La rosca, el toma y daca, y sobre todo el acuerdo de los partidos patronales con el ajuste, la reforma laboral y previsional es lo que primó en esa cueva de ladrones que es el congreso de la nación.
La UCR, el Bloque de Pichetto (peronista desde siempre, adalid de Cristina en el senado), el Bloque del Pro y obviamente el bloque de La Libertad Avanza votaron a favor de esta ley de desguace del país, de entrega de recursos nacionales y de empresas estatales a los negocios más turbios de una burguesía que apoya con fuerza el rumbo de este gobierno hambreador.
Mientras la Franja Morada incentivaba la marcha universitaria la semana pasada, los diputados de la UCR votaron esta ley de agresión total a la clase trabajadora y el pueblo.
Mientras los diputados de Unión por la Patria votan en contra en el parlamento, los cientos de sindicatos y movimientos sociales que dirige el peronismo no convocan a movilizar contra la ley para evitar su sanción.
Los alcances de esta ley son muy graves para el conjunto de la clase trabajadora, y tienen como objetivo abrir una serie de negociados a las patronales más concentradas para que acumulen ganancias rápidas sin grandes inversiones, a costa del expolio de recursos naturales, empresas estatales y de una mayor explotación de la mano de obra.
Ya no hay tiempo para seguir jugando a los discursos. Los sindicatos deben plantearse la defensa de los derechos de la clase trabajadora, así lo inició Aceiteros con un paro por tiempo indeterminado y eso marca un camino. El paro de la CATT (todos los sindicatos de transporte) para el lunes también es importante, aunque debería haber ocurrido cuando iniciaba el tratamiento de la ley.
La CGT y la CTA
La discontinuidad de las medidas de lucha, los actos sin medidas de fuerza vienen caracterizando la estrategia general de la burocracia sindical peronista. En los hechos juegan a favor del gobierno al no desarrollar un fuerte movimiento de lucha del conjunto de la clase trabajadora.
El acto del 1° de mayo es un ejemplo de ello. Se convocó a escuchar discursos pero no se buscó realizar una verdadera demostración de fuerzas. Ese acto luego de la media sanción de la ley debería haberse convertido en una asamblea popular que vote un verdadero plan de lucha para enfrentar y derrotar al gobierno de Milei. Con este planteo es que nos movilizamos al “acto” cegetista, para agitar en esas columnas de obrerxs que se movilizaron hoy.
El paro general del 9 de mayo, también tardío, tenemos que impulsarlo con fuerza, agitar por una verdadera demostración de fuerzas de la clase, exigir la continuidad.
Es plan de lucha debe desarrollarse con toda la fuerza de la clase trabajadora antes de que la ley llegue al senado y tiene que plantearse objetivos concretos como la derogación del DNU 70/23, el fin del protocolo represivo de Bullrich y el aumento inmediato de todos los salarios para que el salario inicial de cualquier actividad sea igual a la canasta familiar.
El ministro de Economía Caputo se nos ríe en la cara con sus amigotes de las patronales en la fundación mediterránea, diciendo que “la sociedad está aguantando, aprovechemos” o que la reforma laboral es muy beneficiosa para las patronales. No podemos seguir dejando pasar todo esto.
La izquierda en la coyuntura actual
Las fuerzas que bregamos por una revolución socialista debemos unir nuestras fuerzas para tener mayor capacidad de incidencia con objetivos comunes.
En términos generales estamos de acuerdo en que los sindicatos deben ingresar a una dinámica de lucha contra este gobierno. Pero el problema es cómo llevar adelante dicha política. El arco de posiciones oscila desde la recuperación sindical, ganando asambleas y cuerpos de delegades, hasta quienes consideran que se debe intervenir desde fuera, sea con las asambleas populares o con las autoconvocatorias.
Aún con estas diferencias deberíamos poder desarrollar campañas de agitación común que lleguen a la clase trabajadora mostrando una voz que dice algo diferente, algo totalmente diferente, y no es sólo la defensa de lo que ya existe (los derechos conquistados, que los seguiremos defendiendo) sino que nos planteamos que el problema es el capitalismo y las patronales.
La crisis actual está generada por la propia dinámica de acumulación capitalista y la única forma de salir de esta crisis para la clase trabajadora es planteando una lucha frontal contra el capitalismo. Esto no sale por generación espontánea ni por declamaciones. Requiere del trabajo militante en todos los frentes, de la organización sindical, popular y política.
Desde nuestro punto vista, no es desde fuera que se incentiva el movimiento, no es desde el exterior que se convence a los sectores que aún hoy siguen confiando en las direcciones traidoras que están entregando nuestros derechos, sino desde la disputa con nuestras consignas en las movilizaciones, actos y medidas de fuerza cuando las convocan. Es necesario hacernos oir con el conjunto de la clase trabajadora organizada en sindicatos y movimientos sociales. Cuando no convocan y tenemos fuerzas también nos hacemos oir marcando medidas de fuerza propias que abren el debate sobre lo que se podría hacer. Ese rol jugó el Bloque piquetero el año pasado, ese rol jugó la Multicolor de SUTEBA el año pasado. Aún el clasismo no tiene la fuerza necesaria para llevar adelante medidas generales que puedan correr el eje para el conjunto. Hoy el paro de Aceiteros juega un poco ese papel, por eso la importancia de difundirlo y ponerlo como contraste contra la traidora dirección de la CGT.
La ley todavía no se sancionó completamente. Falta aún el tratamiento en el senado. Debemos preparar todas nuestras fuerzas para que les sea invivible este país a quienes se aprestan a dejarla pasar.
PRC, 02/05/2024.

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