Aunque ya casi noviembre, el conflicto docente aún está abierto. A lo largo del año la docencia demostró su disposición a luchar y a enfrentar los ataques a la escuela pública por parte del gobierno bonaerense, pese a la tibieza de la burocracia sindical, que no desarrolló ningún plan de lucha e implementó medidas aisladas. Desde la Multicolor, debemos seguir apostando a desarrollar la huelga.
2018 un año de ataques permanentes
Durante todo el año el gobierno de Vidal ha atacado a la docencia en forma sistemática, buscando doblegar al colectivo de 300.000 trabajadoras y trabajadores de la educación, que tiene una importante tradición de lucha y una oposición clasista en el principal sindicato del sector, el SUTEBA.
El plan del gobierno de Vidal es claro: una brutal reducción de la planta docente de la provincia y pérdida de derechos laborales, así como el abandono de la infraestructura escolar.
Para ello, avanzaron con el cierre de los Bachilleratos de Adultos y las escuelas del Delta y Rurales; luego el traspaso de los Equipos de Orientación Escolar al ámbito distrital, dejando a las escuelas sin EOE; siguieron con el recorte de horas de estudio en la Escuela Técnica; se impulsó el cese de todxs lxs suplentes que aún no tienen título porque están estudiando; y, por supuesto, el gobierno está tratando de imponer un sueldo a la baja.
Un capítulo aparte es el abandono de las escuelas. El ajuste en las obras de infraestructura ha llevado a un estado de abandono tal de las escuelas que el 2 de agosto explotó por fuga de gas la Primaria 49 de Moreno, cobrándose la vida de una vicedirectora y un auxiliar, Sandra y Rubén.
Es decir, fue un año donde el gobierno pretendió avanzar contra la docencia bonaerense con el fin de disciplinarla y achicar el gasto en educación pública favoreciendo la educación privada.
La resistencia al ajuste
En esta situación de ataques permanentes uno tras otro se dio una dinámica de lucha sectorizada.
Así, cada franja atacada por el gobierno impulsó medidas de lucha con asambleas, movilizaciones, permanencias y paros en aquellos contextos donde se pudieron impulsar. En concreto, decimos que de parte de la docencia, en forma mayoritaria, hubo disposición a resistir los ataques.
Sin embargo, el Frente de Unidad Docente Bonaerense (FUDB) hizo todo lo posible por frustrar la lucha, dividirla, desmoralizar a la docencia.
Los principales sindicatos de la provincia, SUTEBA y FEB, practicaron una unidad para no luchar. Por su parte, UDOCBA, AMET y SADOP fueron la excusa de los principales sindicatos para no impulsar la lucha.
Con la excusa de la unidad de todos los sindicatos, frenaron medidas, dilataron la lucha y dejaron que el gobierno de Vidal aparezca como invencible, cuando en realidad no lo es. Así lo mostraron las y los obreros del Astillero Río Santiago, quienes con firmeza, decisión y los métodos de la clase lograron avanzar contra el gobierno.
La oposición clasista y democrática, referenciada en la Multicolor, propone justamente otro método para desarrollar la unidad. Una unidad que sirva para luchar, no para frenar a la docencia.
Los plenarios de delegadxs con mandatos de escuela o las asambleas abiertas de docentes, más allá de si están afiliados o no, son un método para desarrollar la unidad por abajo, en cada escuela, en cada distrito y en la provincia.
La tregua del FUDB fortalece al gobierno
A principio de año, el FUDB no llamó a un plan de lucha continuado con paros progresivos como surgía de los mandatos de escuela, adoptando entonces la estrategia de negociar con los chicos en las aulas. Un rotundo fracaso para la docencia y un fortalecimiento del gobierno.
El llanto lastimero de Baradel y Petroccini no van a conmover al gobierno de Vidal; sólo la relación de fuerzas expresada en medidas de lucha puede lograr eso.
Si bien el FUDB rechazó en la mesa paritaria las ofertas de miseria de 15% y 19% hechas hasta junio, y la de 30% realizada en octubre (luego de la brutal devaluación que redujo el poder adquisitivo del salario enormemente), no hizo nada para que ese rechazo se muestre con perspectiva de ganar el conflicto.
Al retorno del receso de invierno, estaban las condiciones para desatar una importante huelga, con los sueldos congelados por 8 meses y con una enorme bronca en la docencia.
El FUDB nuevamente organizó la desmoralización de la docencia aceptando una conciliación obligatoria vergonzosa, cuando había un paro de 72 horas ya votado.
Este golpe a la lucha fue decisivo, porque era en ese contexto done la política de desborde planteada por la Multicolor venía encontrando un fuerte plafón para dinamizar al huelga.
En esa semana de acatamiento de la conciliación obligatoria, mueren en asesinato laboral Sandra y Rubén. El FUDB, nuevamente, demostró su capacidad de frustrar la lucha, llamando a un paro de 24 horas para el 3 de agosto, para luego mantenerse en conciliación obligatoria por un mes, sin tomar medidas de lucha que unifiquen a la docencia de la provincia.
Hubo, sin embargo, distritos como Tigre, donde la seccional de SUTEBA dirigida por la Multicolor impulsó un vasto plan de lucha, que implicó la paralización de más de 80 edificios escolares por falta de condiciones edilicias, desarrollando asambleas de familias, docentes y auxiliares en cada escuela, llevando adelante piquetes en rutas, tomas de Consejo Escolar y movilizaciones masivas en reclamos de las obras necesarias.
La conducción de SUTEBA, la Lista Celeste-Violeta, en cambio, se dedicó a trabar y frenar los reclamos, como por ejemplo la conducción de San Fernando, que no apoyó la toma de los estudiantes del Artigas, o la conducción de Mar del Plata, que no acompañó la toma del Consejo Escolar hecha por la docencia y encabezada por la oposición clasista.
En Moreno, la movilización fue permanente después de los asesinatos laborales, pero la política de la Celeste-Violeta, de dejar el conflicto en el distrito en vez de provincializarlo, ha llevado a que se vaya perdiendo fuerza y las obras aún no aparecen.
La oposición Multicolor
Durante todo el año la oposición Multicolor intentó con sus dificultades empujar la lucha y el desborde a las conducciones del FUDB, cuyas políticas favorecen al gobierno.
La discusión dentro del propio bloque Multicolor ha llevado a que esta política no tenga la fuerza necesaria en determinados momentos.
Los sectores que consideran que el enemigo principal -y único- es el macrismo y, por lo tanto, no hay que impulsar el desborde las conducciones burocráticas del FUDB, ayudan lamentablemente a que la tregua del FUDB se transforme en desmoralización en la base, que, llegando el fin de año, empieza a ver que el 2018 está perdido y que ya no hay condiciones de conseguir al menos un acuerdo paritario que empate a la inflación.
Las ofertas del gobierno en términos salariales han sido siempre a la baja contra la inflación anual. En concreto, el 30% ofrecido en la última paritaria no es más que una disminución del 20% del poder adquisitivo, con una inflación que se proyecta cercana al 50% anual. Esto, además, sobre salarios que ya son bajos; la pérdida de poder adquisitivo (como ya ocurrió en 2016) es algo inaceptable.
Por eso, debemos seguir impulsando la lucha, la organización por abajo en cada establecimiento escolar, la construcción de mandatos de escuelas para organizar un verdadero plenario de delegados provincial, que pueda transformarse en organismo de dirección de la lucha en defensa de la escuela pública.
El eje de trabajo de la Multicolor debe ser la denuncia de la burocracia como garante del acuerdo salarial a la baja y el abandono de la lucha por infraestructura escolar.
Debemos ayudar a que estas conclusiones se masifiquen en las escuelas, en la perspectiva de que es necesario desatar la lucha decidida, sin titubeos, preparando la paralización de las escuelas de la provincia hasta conseguir el triunfo de nuestras demandas.
Para ello, debemos profundizar una política unitaria de la oposición que lleve adelante medidas de lucha que muestren que es la burocracia la que no quiere luchar, a la vez que nos permita transformarnos en dirección del conflicto.
En este sentido, debemos comenzar a preparar la lucha por expresar en el Congreso del SUTEBA una política gremial diferente a la tregua del FUDB.
Debemos preparar mandatos de escuelas que planteen una política gremial de lucha y no de tregua, una unidad de las bases para enfrentar al gobierno y no una unidad por arriba para detener la lucha.
Debemos enfrentar la desmoralización que ha generado el FUDB con sus medidas aisladas, y seguir apostando a desarrollar la huelga educativa para lograr que se incorporen todas las sumas al básico, un aumento con cláusula gatillo por inflación, y un plan de obras en las escuelas que garantice las condiciones de enseñanza y aprendizaje.
2018 ha sido un año de ataques permanentes y la burocracia sindical kirchnerista de SUTEBA, junto a FEB y UDOCBA, ha logrado sembrar la desmoralización y la desorganización.
La Multicolor debe enfrentar esto, desarrollando las asambleas de escuela y de distrito, los mandatos y los plenarios provinciales de delegadxs.