El 1° de mayo se vuelve a rendir homenaje a la lucha de la clase obrera a nivel mundial por sus reivindicaciones.
El día de hoy nos recuerda aquel 1° de mayo de 1886 en Chicago, EEUU, donde tuvo lugar un movimiento obrero que luchó por las 8 horas de trabajo, y que culminó con la ejecución por parte de la justicia burguesa de un grupo de referentes anarquistas.
Mientras exista el capitalismo, la lucha de aquellos mártires tendrá plena actualidad y la fecha no podrá ser un día de fiesta o de mero recuerdo.
Los intereses de nuestra clase y los de la burguesía son contradictorios a nivel mundial y, por eso, la burguesía siempre intentará eliminar las conquistas que hemos logrado en el pasado.
Hoy en día, no sólo aún no se han logrado las 8 horas para vastos sectores de trabajadores, sino que cada vez en menos lugares se respeta esta conquista.
Por eso, ha habido marchas y protestas en países muy diferentes de Asia, Europa, África y América, contra la baja de los salarios, la precarización de las condiciones laborales, el saqueo de los recursos, incluso en países donde se ha intentado ocultar esta fecha poniendo una fiesta del trabajo otro día, como en el caso de Estados Unidos, donde se han sucedido marchas lideradas por los trabajadores migrantes.
Este 1° de mayo expresa las demandas comunes al proletariado de todos los países y su comunidad de intereses y de proyecto político más allá de sus particularidades culturales. Así, cuando el proletariado logro sus éxitos más relevantes, fue cuando actuó en forma coordinada a nivel mundial y con solidaridad de clase, apoyándose en los triunfos revolucionarios en diferentes países.
Por eso, hoy, como siempre, para avanzar en nuestros derechos fundamentales, es necesario construir partidos proletarios internacionalistas que luchen por el poder obrero y el comunismo.