Belén, como mujer trabajadora, fue a un hospital público manifestando dolores abdominales, sin saber que estaba embarazada. La única respuesta que recibió por parte del sistema de salud fue el maltrato. Luego, fue encarcelada, acusándola por un aborto que no cometió.

La misma justicia que actuó muy rápido para encerrarla, demoró 48hs. en dejarla en libertad, luego de que la Corte Suprema de Justicia de Tucumán fallara a su favor.

Belén padeció dos años de cárcel y atravesó un proceso judicial que hace agua por donde se lo mire, y que evidencia el carácter de clase y patriarcal de la justicia.

La Mesa por la Libertad para Belén nos muestra el gran potencial de la unidad para la acción, ya que logró articular diferentes recursos para la visibilizaciónde esta situación y la lucha contra esta injusticia.

El feminismo viene dando enormes pasos a través de la movilización, la lucha y la unidad.

El accionar médico-judicial pretende ser disciplinador sobre el derecho a decidir de las mujeres.  Pero tenemos nuestros aprendizajes: con la lucha y la solidaridad, conquistamos la libertad de Belén y vamos por la absolución y anulación de la condena.

Ir a un hospital no puede ser un riesgo que se corre por ser mujer y pobre. Sin embargo, mientras el aborto siga siendo un negocio, y no tengamos aborto legal, seguro y gratuito en todos los hospitales, la confidencialidad y el cuidado van a seguir siendo un privilegio de  las mujeres que tengan los recursos para acceder pagando.

Belén, ¡tu lucha es nuestra lucha!!

¡Por la anulación de la condena! ¡Ni una mujer presa por abortar!

¡Aborto legal, seguro y gratuito en el Hospital!

¡Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal, seguro y gratuito para no morir!