¿Qué pasa en Cuba?
La actual crisis en Cuba no es ajena a la crisis mundial que desde 2008 azota la economía. La burguesía ha afrontado esta crisis con planes de ataques sistemáticos a la clase trabajadora y a las poblaciones en distintas partes del mundo. En Cuba, donde existen fuertes injerencias de capitales imperialistas en sectores claves de la economía, no ocurre algo diferenciado. Por eso la situación allí debemos inscribirla en las tendencias generales del movimiento: movilizaciones y revueltas por hambre, contra la pauperización de la vida. Sin embargo, la particularidad de la isla es la de un país agredido por el imperialismo yanqui y con un Estado obrero degenerado.
Crisis mundial, ajuste sobre las masas y retroceso de la política socialista en Cuba
En todos los países del globo se ve como avanza una crisis económica, social, sanitaria y política. Esta crisis iniciada en 2008 se vio agravada por la pandemia mundial de COVID-19. Si bien toda la economía mundial se ha comportado en forma recesiva, las alteraciones en algunos sectores económicos han sido mayores que en otros.
Uno de los sectores más castigados por la dinámica de la pandemia fue el turismo, sector clave para la economía cubana. Como se sabe, este país ha permitido la inversión extranjera de capitales imperialistas en ese rubro -entre otros- y es el gran proveedor de divisas a la isla.
En este sentido es que hablamos de un Estado obrero degenerado o una revolución congelada, ya que las principales conquistas de la revolución triunfante de 1959 que se definió como socialista en 1960, es decir la expropiación de los principales resortes de la economía y su centralización en el Estado obrero, entre otras medidas, es algo que desde hace años se encuentra en franco retroceso a la par que avanza un proceso de restauración capitalista comandado por el propio PC cubano.
Este retroceso en la política socialista por parte de la conducción política puede observarse tanto en lo dicho en relación a la cuestión económica interna como en la política exterior que lleva adelante el PCC, esto es el abandono de una política internacionalista revolucionaria que se traduce en trabar alianzas estratégicas con sectores políticos burgueses y convocar a las masas trabajadoras a apoyarlos e integrarse a ellos en lugar de combatirlos.
Movilizaciones por la carestía
Es indudable que, en este marco, la política de la burocracia stalinista de ajuste ha generado un empeoramiento de las condiciones de vida de las masas en Cuba. Centralmente a eso responden las movilizaciones que ocurrieron el pasado 11 de julio. Como en muchos países del mundo, la combinación de ajuste, empeoramiento de las condiciones de vida y aumento de casos de COVID-19 generan tendencias a la movilización y en algunos casos a la revuelta popular.
Los cortes de luz, la falta de alimentos, la devaluación de la moneda, la amenaza sobre los subsidios a la población son algunas de las principales causas de esas movilizaciones.
Insistimos que la particularidad de Cuba es que estos hechos se dan en un país agredido fuertemente por el imperialismo yanqui, con un bloqueo criminal que ya lleva más de 60 años (profundizado durante el gobierno de Trump), y en el que el sector privado de la economía se encuentra en manos de capitales extranjeros asociados al Estado cubano.
El imperialismo, los gusanos y sus lacayos
Ante las movilizaciones, el Estado Cubano respondió como cualquier régimen burgués, con represión, encarcelamientos e incluso un manifestante asesinado por la policía.
Los yanquis, los gusanos que viven en Miami y toda clase de lacayos salieron enseguida a hablar de derechos humanos en Cuba, de libertad, de dictadura y todo el arsenal que tienen los liberales para referirse a la necesidad de aumentar la explotación del pueblo y el sometimiento de un país.
Estos mismos sectores sociales son los que callan ante la aplicación del terrorismo de Estado en Chile durante la revuelta popular de 2019, los que callan ante el Estado narco-terrorista de Colombia que asesina dirigentes sociales y políticos a diario, los que callan ante los golpes de Estado como en Bolivia que se llevó adelante con dos masacares, Senkata y Sacaba, propias de cualquier dictadura, los que callan ante los golpes de Estado de Brasil, Paraguay y Honduras; ni que hablar de los propios yanquis, quienes siguen practicando la segregación de lxs afroamericanxs con policías que actúan según el color de piel y la invasión y conquista de cuaquier pueblo como mecanismo de asegurar mercados.
Sin embargo, la intervención criminal del imperialismo con el bloqueo y con el intento de apropiación mediática no nos puede llevar a una posición inocente de “si estos hablan mal de Cuba” entonces nosotrxs estamos con Cuba. La “grieta” que articula así los supuestos bandos progresistas y reaccionarios esconde más de lo que explica.
Que los gusanos de Miami quieran apalancarse sobre un movimiento de descontento es algo obvio. El problema central es por qué el Estado cubano, en lugar de absorber positivamente las demandas sociales, no puede dar cuenta de ese descontento y su única respuesta es la represión.
Libertad a lxs presxs políticxs
Es necesario condenar la respuesta represiva del Estado cubano y exigir la libertad de lxs presxs. Son presxs políticxs, en tanto han sido arrestadxs por protestar contra un estado de cosas que es realmente grave.
No es una posición inocente; sabemos de la necesidad de enfrentar a los elementos contrarrevolucionarios y ejercer la necesaria represión de la mayoría sobre la minoría. Pero esta represión debe estar destinada a la clase enemiga, no al pueblo, no a lxs trabajadorxs, no a quienes denuncian la falta de luz, comida y salud.
La casta burocrática que dirige el Estado cubano, que vive con los privilegios propios de la burocracia de un Estado obrero degenerado, obtura cualquier expresión política de tendencias revolucionarias.
El partido único como régimen, la fusión del partido y el Estado y la prohibición de la expresión callejera de las masas son una combinación contraria a los intereses de la revolución socialista, proyecto político que busca la mayor democracia para las mayorías.
Por una revolución política en Cuba y por una nueva dirección proletaria mundial
Ante una revolución congelada en Cuba, y con una falta de dirección política revolucionaria en el mundo, es que posicionarse sobre las movilizaciones de protesta en la isla se hace complejo y muchas veces queda reducido o a un puro defensismo como si la revolución aún estuviese en marcha o a una crítica tal que queda emparentada con la intervención imperialista y los liberales.
La necesidad de una revolución política dentro de la isla así como el triunfo revolucionario de la clase trabajadora en el continente y en el mundo son parte de las necesidades actuales, necesidades que, por más acuciantes que sean, no se resuelven en la pluma y la palabra sino en el trabajo sistemático de organización revolucionaria y la lucha diaria por llegar a cada vez más sectores de la clase trabajadora con una política de independencia de clase y por un cambio revolucionario.
La lucha por un programa socialista y un Estado obrero y popular que instaure la más amplia democracia para las mayorías y conquiste para la clase y el pueblo una economía planificada que pueda dar respuesta al padecimiento que atravesamos como clase debe ser nuestra guía cotidiana por una sociedad verdaderamente justa.
Abajo el bloqueo imperialista sobre Cuba
No a la represión estatal de la protesta social por justas demandas. Libertad a lxs presxs políticxs.
Por una revolución política socialista en Cuba
Por una nueva dirección proletaria mundial