Un día como hoy en 1936, en plena guerra civil española, caía muerto Buenaventura Durruti, por una bala que todavía no se sabe bien de donde vino.

Pocos cuadros de la talla de este han parido a la clase obrera mundial.

Desde las expropiaciones a los bancos para la causa de la revolución social, hasta su rol en la guerra civil española, su vida estuvo marcada por la lucha contra los explotadores.

No son menores las diferencias teóricas y políticas que el marxismo tiene con la corriente que representaba Durruti. Las mismas datan de largos años y tienen que ver con debates sobre la cuestión del poder, el Estado y los métodos de organización.

De todas maneras, desde el PRC entendemos que la división en las filas revolucionarias deben ser superadas para enfrentar a la burguesía en su conjunto.

No debemos olvidarnos nunca de lxs revolucionarixs como Durruti, que con valor y sacrificio fueron al combate tantas veces. Debemos retomar su ejemplo y replicarlo, más aún en tiempos en donde el augurio de negras tormentas y las burguesías golpean tan fuerte en todo el mundo.

Por último, hacemos nuestras sus palabras:

«Siempre hemos vivido en la miseria, y nos acomodaremos a ella por algún tiempo. Pero no olvide que los obreros son los únicos productores de riqueza. Somos nosotros, los obreros, los que hacemos marchar las máquinas en las industrias, los que extraemos el carbón y los minerales de las minas, los que construimos ciudades…¿Por qué no vamos, pues, a construir y aún en mejores condiciones para reemplazar lo destruido? Las ruinas no nos dan miedo. Sabemos que no vamos a heredar nada más que ruinas, porque la burguesía tratará de arruinar el mundo en la última fase de su historia. Pero -le repito- a nosotros no nos dan miedo las ruinas, porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones. Ese mundo está creciendo en este instante»