En las últimas asambleas que se hicieron para organizar el 8M se planteó un debate que viene surgiendo en diferentes espacios de lucha y que se viene dando en cada uno de los frentes en los que participamos.
Por un lado se introdujo un debate, sobre si las compañeras trans, travestis, no binaries son o deben ser parte de nuestro movimiento feminista. Nosotras decimos porsupuesto que sí, y no solo nosotras, sino que desde la primera asamble quedó claro de manera unánime que estamos todes les oprimides del heterocisopatriarcado juntes en esta lucha. Pero ¿por qué se le sigue dando manija a este debate reaccionario que atrasa décadas? Para nosotres este «debate» corre el eje de lo que hay que discutir de cara al 8M.
En un año electoral, para algunos espacios políticos, las principales reivindicaciones de nuestro movimiento son una incomodidad. Porque para estos espacios el aborto legal, nuestro derecho a no morir en la cladestinidad «no es estratégico». Resulta muy contradictorio explicar de dónde van a sacar el presupuesto para hacer políticas públicas contra al violencia patriarcal, si están a favor de pagar la deuda del FMI. Puede resultar «pianta votos» asumir públicamente una defensa abierta del pañuelo verde y, sin embargo, resulta urgente redoblar los esfuerzos por garantizar el derecho al aborto legal seguro y gratuito. En el mismo sentido, no podemos freezar la lucha contra el oscurantismo de las iglesias y la separación de los asuntos claricales de la política pública, en pos de un frente electoral que ni siquiera hace parte estos derechos de su plataforma. Y desde ya, lo decimos con todas las letras: sin movilización masiva en las calles nadie nos va a «dar» nada.
Desde el PRC estamos convencides que en el sistema capitalista sólo podremos lograr conquistas importantísimas pero parciales, por las cuales vale la pena luchar incansablemente, pero que nuestra liberación definitiva solo es posible con el socialismo. Incluso pensamos que la situación de las mujeres y disidencias sexuales no están condicionadas por dos sistemas distintos de relaciones sociales que tienen estructuras, dinámicas e historias distintas. Entendemos al patriarcado y al capitalismo como dos sistemas imbricados que deben ser destruidos en una misma lucha.
Ningún gobierno que defienda intereses patronales (chicos, grandes, nacionales o extranjeras) puede satisfacer hasta el final las demandas del feminismo ni con este gobierno ni con los gobiernos peronistas. Si bien durante el kirchnerismo hubo un crecimiento del ingreso favorecido por el contexto económico internacional, se basó en la precarización laboral, con un modelo de acumulación centrado en el extractivismo de recursos naturales y la explotación sojera. Ninguno de los dos gobiernos dejó de pagar la deuda externa ni va a hacerlo. En ambos modelos sufrimos ajuste, violencia y descomposición social. Ninguno logró desarticular la trata de personas. En ambos la falta de presupuesto y de planificación en materia de salud pública dejaron como saldo más femicidio, travesticidios y muertes por abortos clandestinos.
Por todo esto, desde el PRC estamos convencides que la lucha es una sola. Que un feminismo que no luche por el socialismo no puede triunfar y que el socialismo será feminista o no será.
¡8M: por un paro efectivo de mujeres lesbianas, trans, travas!
¡Aborto Legal Seguro y Gratuito!
¡No al pago al FMI!
¡Al patriarcado y al capitalismo los tenemos que tirar juntos!