El pasado viernes 14 de febrero el presidente Milei promovió en su cuenta de X la venta de una memecoin, $Libra, que había sido puesta en oferta minutos antes de que el mandatario argentino twittee. Como era de prever, luego de semejante recomendación miles de personas se volcaron a invertir generando que el valor de la criptomoneda suba rápidamente. Pocas horas más tarde, quienes habían puesto a la venta este “proyecto” se habían quedado con cerca del 85% de los activos del mismo, de manera que cuando vieron que se había acumulado suficiente capital retiraron la liquidez (el “rug pull” o “tirar de la alfombra”) quedándose entre 70 y 100 millones de dólares y haciendo que el valor de la cripto se desplome. En pocas horas la estafa fue consumada y el escándalo desatado.

No es objeto de esta nota analizar el detalle técnico de las cuestiones ligadas al mundo cripto y cómo es posible una maniobra de este estilo. Sino abordar otra cuestión que quedó al descubierto con este escándalo de escala mundial, esto es: la profundidad de la crisis de representación que sacude a la situación nacional. Porque si un proyecto neofascista como el que representa La Libertad Avanza y Milei son expresión del desencanto con la “política tradicional” y “los políticos de siempre”, lo que comúnmente ellxs mismxs denominan “la casta”, con la criptoestafa y los hechos que le siguieron, se demuestra con total claridad que se diferencian mucho menos de lo que parece. El común denominador es que los políticos capitalistas sólo tienen interés en mantenerse en el poder y garantizar buenos negocios para ellos y sus amigos, sin importar demasiado cuánto se degrade la legitimidad que poseen. Esto que decimos no es simple tribuneo. Veamos.
Amigos del poder: los medios hegemónicos
Cuando pensábamos que el escándalo en el que se había metido solito el “ponzidente” -nombre surgido del aluvión de chistes y memes que inspiró la situación- no podía escalar más alto, el “periodista” Jonatan Viale tuvo la entrevista exclusiva con Milei por TN en la noche del lunes 17. Allí supuestamente el presidente daría las explicaciones del caso y, sin embargo, no hizo más que hundirse. Primero queriendo diferenciar entre “difundir” y “promover”, como si publicando y fijando un twitt en su propia cuenta con el token que funcionaba como contrato para comprar el memecoin $Libra no alentara a sus cientos de miles de seguidores a invertir allí. Luego cuando sostuvo que había hecho ese posteo como “ciudadano” y no como presidente, a lo que el propio obsecuente Viale no tuvo más remedio que tirar “pero vos sos el presidente…”. Por supuesto, la entrevista no tuvo repreguntas y aún en la corta capacidad de oratoria de Milei, se las rebuscó para ser todo lo más cómoda posible, incluso cuando en varios momentos se dedicaron a acusar de ladrones a la oposición en general y al kirchnerismo en particular intentando burdamente de hablar de otra cosa, sin decir nada sobre los empresarios cripto como Julian Peh o Hayden Davis, ni de los intermediarios que los vincularon con él como Mauricio Novelli.
Pero el climax de la noche estuvo un rato más tarde cuando el periodista Ariel Lijalad publicó en su cuenta de twitter un video que mostraba a Santiago Caputo, mano derecha de Milei, interrumpiendo la entrevista para orientar alguna respuesta del presidente mientras Viale sonreía incómodo y admitía “sí me di cuenta, eso puede traer quilombo judicial”. Por supuesto, ese fragmento (¿y cuántos otros?) no fue visto por los miles de televidentes en vivo. El escándalo entonces daba un salto: a la presunción que hace años tiene cualquiera de que el grueso de lxs periodistas en realidad son operadores de alguna fracción burguesa -la “grieta” misma es un invento periodístico-, en donde menos importan los datos, la investigación, mostrar lo que no es accesible a las personas de a pié, y todo se basa en atacar al adversario político de turno a fuerza de pompa discursiva, coordinación con los servicios de inteligencia y filtraciones de dudosa procedencia ética. Ahora eso queda totalmente al desnudo. El presidente y su equipo digitando con las cámaras encendidas qué se puede preguntar y qué no; la construcción abierta y descarada de un relato ficcional a pedido del poder, mintiendo al televidente. Una farsa de punta a punta.
¿Quién filtró este video? ¿Por qué lo hizo? ¿Le soltaron la mano al “presiduende”? ¿Qué se estaba cobrando Magneto y Clarín? ¿Fue un error producto de la precarización que sufren lxs trabajadores técnicxs de televisión? Difícil saberlo. Y en el fondo, no es tan importante como sí lo es que la crisis de representación que se vive en Argentina es ya de tamaños colosales. Si el bloque de poder (empresas, medios, políticos) necesitan de semejantes maniobras, tan escandalosas como burdas, o lo que es peor, se sienten con la impunidad como para robar a cielo abierto sin despeinarse, es porque la propia institucionalidad burguesa está totalmente putrefacta. En el fondo, con razón o sin ella, creen que el poder los salva y los blinda, que son intocables, aún si pierden toda credibilidad por parte de lxs ciudadanxs/votantes. La putrefacción es tal, que si no hay una fuerza política que verdaderamente se les oponga en toda la línea, creen que la grieta pondrá las cosas en “orden” cuando vengan las próximas elecciones. El periodismo, los medios masivos de comunicación -propiedad de un puñado de empresarios-, se ubican como articuladores de la farsa, fundamentales para ocultarla o tergiversarla, sabiendo el poder que tienen para que la jugada sea eficaz.
Entre fantasmas no se pisan las sábanas
Al capítulo del mamarracho mediático, se le sumó el de la casta. Para sorpresa de nadie, el senado volvió a ser cómplice de la impunidad. La sesión de dicha cámara el jueves 20 votó en contra de crear una comisión que investigue la situación de Javier Milei y la acusación de estafa. El peronismo planteaba lograr las mayorías necesarias para el juicio político. Pero cuando era evidente que no juntaría los votos, se volcó a bancar la propuesta de la comisión. Para que dicha comisión se conforme eran necesarios dos tercios, proporción que no se alcanzó por un voto: hubo 47 afirmativos, 23 negativos y 6 abstenciones. La maniobra incluyó: que el mismo senador Eduardo Vischi -UCR- que propuso el proyecto vote luego en contra; que Víctor Zimmerman, también UCR, vote en contra cuando en la previa todo indicaba que lo haría afirmativamente. Entonces lo evidente, el Gobierno logró pactar con los gobernadores radicales, Maximiliano Pullaro de Santa Fe, Gustavo Valdés de Corrientes, Alfredo Cornejo de Mendoza y Leandro Zdero de Chaco, que ordenaron a los legisladores que les responden que bloquearan la investigación.
El senado y la cámara de diputados ya han desnudado su corrupción. El caso Kueider muestra cómo las “convicciones” de los políticos están a tiro de billetera. La UCR y el PJ se alternan para garantizar que Milei siga gobernando y aprobando leyes.
La casta judicial
Las denuncias contra Milei se multiplicaron en Argentina y en EE.UU. En Argentina la causa quedó a manos de Servini De Cubría, jueza federal veterana, que entre otras cosas fue parte del operativo de criminalización y judicialización de la protesta en la represión de junio de 2024. En esa ocasión rápidamente dispuso la prisión federal para manifestantes bajo acusaciones inventadas por el gobierno, Clarín y el fiscal Stornelli. Hoy, con una causa que involucra posibles delitos del presidente cometidos a la vista de todos, no se llevaron adelante medidas de prueba en toda una semana.
El sábado 22 se supo que, a partir de una denuncia de Grabois, el fiscal federal imputó a Milei (también a Hayden Davis, Julian Peh, Mauricio Novelli, entre otros) en un expediente analiza posibles delitos por abuso de autoridad, tráfico de influencias, estafa y cohecho. Pero por supuesto que en lo concreto no ha sucedido mucho. Incluso el presidente viajó nuevamente a EE.UU. a una cumbre ultraderechista encabezada por Trump y Elon Musk.
Blindado por los grandes poderes, no pareciera que este caso vaya a romper la nefasta regla: la criptoestafa quedará impune. Todos los elementos de la casta judicial, mediática y política, están tratando de salvarle las papas al corrupto de Milei y sus funcionarios encumbrados como Karina Milei y Santiago Caputo. A menos, claro, que el escándalo se torne insostenible y el fusible Milei salte para que las patronales encuentren un reemplazo. Aunque no parece ser ese el escenario más posible, la misma casta encontraría la forma para encauzar la crisis. Ya lo vimos en el 2001 cuando la misma cadena de cargos terminó dejando a Duhalde por dos años en la presidencia sin que nadie lo haya votado. Por estos motivos, más allá de que alguna pelea intestina los debilite y eso pueda beneficiarnos en la lucha de clases, no depositamos ninguna expectativa ni en el parlamento ni en la justicia de este régimen putrefacto.
La crisis social, ganar las calles
Por lo dicho anteriormente, la única perspectiva bajo la cual el escándalo de la criptoestafa puede encontrar justicia es con la movilización obrera y popular que tensione la situación social planteando que es inaceptable que este gobierno neofascista y corrupto se mantenga. Señalar esto con claridad, así como a todos los cómplices que por acción u omisión sostengan al gobierno. De lado del pueblo trabajador nos queda seguir apostando a la lucha y la organización: frente a las condiciones de vida que empeoran y se encarecen pese al falso relato de la “recuperación económica”; por aumento de salario básico que iguale la canasta familiar; contra los despidos tanto en el sector estatal como en el privado; contra el vaciamiento de la salud y la educación; contra la persecución y hostigamiento de la comunidad lgtiq+; contra el ataque a los sitios de memoria; contra la avanzada extractivista y antiecológica.
Para avanzar en este camino, como planteamos en el balance de la marcha del #1F (ver acá), es que se torna urgente la unidad y coordinación por abajo de las luchas en curso. Que sean lxs propixs trabajadorxs de Linde Praxair, del Bonaparte, del Posadas, de Granja Tres Arroyos, el movimiento transfeminista que sostiene la asamblea de Lezama, las asambleas vecinales, el movimiento piquetero que está sufriendo durísimos ataques, en fin, todos aquellos sectores que estén dispuestos a unificar democráticamente la lucha contra el ajuste y el ataque que impulsan las patronales y el gobierno. La presión para que las centrales sindicales llamen al paro general con plan de lucha, nos permitiría contar con poderosas herramientas que tiene nuestra clase, aunque hoy las conducciones burocratizadas están en otra: la dirigenci sindical jugando en favor de la paz social que necesitan las patronales y el gobierno para avanzar. Esto no debe impedir que los sectores que quieran genuinamente salir a luchar frente al ataque hagamos unidad de acción y coordinación en toda la medida de lo posible.
No menos importante es que, a la par, avancemos en la unidad de todas aquellas organizaciones políticas que planteamos un horizonte de transformación social profundo, que planteamos la ruptura total con el capitalismo, que oponemos a este sistema de explotación y decadencia la posibilidad de que la riqueza sea apropiada socialmente para satisfacer necesidades sociales y no acaparada por un puñado de ricos. Es necesario saldar este problema político que implica que nuestra clase no cuente con una herramienta política propia para plantear una salida al conjunto de la población. Ambas tareas, la coordinación de las luchas y la unidad política, son fundamentales frente a la crisis política y social que atravesamos.
PRC, 25/02/25.