OFENSIVA PATRONAL EN LA CRISIS: La aprobación de la Ley Bases y el paquete fiscal.

El triunfo parlamentario del gobierno de Milei es consecuencia del profundo acuerdo que tienen las patronales con los ejes centrales que estructuran la reforma anti obrera que impulsó el gobierno.

La reforma laboral implica para las patronales disminución de costos y multas mientras para les trabajadores trae pérdida de derechos, mayor exposición a la arbitrariedad patronal y ataque a las condiciones de trabajo y de vida, así como de organización sindical.

El RIGI permite el ingreso de capitales con beneficios en términos tributarios y de condiciones de explotación de nuestros recursos naturales. 

El blanqueo habilita a los héroes de Milei, los fugadores financieros seriales, a declarar capitales sin tributación.

Las privatizaciones, por su parte, habilita que las burguesías nacionales o extranjeras aprovechen la acumulación realizada desde empresas estatales para llevar adelante negocios sin inversión.

Las facultades delegadas garantizan que el gobierno de Milei pueda seguir su política sin tener que pasar por el congreso.

Por otro lado, la imposición de la cuarta categoría afecta nuevamente a les trabajadores de salarios más altos mientras se les rebaja a los ricos el impuesto a los bienes personales.

Todo esto junto es por sí solo ilustrativo del contenido de clase de la reforma y del gobierno, pero también de los intereses que defienden todos los diputados y senadores que colaboraron con el gobierno para que esta ley salga aprobada.

Este reordenamiento jurídico regresivo en favor de las patronales, y por sobre todo de los capitales más concentrados, tiene como objetivo fortalecer la relación de fuerzas de lxs patrones, de ahí el apoyo de las cámaras empresariales y los grandes capitalistas nacionales.

Represión y recesión

La política económica de Milei es fuertemente recesiva, y está dejando un tendal de despidos, tanto en el estado como en el sector privado. La licuación de los salarios por la devaluación dejó el poder adquisitivo en la ruina y aumentó la desigualdad social en Argentina, con un significativo aumento de la indigencia.

En este contexto, la represión se ha vuelto una obsesión del gobierno. La combinación de persecusión judicial y mediática, como en el caso del movimiento piquetero; la represión del 12 de junio y la actuación del fiscal macrista Stornelli armando una causa netamente política para encarcelar compañeres; los operativos de saturación de fuerzas represivas impulsada por Bullrich, la responsable de la desaparición seguida de muerte de Santiago Maldonado y el asesinato de Rafa Nahuel; completan el escenario represivo, buscando forzar un retraimiento del movimiento popular a través del miedo.

Es que semejante ataque a la clase obrera y el pueblo no tiene perspectiva, por eso solo se puede garantizar con el control policial de la situación. Por eso el amedrentamiento permanente a la movilización popular.

Los anuncios de Caputo y Bausili

En la semana de la aprobación de la Ley bases y el paquete fiscal, el ministro de economía Caputo y el presidente del Banco Central, Bausilli, anunciaron una nueva fase del programa de ajuste que están llevando adelante.

El anuncio básicamente consiste en emitir un nuevo bono de deuda por parte del Estado para absorber la deuda del Banco Central y de esa manera poder dejar de emitir moneda. Este traspaso de deuda hacia el Estado sigue abultando la porción del presupuesto que se debe dedicar al pago de intereses. En este marco de cero emisión y cero déficit, el anuncio no puede ser leído de otra forma que como un nuevo recorte en el presupuesto estatal para pagar deuda.

Esta fase del programa va implicar necesariamente la continuidad del ajuste y la recesión, empujando la crisis actual a una nueva tormenta. Las discusiones de fondo que están dando las patronales y el FMI son en relación al cepo cambiario, la posibilidad de una nueva devaluación y los magros resultados en relación a las reservas en dólares. La resolución que proponen las patronales sobre estos puntos pueden profundizar aún más la crisis económica.

Mientras todo pasa… dónde está la CGT?

El comportamiento de las direcciones peronistas está pavimentando el avance del programa económico y político de Milei. El bochorno máximo fue el del sector de Pablo Moyano que decidió no ir a la plaza de Congreso el 12 de junio. Ni hablar de que no han llamado a medidas de fuerza contundentes ante el tratamiento de la ley bases, y discontinuaron las primeras medidas de paro general tomadas en enero y mayo.

El otro sector de la CGT directamente está pactando la reforma laboral con el gobierno y van a llevarla hacia los convenios de sus sectores.

La CTA de los trabajadores tampoco convocó a medidas de fuerza, aun teniendo ascendencia sobre dos sectores fuertemente atacados por el gobierno: les trabajadores estatales que enfrentan miles de despidos y una nueva ola de vencimiento de contratos que pueden resultar en 50.000 despidos más; y el sector docente que arrancó el año con la quita del 10% de su sueldo a través del robo del FONID por parte de Milei. La moderación y tibieza de este sector no es más que la otra cara de la complicidad con el avance del gobierno.

El rol de la burocracia sindical en este contexto está siendo profundamente regresivo, por eso es necesaria la lucha por la recuperación de nuestras herramientas sindicales y la agitación para desbordar a esas conducciones.

Desde los sectores revolucionarios, clasistas y democráticos debemos impulsar la organización de base con la perspectiva de propiciar el desborde a la conciliación que impulsan las direcciones peronistas de los sindicatos.

PRC 05/07/2024.

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