En este momento, en el cual existe cierta apatía o pérdida de confianza en la política como herramienta para modificar la realidad, sensación fomentada por la descomposición del gobierno y la crisis de régimen que vivimos, llamamos a votar al FIT-U porque consideramos que es el único espacio que propone una alternativa al endeudamiento sistémico, al pago de deudas fraudulentas y a la explotación de los bienes comunes en detrimento de la vida de lxs trabajadorxs.

El FIT-U es el único espacio electoral que expresa un programa anticapitalista, que sigue siendo el de una voz clasista en el parlamento. Llamamos entonces a votar este programa, que plantea que el problema es este sistema social, en el cual el 1% de la población concentra más riquezas que todo el resto del mundo. Las listas del FIT- U, además, están integradas por compañeres que, más allá de los debates y diferencias, nos encontramos a diario en cada lucha.
Analizando el mapa político actual, el debate parece ser entre dos líneas políticas. Por un lado, el peronismo y todo el progresismo que, desde una posición de crítica ilustrada, cuestionan a la clase trabajadora y al pueblo por haber votado a Milei, pero que nunca dieron respuestas a las demandas concretas durante sus gobiernos, porque hacerlo implicaba enfrentar a los poderes capitalistas y todxs sabemos que el peronismo no pretende romper con el capital. Por otro lado se encuentra La Libertad Avanza, que apareció como una supuesta propuesta de cambio pero que representa lo peor de la casta política. Hoy vemos como esa casta, que en campaña decían que iban a enfrentar, está gobernando y aplicando un brutal ajuste sobre las condiciones de vida de lxs laburantes, negociando la entrega de la soberanía a Trump, mostrando a cada paso lo que son: una runfla de aventureros, narco dependientes, estafadores y corruptos.
En este marco, si a Milei se le garantiza la gobernabilidad es porque el consenso de todo el arco político burgués está en la aplicación del ajuste, de llevar a cabo las reformas laborales y previsionales y de avanzar con el extractivismo. Esto evidencia que si bien las fuerzas políticas del régimen han tenido diferencias sobre asignaciones de partidas presupuestarias o ciertas medidas económicas, ninguna pretende mejorar estructuralmente las condiciones de la clase trabajadora. Es más, proponen seguir explotándonos en pos de que los grandes empresarios sigan acumulando riqueza a costa de nuestra vida. Mientras tanto, se sigue pagando la deuda, los salarios no alcanzan, la jornada laboral es cada vez más extenuante, crece el pluriempleo, las jubilaciones y las pensiones son de miseria.
El voto en blanco, nulo o el no ir a votar, que hemos visto que ha sucedido con más recurrencia en el último tiempo, puede presentarse como una expresión de crisis de representatividad del régimen. Sin embargo, en el contexto actual, este tipo de opción aún no está asociada a un repudio progresivo contra la democracia burguesa en sus límites propios de ser burguesa, es decir, en un rechazo al sistema político que beneficia a los patrones y los ricos y pretende hacernos elegir cada cuatro años algún tipo de “mal menor”. La apatía actual en relación a las elecciones aparece más como un síntoma de la atomización que proponen los grandes medios y la desazón ante un gobierno de corruptos y estafadores que está liquidando al pueblo y una oposición patronal que sólo busca limitar algunas políticas sin cuestionar el fondo.
Por eso, además de llamar a votar al FIT-U por su programa anticapitalista, es fundamental decir que Milei se tiene que ir ya, que no hay 2027 que esperar, y para eso levantar un programa de lucha que, partiendo del repudio a la deuda externa y de un aumento de salarios generalizado, oriente una perspectiva socialista. Nunca las elecciones por sí solas han resuelto nuestros problemas: las veces que nuestra clase ha logrado torcer la historia del país siempre ha sido en las calles.
En este marco es imperioso que nos movilicemos, que nos volquemos a la militancia política, a la recuperación sindical, la construcción de espacios de organización en los barrios, es decir, la organización política de clase. Es importante que esto se vea como un horizonte, una posibilidad donde anide la derrota de este gobierno neofascista.
Por eso creemos que un llamado a votar al FIT-U en estas elecciones debe estar acompañado de movilización en las calles, asambleas en casas de estudio, fábricas, barrios, con la certeza de que no hay que darle más tiempo a este gobierno de entrega y sumisión.
PRC, 20/10/25.
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