A 100 años de la semana trágica

Esta semana se cumplen 100 años de uno de los hitos que marcó a fuego la lucha de clases en nuestro país. Los hechos sucedidos durante aquel enero de 1919 (del 7 al 14) pasarán a la historia como “La Semana Trágica”, en la cual miles de obrerxs, hartxs de los ritmos de explotación y las condiciones inhumanas en las cuales se encontraban, protagonizarán una de las huelgas generales más importantes del movimiento obrero argentino, lo que desencadenará la ira de la burguesía que aplastará a sangre y fuego al movimiento.

El contexto histórico

Con el surgimiento de las primeras industrias, a fines del siglo XIX, surgirá también la clase obrera industrial y con ellas las primeras organizaciones obreras.

A partir de 1872, donde se fundará la sección argentina de la Primera Internacional, comenzará la organización como clase del proletariado, sus asociaciones y también las primeras luchas y los primeros enfrentamientos con el aparato represivo.

Podemos citar como hechos importantes: el nacimiento de la Federación de Trabajadores de la Republica Argentina, que tendrá una vida corta y se disolverá para 1890; luego para 1901 se fundará la FOA (Federación Obrera Argentina) con dirección de anarquistas y socialistas, pero para 1902, en su Segundo Congreso, las diferencias políticas harán que lxs socialistas se alejen y creen la UGT (Unión General de Trabajadores). La FOA pasará a llamarse F.O.R.A a partir de su IV Congreso en 1904, incorporando la palabra “regional” reconociendo que no existían las fronteras nacionales para la clase obrera y que solo eran una regional del proletariado mundial.

Estos primeros años estarán marcados por feroces enfrentamientos entre la clase obrera y las fuerzas represivas, por ejemplo, durante el 1° de mayo de 1904, en la Plaza Lorea, se desatará una feroz represión contra un acto de lxs trabajadorxs. Es oportuno destacar que durante aquellos años el 1° de mayo era un día de lucha para la clase obrera y con esas premisas salía a la calle a combatir a sus verdugxs en honor a los “Mártires de Chicago”.

Entre 1902 y 1910 se aplicará en varias oportunidades el estado de sitio, dejando en evidencia la necesidad del gobierno de acallar las luchas de lxs trabajadorxs.

Sin duda durante aquellos años eran lxs anarquistas lxs que dirigían y tenían un peso predominante en la lucha de clases.

Durante esos primeros años de formación de las organizaciones obreras surgirá la corriente “sindicalista” dentro de la UGT, concentrándose en el desarrollo de la lucha reivindicativa económica, esta para 1906 desplazará de la dirección de la central a lxs socialistas.

Son los años de auge del movimiento obrero, de huelgas que van templando la decisión de organización y combate de la clase, son los años de lxs heroicxs anarquistas, de Simón Radowitsky ajusticiando al Coronel Ramón Falcón responsable de la represión durante la concentración obrera por el 1° de mayo de 1909, que desatará una huelga general con características hasta ese momento desconocidas para el movimiento obrero argentino, huelga que durará ochos días y que hará que el gobierno tenga que liberar a lxs presxs de aquel 1° de mayo.

Estos hechos pasarán a la historia como la “Semana Roja”.

La Revolución de Octubre

Sin lugar a dudas, la revolución proletaria rusa de octubre de 1917, tendrá una influencia decisiva en el desarrollo y la dinámica de la lucha de clases a nivel mundial, como también a nivel regional y por supuesto influirá decisivamente en la historia de nuestro país.

Es así que, para 1918, un sector proveniente de las filas del Partido Socialista, partido que formaba parte de la Segunda Internacional que había apoyado la guerra imperialista y que se encontraba en crisis y en ruptura en todos los países del mundo, tomará la línea de la flamante Tercera Internacional, el partido de la revolución mundial creado y dirigido por Lenin y Trotsky luego de la Revolución Rusa, y fundará el Partido Comunista Argentino. Pero la Revolución de Octubre no sólo dará origen a partidos comunistas en todo el mundo, será también un factor determinante que fomentará y estimulará la lucha del proletariado contra la explotación en cada rincón del mundo.

Posterior a la Revolución de Octubre, se dará la insurrección de la Liga Espartaquista en Alemania (1918-1919), se producirán agitaciones obreras de características insurreccionales en Francia, Hungría, España, Italia, Austria y en otros países de Europa, incluso por un breve periodo de ciento treinta y tres días en Hungría se declarará la República Soviética Húngara, habrá levantamientos importantes en México y en Nicaragua. Es entonces, en este marco de agudización de la lucha de clases a nivel mundial, que en nuestro país tendrán lugar los hechos de enero de 1919, una huelga general que marcará el rumbo posterior del movimiento obrero y que será recordada como la “Semana Trágica”.

La lucha de la clase obrera, los talleres Vasena

Afectada duramente por la Primera Guerra Mundial, Argentina se verá imbuida en una profunda crisis durante aquellos primeros años del Gobierno Radical de Hipólito Yrigoyen, la baja de los precios en las exportaciones del agro, los cierres de importantes mercados europeos, el corte de las inversiones provenientes del extranjero, empeorarán la situación de la clase obrera y aumentarán así la desocupación.

Para 1918, una vez finalizada la guerra mundial, se verá una leve mejora económica marcada en el crecimiento de algunas industrias (construcción, portuarios, frigoríficos). Pero, a diferencia del resto de la industria, el sector metalúrgico, como consecuencia de la guerra, será seriamente afectado y tendrá el objetivo de bajar los costos. Estos objetivos del empresariado chocarán inevitablemente con los intereses inmediatos de la clase obrera.

Dentro del sector metalúrgico, se encontraban los talleres de Pedro Vasena e hijos que contaba con 2.500 trabajadorxs, siendo una de las empresas más importantes del país.

Lxs trabajadorxs de los talleres Vasena entraron en huelga el 2 de diciembre de 1918, convocadxs por la Sociedad de Resistencia Metalúrgicos Unidos, las reivindicaciones eran: conquistar la jornada de trabajo de ocho horas (en aquellos años las jornadas de trabajo eran interminables con un mínimo de 11 horas, por lo general entre 12-16hs, y en condiciones totalmente degradantes), aumento de salario, condiciones seguras para trabajar y la reincorporación de lxs trabajadorxs despedidxs durante el último periodo. La patronal de los Vasena fue intransigente y respondió al pedido de lxs obrerxs con más despidos, utilizando todos los recursos del estado para quebrar la lucha: policías, bomberos, rompehuelgas, civiles armados y grupos parapoliciales financiados por la oligarquía terrateniente complotarán contra la lucha obrera (por ejemplo, como los grupos de choque impulsados por la Asociación Nacional del Trabajo, asociación dirigida por el presidente de la Sociedad Rural). Sin embargo, la firmeza obrera demostrará que no les sería tan fácil doblegarlxs. Una inmensa solidaridad se desplegó alrededor de los talleres Vasena, trabajadorxs de otros gremios paraban en solidaridad con esta lucha (por ejemplo, el caso de lxs marítimxs que se negaron a transportar material de la fábrica), lxs vecinxs del barrio de Pompeya respaldaban la lucha de lxs trabajadorxs, mientras estxs organizaban la autodefensa obrera mediante los piquetes armados y acciones en represalia contra las fuerzas represivas.

Así transcurrió todo el mes de diciembre. La patronal se endurecía, pero la voluntad de lxs trabajadorxs de continuar con la lucha también.

Los hechos: el “Enero Rojo” de 1919

  • 7 de enero

Los grupos parapoliciales, respaldados por las fuerzas represivas del gobierno de Yrigoyen, intentando doblegar la lucha, desplegarán un enorme operativo contra lxs vecinxs del barrio de Pompeya. Disparando a mansalva dejando un saldo de cinco muertxs y más de treinta heridxs. Horas más tarde, viendo que la situación comenzaba a agudizarse, el jefe de policía y el director del Ministerio de trabajo, presionarán a Vasena para que acceda a una reunión con lxs trabajadorxs, en donde ofrecerán una jornada de 9hs, aumento del 12% del salario y reincorporación de todxs lxs despedidxs. Por falta de tiempo se decidirá continuar la reunión en la fábrica al día siguiente.

Mientras se llevaba a cabo la reunión, el pueblo trabajador se acercará a los locales socialistas y anarquistas para despedir a sus muertxs.

  • 8 de enero

Lxs obrerxs, respetando el acuerdo, se presentarán para continuar la reunión, sin embargo, la patronal, excusándose de haber “infiltradxs” entre lxs trabajadorxs, decidirá no presentarse.

Una nueva representación obrera, respaldada por sus sindicatos, elevará a Vasena un nuevo pliego reivindicativo, quien se negará a recibirlo ya que no aceptaría modificación alguna del “preacuerdo” del día anterior.

Ante la negativa de la patronal a negociar con lxs trabajadorxs, la muerte y la represión, la solidaridad de clase comenzará a expandirse, sumados a lxs metalúrgicxs y lxs portuarixs, otras fábricas y gremios irán adhiriéndose a la protesta. Comenzaba a gestarse la “huelga general”.

  • 9 de enero

La huelga general era un hecho, la ciudad se encontraba paralizada, la clase obrera y el pueblo trabajador recorrían las calles, acompañando los féretros hasta el Cementerio de la Chacharita.

El cortejo fúnebre era encabezado por obrerxs armadxs preparadxs para enfrentar la represión. Durante el recorrido, pasarán por diferentes lugares simbólicos del poder burgués, la iglesia, el destacamento policial y los talleres Vasena, donde se desatarán enfrentamientos de distintos niveles.

Al llegar al cementerio, las fuerzas represivas lxs esperarán con una emboscada, dejando un trágico saldo de más de cincuenta muertxs y centenares de heridxs.

La huelga general se estaba transformando en huelga “insurreccional”. Debido al miedo que generaba para la burguesía esta situación, se dará la orden de militarizar la ciudad, sacando el ejército a la calle y decretando el estado de sitio.

  • 10 de enero

Ante la militarización de la ciudad el pueblo trabajador responderá tomando las calles y defendiéndolas con barricadas y piquetes armados. Mientras tanto la FOF, Federación Obrera Ferroviaria, declarará la huelga general en todo el país y la FORA V Congreso, caracterizará la huelga como revolucionaria pasando a la clandestinidad.

Ante la agudización de la lucha obrera, los grupos parapoliciales comenzarán a radicalizar aún más sus métodos y mostrar su verdadero rostro ideológico anticomunista.

  • 11 de enero

Los grupos parapoliciales desatarán toda su furia contra la clase obrera y el pueblo trabajador: judíxs, rusxs, extranjerxs, mujeres, niñxs pobres, eran víctimas del accionar de estos grupos. Y será durante la noche de este mismo día que se producirá el primer pogrom en suelo argentino y Latinoamericano, cuando la “liga patriótica” entrará en el barrio de Once, mayoritariamente poblado por judíos, y desatará una matanza jamás vista.

La violencia se agudizará con el paso de las horas, Yrigoyen decidirá convocar a Vasena y a la FORA IX Congreso para resolver el conflicto, acordando otorgar las demandas obreras y la libertad de lxs presxs políticxs a cambio de levantar la huelga. Sin embargo, las bases obreras expresarán su disconformidad con la FORA IX Congreso en cada asamblea. La FORA V congreso llamará desde la clandestinidad a continuar la huelga.

  • 12 de enero

Continuarán las persecuciones acentuándose sobre lxs referentes y militantes obrerxs, acusándolxs de querer instalar un soviet en la Argentina.

Muchos de los sindicatos desoirán la decisión de levantar la huelga continuando con la lucha.

  • 13 de enero

Será baleada la Federación Obrera Ferroviaria en represalia por no acatar el acuerdo alcanzado por la FORA IX y el gobierno, ese mismo día serán detenidxs 17 dirigentes obreros ferroviarios (estos seguían en pie de lucha por sus propios reclamos), los ferrocarriles serán militarizados y será clausurada la sede de la FOF.

  • 14 de enero

Finalmente, el General Dellepiane acordará con ambas FORAs (FORA del V Congreso de tendencia anarquista y la FORA IX Congreso con varias tendencias políticas en su interior) las condiciones para levantar definitivamente la huelga general. A las reivindicaciones de carácter económicas se les sumarán las políticas, logrando así la libertad de lxs cientxs de presxs que habían dejado estas jornadas, así como también el libre derecho a reunión y el cese de la violencia por parte de las fuerzas del “orden”.

A pesar del acuerdo alcanzado, la represión por parte del Estado y de los grupos parapoliciales continuará, el mismo 14 se llevará adelante el segundo pogrom en el barrio de Once, dejando un nuevo centenar de muertxs.

Durante los días posteriores, mientras se comenzaba a liberar a lxs presxs, el gobierno se reunirá nuevamente con la FORA IX ratificando el aumento del 40% y la jornada laboral de 8hs. También acordará con Vasena estas condiciones para lxs obrerxs. El lunes 22 de enero lxs obrerxs volverán a las fábricas después 43 días de huelga.

La victoria era innegable, el saldo trágico pagado por lxs obrerxs también.

A modo de conclusión

La lucha iniciada por lxs obrerxs de los talleres Vasena, su victoria y su trágico saldo de más de 2.000 muertxs, marcó un antes y un después en la historia del movimiento obrero.

La agitación y la propaganda política desplegada durante años por los grupos anarquistas y socialistas sobre lxs obrerxs del Gran Buenos Aires, tuvieron su correlato en la toma de conciencia por parte de estxs que apostaron a organizar las fábricas y luchar decididamente por la conquista de sus derechos.

Los hechos sucedidos durante ese enero de 1919 no son causales, la solidaridad de clase y la necesidad de unir las luchas obreras con las de otros sectores castigados de la sociedad, los métodos propios de la clase, como las asambleas y la autodefensa, desataron la ira de la burguesía, provocando una verdadera lucha de clases, las masas obreras y populares se volcaron a la huelga con vocación de poder, haciendo tambalear al gobierno y al régimen social. Fue una verdadera insurrección obrera y popular, desafiaron a las fuerzas represivas a las que también les produjeron muchas bajas, desafiaron al gobierno de Yrigoyen que mostró todo su carácter anti obrero y popular bañando de sangre las calles porteñas, y desafiaron también a la FORA IX que estaba decidida a levantar la huelga a pesar de la voluntad obrera.

Decía Marx, luego de la derrota de la comuna de Paris: “fue la primera vez que la burguesía mostró a cuan demencial crueldad de venganza es capaz de recurrir cuando el proletariado, como clase independiente, con sus propios intereses y reivindicaciones, se atreve a enfrentársele”[1]. Esto mismo fue lo que la burguesía nacional demostró por primera vez en la historia argentina, que no está dispuesta a ceder su poder, y que será capaz de realizar hasta los actos más inhumanos con el fin de defender sus intereses de clase. Esto luego será una constante en la historia de la lucha de clase en nuestro país (la Patagonia rebelde, el Cordobazo, el golpe cívico militar de 1976 y tantas otras más).

La clase obrera demostró en esa semana su gran peso en la estructura económica del país, paralizando sus sectores más importantes y poniendo en jaque a la burguesía, sin embargo, como nos señalará León Trotsky en sus escritos sobre la dinámica de la Revolución Rusa: “(…) ha quedado demostrado que, sin un partido capaz de dirigir la revolución proletaria, esta se torna imposible. El proletariado no puede apoderarse del poder por una insurrección espontanea[2]. Es también parte de las enseñanzas que nos deja esta gesta histórica, sin partido revolucionario, que pueda direccionar correctamente esa gran fuerza obrera y popular el movimiento se dispersa y la burguesía logra continuar con su dominio.

Hoy cuando nuevamente el gobierno y las patronales intentan avanzar sobre nuestros derechos fundamentales como clase, debemos levantar una vez más las banderas de aquellxs militantes de la clase obrera que se atrevieron a desafiar a la burguesía, y le legarán al proletariado argentino una de sus más heroicas luchas.

Notas

[1] Carlos Marx: La Guerra Civil en Francia, 1891

[2] León Trotsky: Las lecciones de octubre, 1924

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