostenemos que una salida socialista para las universidades, pública, gratuita, científica, crítica, sin las camarillas de radicales y peronistas, que produzca un conocimiento para la emancipación social y no para la producción de ganancia capitalista, también implica repensar una educación pública en todo los niveles, no sólo en términos de presupuesto (que por supuesto es fundamental para mejorar la calidad) sino en la formación integral.

PRC, 26/04/2024.

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