En lo que va del año, se contabilizaron 196 femicidios. Tan solo en los primeros 15 días de octubre, once mujeres fueron asesinadas en Argentina. En un contexto en el cual la avanzada de la misoginia y la violencia machista están a la orden del día, tenemos que redoblar la apuesta y profundizar la militancia para frenarlos.
Basta de matarnos
El 7 de octubre, Diana Mendieta, de 22 años, fue encontrada dentro de un aljibe en Entre Ríos. El 8, en Santa Fé, mataron a golpes a Solange Johnson y en Bahía Blanca asesinaron a Adriana Velázquez, de 52 años y Mariana Bustos, de 25. Eran madre e hija. El 9 de octubre, Mónica Salguero de 62 años fue apuñalada 34 veces en Córdoba. El 11, Ayelén Sanabria, de 22 años, fue asesinada por su pareja en Ciudadela. El 12 de octubre, Luna Giardina, de 26 años, y Mariel Zamudio, de 54, fueron asesinadas en Córdoba por Pablo Laurta, fundador de ‘Varones Unidos’. Ese mismo día, Ana Mabel Rodríguez fue asesinada en Virrey del Pino por su ex pareja. El 14 nos enteramos del femicidio de Gabriela Barrios, cuyo cuerpo violentado fue arrojado en un pozo en Chaco.
Y el 16 de octubre, amanecimos con la noticia del travesticidio de Azul Semeñenko en Neuquén.
El gobierno no solo es responsable, es promotor
Con sus discursos y su accionar, el gobierno ataca al colectivo de mujeres y disidencias y niega que la violencia de género es estructural y sistemática. Es así que el ministro de justicia Mariano Cúneo Libarona intenta quitar del código penal la figura de femicidio.
Palabra aparte para la ministra de seguridad y candidata a senadora, Patricia Bullrich que en medio del impacto por el doble femicidio que involucra a Pablo Laurta y la creciente violencia contra las mujeres, justificó la violencia patriarcal al afirmar que es una “reacción” a los feminismos. Cabe aclarar que Laurta, fanático libertario y amigo de los antiderechos, neofachos de Agustín Laje y Nicolás Márquez, es también el fundador de la agrupación misógina ‘Varones unidos’ que promueve discursos de odio contra el feminismo y la igualdad de género. También es inculpado de asesinar a un remisero y de secuestrar a su propio hijo.
En su intento de negar la profunda problemática que representa la violencia de género, Bullrich salió por los medios a decir que “el desequilibrio que se generó con el feminismo extremo lleva a situaciones donde la violencia es tan fuerte que termina destruyendo a la misma persona que genera esa lógica”. Este tipo de declaraciones son parte de una estrategia política que busca desacreditar el movimiento feminista, especialmente en un contexto donde se están recortando presupuestos para políticas de género y cerrando programas de asistencia a víctimas.
¡Bullrich tiene que renunciar ya!
Este 20 de octubre se cumple un mes del triple femicidio de Brenda, Lara y Morena que conmocionó a la sociedad por poner sobre la mesa, no solo la forma brutal que puede tomar la violencia de género sino que también por descubrir la trama narco que se viene profundizando en el último tiempo en el país. Como hemos visto, dicha trama de narcotráfico y corrupción involucra a personajes nefastos de la política como el ex candidato principal de La Libertad Avanza, José Luis Espert que tuvo que bajar su candidatura por el escándalo que quedó a la luz tras descubrirse su vínculo con Fred Machado.
La misoginia sigue difundiéndose por los medios
Mientras el número de femicidios, transfemicidios y el ataque contra el movimiento de mujeres y disidencias aumenta, distintos hechos que se volvieron mediáticos vuelven a mostrar cómo la violencia machista se naturaliza y se convierte en espectáculo.
A las publicidades misóginas de Shell e YPF, donde se recrean secuestros de mujeres con un tono jocoso, se suma el caso de un boliche de San Juan, que promocionó una fiesta de Halloween con una escena de una mujer secuestrada. La propaganda pretende llamar la atención del público utilizando el miedo y la violencia de género. Repudiable por dónde se lo mire. Es que para quienes luchamos todos los días por un mundo sin opresiones, la violencia de género no es ficción ni una puesta en escena, sino que es una realidad que combatimos día a día.
En la misma semana, el caso de un joven que se disfrazó de mujer abusada sexualmente en su viaje de egresadxs generó un profundo repudio por parte de organizaciones políticas y feministas. Y no es para menos, ya que es una cruda evidencia de cómo la cultura del abuso disfrazada de humor continúa normalizada en el entramado social.
Todos estos episodios forman parte de la manera en la que el sistema capitalista patriarcal convierte la violencia hacia las mujeres y disidencias en mercancía, chiste o marketing. No lo podemos permitir.
En un contexto de retroceso en políticas de género y discursos negacionistas que buscan minimizar la problemática, tenemos que seguir redoblando la apuesta. Tenemos que seguir pasándonos todos los pueblos que sean necesarios para plantear que no queremos ni un femicidio y transfemicidio más. Nuestra bronca tiene que transformarse en organización y lucha. A estos fachos, misóginos los tenemos que sacar a patadas ya.
PRC, 22/10/2025