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Mientras el ajuste continúa, la “gran política” se sacaba chispas en la rosca electoral. Se terminaron los misterios y se confeccionaron las listas que se dirimirán en las PASO de agosto y luego en octubre.
Por el lado del oficialismo, sus figuras más fuertes son la ultra católica Carrió en la Ciudad de Buenos Aires y el actual ministro de educación Esteban Bullrich -responsable del ajustazo en las escuelas, en el salario docente, y de no convocar a paritaria nacional- para la provincia. Comprometidos con llevar adelante el ajuste que demanda la gran burguesía, Cambiemos aspira a una derrota digna.
Saben que la bronca del pueblo trabajador va en aumento, por lo que juegan a consolidar y ampliar por derecha su base electoral. Ese es uno de los significados de los despliegues represivos del 28/6 en Av. 9 de Julio contra los movimientos sociales y el mega operativo policial al día siguiente en la Villa 1-11-14. Mostrarse como el gobierno duro con la “inseguridad” parece ser su carta fuerte.
El kirchnerismo va con toda la carne al asador: Cristina Fernández será candidata y la figura central de Unidad Ciudadana. Lleva ex ajustadores como Scioli y burócratas como Yasky. Aunque es arriesgada la jugada de ir por fuera del PJ, el sector que actualmente gobierna -y ajusta- en Santa Cruz o Santiago del Estero, apuesta a que el descontento con Macri se exprese votando a la ex presidenta.
Sólo Randazzo en la provincia de Bs. As. irá a una interna por el PJ con un candidato testimonial. En cambio, en la Ciudad, el peronismo sí tendrá sus internas bajo la forma de “Unidad porteña” junto a un sector de la centro izquierda, Patria Grande, demostrando finalmente el desbarranco político de ese espacio. El otro sector peronista será representado por el massismo, junto a personajes del oportunismo más rancio como Felipe Solá y la radical Stolbizer. Aunque con discursos distintos, todos estos espacios son socios para votar las leyes de ajuste y, junto a la burocracia sindical, han firmado la paz social.
Quienes en 2013 compartían lista hoy van todos divididos: Lousteau, Pino Solanas, Carrió, que demuestran ser más de lo mismo y sólo buscan no quedar afuera de la repartija. Por su parte, la centro izquierda va dividida en tres espacios: Ripoll, De Gennaro y el mismo Pino; mezcla también de oportunismo político y falta de perspectiva con un proyecto emancipador de la clase trabajadora, priorizando la rosca con sectores de la burguesía y la burocracia sindical.
El Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) finalmente acordó lista única, decisión que saludamos porque nos permite a las y los revolucionarios y a la clase trabajadora tener una referencia única en las elecciones.
Si bien han ampliado parcialmente sus listas a otras corrientes, creemos que la perspectiva de una herramienta electoral unitaria de la izquierda clasista y revolucionaria debería tener una apertura mayor y propiciar espacios fraternos de debate para desarrollar una gran campaña que ponga por delante la necesidad de un gobierno de la clase trabajadora, el poder obrero y el socialismo.
Desde el PRC, apoyamos las listas del FIT y llamamos a apoyar a estos luchadores que no tienen transas ni con los capitalistas ni con los burócratas.
Pero, desde ya, advertimos que la prioridad es y seguirá siendo enfrentar el ajuste, los despidos, los tarifazos y la represión con la movilización callejera. En este sentido, la unidad del movimiento obrero clasista, democrático y de lucha es una tarea ineludible y urgente.
La campaña en estos meses deberá mostrar que la única grieta es de clase, entre patrones y trabajadores. ¡Organización, unidad y lucha para enfrentar el ajuste! ¡Expresemos la bronca votando al FIT!