En una histórica jornada de lucha, desde el mediodía, cientos de miles de manifestantes expresamos de manera contundente el rechazo las reformas anti populares que impulsa el gobierno. Columnas de sindicatos, movimientos sociales y organizaciones políticas nos hicimos presentes en la Plaza Congreso para decirle a esa cueva de ladrones que es el Congreso, que no queremos que le roben a lxs viejxs y a lxs pibxs pobres; que nos estamos cansando. Pero adentro, como si nada, hubo quórum y arrancó la sesión, desnudando que las leyes las tejen en acuerdos previos los grupos del poder junto a los políticos patronales y que eso en el recinto no se modifica. Fue una acumulación de meses de políticas de hambre, de favores a los patrones, de guiños a los milicos genocidas, de Santiago y Rafael, de que nos meen y los medios nos digan que llueve. Una muestra del estado de ánimo de muchos sectores se mostró el jueves pasado y explotó ayer.
Más de doce horas de movilización de la clase obrera y el pueblo trabajador
Son estos los motivos por los que trabajadores y trabajadoras dimos una gran batalla contra las fuerzas represivas. Fue una histórica demostración de lo que puede la clase cuando da un paso al frente, resistiendo unas cuantas horas las intenciones de la policía que nos vayamos. Y para eso es que se echó mano a los métodos históricos que tiene la clase. Lo decimos con todas las letras: es el legítimo derecho que tiene la clase obrera y el pueblo trabajador frente al saqueo organizado de los patrones y su Estado.
La represión fue muy grande y finalmente la enorme cantidad de gases y balas de goma terminaron desalojando la Plaza; la policía largo la casería y la represión en las calles aledañas.
Pero la jornada histórica dio un salto inesperado. Lejos de dejarse llevar por el miedo o comerse el monstruo mediático de «los tira piedras», en un montón de puntos de todo el país se auto convocaron trabajadores y trabajadoras de a pie, cacerola en mano, continuaron expresando la bronca. Y volvimos a copar la plaza. Cientos de miles otra vez ganando las calles.
No es casual que todo rememore a la crisis del 2001. Además de la fecha, los puntos más altos de aquellas jornadas de lucha que terminaron de tumbar al gobierno de la Alianza, quedan en la conciencia de vastos sectores que entonces también salieron a pelear. El piquete, la asamblea, la cacerola auto organizada y el enfrentamiento con las fuerzas represivas forman parte de buena parte de la clase, que hecha mano a ellas cuando la situación aprieta.
En este marco, el rol que deben jugar las organizaciones revolucionarias es ayudar a organizar esa bronca, que la haga efectiva, que permita con decisión darle rienda suelta a la ira que cultivan los explotadores. Explicar, una y mil veces, que este saqueo es una necesidad que tienen los patrones a nivel mundial y que sólo la podemos enfrentar con organización en las calles; y que el miedo que nos quieren meter es justamente para que hagamos lo contrario y nos quedemos en casa. Con la huelga general, debemos exigirle a las organizaciones obreras que estén a la altura de lo que la hora demanda, sobre todo a las que dicen oponerse a el saqueo y destrucción de conquistas que está encarando el gobierno.
Un golpe y un salto hacia adelante
El Lunes se dio una enorme demostración de fuerza. Aún así, el Congreso logró votar escandalosamente la Reforma Previsional. Pero este robo no será gratis. El gobierno dilapidó el supuesto aval que le dieron los votos hace dos meses haciendo aprobar la ley más antipopular en lo que va de su mandato .Ahora ya saben a qué se tendrán que enfrentar cada vez que quieran tratar cada una de las reformas. La jornada de ayer marca el camino. Más que nunca debemos hacer asambleas en los lugares de trabajo, de estudio, en los barrios y desde allí construir las medidas de acción y un programa que exprese nuestros intereses como clase para contraponerle al programa ajustador del gobierno.
Con estos métodos, construyendo otra democracia donde todos y todas podamos deliberar, deberemos poner en perspectiva la necesidad de que sea la clase obrera la que gobierne.
¡Viva la lucha obrera y popular!
¡Abajo las reformas!
¡No al pago de la deuda!
¡Por el poder obrero!
PRC, 20/12/2017.