Hace tiempo ya que se debate en el seno de la izquierda argentina la necesidad de unidad de la clase para enfrentar el ajuste que comenzó durante el kirchnerismo y que continúa de la mano de Cambiemos en pos de construir una dirección revolucionaria que logre superar los límites de la conciliación de clases que milita el peronismo en el seno del movimiento obrero.
Pero la claridad con la que se diagnostica la necesidad de la unidad no ayuda a que se avance nada en ese sentido.
Desde nuestra humilde opinión, y habiendo sido parte e impulsores de estos espacios unitarios a finales de 2015 tanto en la zona sur como en la zona norte de Buenos Aires, consideramos que las fuerzas mayoritarias de la izquierda confunden las tareas y los ámbitos. A cada cosa hay que pedirle lo que puede dar.
Nosotros entendemos que hay una clara diferencia entre las tareas políticas y las tareas sindicales. Los sindicatos no luchan por el poder, no cumplen la función de dirigir la revolución social, y probablemente no sean los ámbitos donde se forje el frente único revolucionario.
Decimos esto porque pareciera que a veces los compañeros y compañeras de otras corrientes pretenden arrancarle a los frentes únicos sindicales acuerdos políticos que no podrían dar.
Las coordinaciones sindicales son ámbitos en los cuales debemos buscar que los representantes de colectivos obreros, con sus mandatos, expresen la posibilidad de llevar adelante medidas conjuntas y campañas de agitación que superen los marcos corporativos propios de cada sindicato o comisión interna. Pedirles a estos ámbitos mayores niveles de acuerdo es un error.
El sindicato expresa a los trabajadores de un sector. En esa militancia, los revolucionarios y revolucionarias buscamos influir con nuestras ideas y prácticas a la clase trabajadora. Desarrollamos programas, métodos y acciones clasistas, difundimos el marxismo, aprendemos la historia del movimiento obrero y tantas cosas más. Pero no hacemos sindicatos “rojos” donde sólo quepan trabajadores y trabajadoras con ideología marxista. Pretender eso en los niveles de coordinación de los sindicatos es simplemente realizar reuniones para militantes, con baja incidencia en nuestros propios sectores, y sin ninguna política de masas.
Hoy, que grandes franjas de la clase trabajadora salen a la lucha ante el severo ajuste de la burguesía representada actualmente por Cambiemos, es necesario la construcción de un bloque sindical estable del clasismo, los sectores antiburocráticos y combativos (desde los organismos de la clase que realmente dirigimos) para desarrollar una política de frente único con el objetivo de disputar el programa con el que salimos a luchar.
El FIT debería poder canalizar la construcción de un bloque político, no sindical, donde las corrientes intervengan con sus posiciones y no con mandatos de tal o cual estructura. Desde allí, se debería buscar incidir en la lucha antirrepresiva, por las libertades democráticas, y en el planteo de una alternativa revolucionaria que señale una salida obrera y socialista a la crisis actual.
Pero hasta aquí el FIT ha demostrado no cumplir ese rol y ser simplemente un acuerdo electoral entre tres fuerzas que ni siquiera en momentos de elecciones han podido encarar la campaña en forma conjunta.
Consideramos que la frustración del Encuentro obrero nacional del 5 de marzo en Racing, una primera y gran oportunidad para poner en pie una referencia de lucha que vaya al encuentro de amplias franjas obreras que saldrán a luchar contra el ajuste en curso, se debe a estos errores de concepción de las corrientes mayoritarias dentro de la izquierda, combinados con el sectarismo, las prácticas rupturistas, el mal hábito de disputas carniceras con las organizaciones hermanas, y el vicio de figurar por sobre el otro.
Mientras tanto, la burguesía en su conjunto sigue tranquila aplicando su plan de ajuste, se ríe de nuestro accionar mezquino, la vanguardia obrera pierde una valiosa oportunidad de tener una referencia clasista estable que le ofrezca una política unitaria para ir hacia la clase trabajadora con un programa para vencer.
Desde el Partido por la Revolución y el Comunismo-PRC, seguiremos batallando fraternalmente por la unidad de la clase y las corrientes de izquierda que en ella intervienen, tanto por un frente único obrero que pueda convertirse en un faro de lucha para toda la clase trabajadora, así como por un proyecto revolucionario de lucha por el socialismo.
PRC Partido por la Revolución y el Comunismo 29/2/16