El tan prometido segundo semestre de la luz llegó, pero el panorama sigue oscuro. En sólo seis meses, el gobierno actual ha profundizado el ajuste sobre la clase trabajadora, mientras que a los empresarios los ha beneficiado grandiosamente. Necesitamos de la mayor unidad de nuestra clase para poder ponerle freno al ajuste de patrones y gobiernos, que promete profundizarse.
Luz para algunos pocos
La promesa de grandes mejoras anunciada por el gobierno para el 2º semestre, al menos para los trabajadores y el pueblo, quedó sólo en eso: promesa.
Pero, para los empresarios que se beneficiaron con el aumento de tarifas, o con el aumento de los precios de sus productos fabricados ahora con menos trabajadores debido a los despidos y suspensiones, o con las bajas y quitas en las retenciones a la exportación, por citar algunos ejemplos, hay mucha luz y ya se vienen beneficiando grandiosamente en estos 6 meses de Macri
El gobierno quiere captar inversiones. Con esta idea, el ministro de Hacienda Prat Gay ha dicho recientemente en EEUU ante las cámaras empresarias: “El trabajo sucio está mayormente hecho”. Pero, ¿qué van a invertir, si, haciendo nada, el gobierno igual las ha favorecido?
Oscuridad para la mayoría
La recesión es fundamental para intentar disciplinar a la clase obrera con el fantasma de la desocupación, como ya lo hicieron en los ’90.
Con una inflación cercana al 45% y paritarias promedio del 32%, este año los trabajadores y trabajadoras bajo convenio hemos perdido el 15% del poder adquisitivo, pérdida que contó con la complicidad de las burocracias sindicales de las CGTs y de las CTAs, las que sólo se limitaron a alguna que otra medida aislada para canalizar la presión de las bases, pero que firmaron acuerdos a la baja, dejaron pasar miles de despidos y de suspensiones (que este año se elevaron un 231% comparadas con abril de 2015).
Ni hablar de cómo golpea todo este mazazo al salario y a las condiciones de trabajo sobre aquella porción de la clase trabajadora empleada en negro.
El trabajo sucio del que habló el ministro Prat Gay es ajuste, inflación, paritarias a la baja, recorte de derechos, y más despidos.
El túnel continúa
Si nuestro país va hacia los Tratados de Libre Comercio y la Alianza del Pacífico, si el modelo a seguir es México (¿Y el gobierno de Peña Nieto, asesino de pueblos?), tal como dijo Macri, sigue luz segura para los empresarios, mientras que para la clase trabajadora sigue el túnel, con pérdida del poder adquisitivo y de conquistas laborales y sociales, con más familias en la calle, y creación de nuevos empleos, pero más precarios, al estilo Mc Donnals.
El ministro de Producción, Cabrera, ya habló de un dólar más alto para ser competitivos, y el ministro de Energía Aranguren ya prometió más tarifazos para 2017. Todo hace prever una profundización del ajuste.
Por un semestre de más luchas
Si no paramos este plan de gobierno, las mejoras seguirán siendo para la clase dominante y nosotros seguiremos retrocediendo. Es hora de que nos organicemos como clase, sin patrones ni burócratas.
Los trabajadores y trabajadoras somos los únicos que podemos realmente frenar el ajuste, que golpea sobre nuestro salario y condiciones de trabajo y de vida. Sólo nosotros podemos, si nos unimos, derrotar a esa clase empresarial que, con sus gobernantes de turno, sólo buscan domesticarnos y explotarnos cada vez más.
Para eso, es una necesidad que los sectores obreros de lucha pongamos por encima de toda diferencia las necesidades de nuestra clase. En tal sentido, los sindicatos recuperados, a cuya cabeza debe estar el SUTNA, pueden y deben jugar un rol protagónico.