Descargar PDF de acá.
La nueva oleada de reformas laborales se viene aplicando en el mundo desde el estallido de la crisis económica mundial en 2008.
Si bien lograron una cierta recuperación en términos de cantidad de puestos de trabajo, éstos son de peor calidad, con peores salarios, y con peores convenios.
Las facilidades para despedir que las reformas conllevan y las modalidades de trabajo temporario posibilitan que, ante nuevos coletazos de la crisis económica, las empresas rápidamente se liberen de una gran cantidad de empleados sin mayores consecuencias.
Por el lado de la productividad, en un mercado con crisis de sobreacumulación relativa (es decir, que produce más de lo que puede vender), la baja de los niveles salariales juega en contra y, así, el aumento de la productividad se queda en producir lo mismo o menos con cada vez menos costos laborales.
Reformas laborales en Francia y Brasil
En la mayoría de los países, las reformas fueron aplicadas sin que las y los trabajadores puedan hacerle frente, principalmente porque fueron vendidas como favorables y necesarias, pero también porque contaron con la aprobación en los distintos parlamentos y con la complicidad de las direcciones sindicales.
Hubo casos de países donde la aplicación de la reforma fue enfrentada por la clase trabajadora. Dos ejemplos. en Francia hubo grandes movilizaciones, huelgas, piquetes, bloqueos de puertos, y boicots, y en Brasil hubo una gran huelga general y multitudinarias movilizaciones.
Sin embargo, estas luchas no fueron suficientes. En ambos casos se ve un mismo inconveniente: centrales obreras que no cuentan con direcciones capaces de enfrentarlas hasta el final.
Para defender nuestras conquistas, es necesario que, al calor de estas luchas, se forjen direcciones clasistas con un programa alternativo para enfrentar no ya la reforma laboral, sino los planes de ajuste de la burguesía, la cual busca seguir pisoteándonos.
El paquete ajustador del gobierno
En Argentina, el plan del gobierno de Cambiemos es profundamente antipopular.
La reforma laboral pretende avanzar sobre los derechos conquistados, que nuestra clase ponga todo y que las patronales sigan con su fiesta de ganancias.
Lo mismo en el caso de la reforma jubilatoria, con la cual pretende saquear a las y los jubilados y extender la edad.
Por su parte, la reforma impositiva ataca a grandes sectores de las economías regionales, como en el caso de las Pymes de Tierra del Fuego y de la industria vitivinícola y azucarera, lo cual repercutirá en mayor desocupación así como en el aumento de los precios.
Ante esto, la CGT se inclina a negociar o a lo sumo presentar un proyecto alternativo, y las CTA declararon tan sólo que llamarán a movilizarse cuando se vote la ley en el Congreso.
De pie, en estado de alerta y movilización
De aplicarse estas reformas, las mismas afectarán en forma negativa y cotidiana nuestras vidas. Tenemos que ponernos en pie de lucha.
Debemos comenzar hoy mismo a poner los planes del gobierno como tema prioritario en cada lugar de trabajo, realizando asambleas de sector y generales, exigiendo a los sindicatos se pongan a la cabeza y llamen urgente a un plan de lucha que comience con un paro activo nacional, impulsando reuniones zonales de coordinación con trabajadores de otros gremios, y disponerse a enfrentar estas reformas antipopulares con los métodos de la clase: huelgas, piquetes y movilizaciones.
Desde ya que será una pelea dura. Para llevarla a buen puerto, al calor de la lucha, debemos ir forjando direcciones que no se arrodillen ante las patronales, levantando un programa que defienda nuestros intereses de clase.
Los sectores clasistas, combativos y democráticos con representación gremial tienen que jugar un papel destacado y aglutinador en esta pelea, ya que son quienes mejor pueden encarnar el programa que hace falta.
Tenemos que tomar como ejemplo la reunión multisectorial convocada por el SUTNA, de la cual surgió la marcha contra la reforma el 12/10, y replicarla zonalmente en reuniones entre gremios para iniciar una campaña de concientización y preparar la lucha.
¡No a la reforma Laboral! ¡Asambleas para discutirla! ¡Plan de acción unificado para enfrentarla! ¡Plan de lucha nacional!