
El resultado del balotaje ha dado ganador a Macri. Es decir, que ganó la derecha. Nosotros creemos que el período que se viene va a ser duro para nosotros, pero no porque haya ganado Macri, sino porque la realidad económica de Argentina, un país dependiente en una coyuntura de crisis mundial, es frágil y requiere, para recomponer las ganancias de los patrones, de un ajuste, de un ataque a los “costos” laborales, a nosotros los laburantes.
Para ser concretos, tanto Macri, con su discurso empresarial y Scioli, con su discurso desarrollista, representan los intereses de nuestros patrones. Es decir, ambos iban a aplicar el ajuste, con devaluación, despidos, suspensiones, aumento de precios, etc.
Pero entonces… ¿no había elección en el balotaje? Claro que no, estas elecciones sirvieron para que los trabajadores optemos por figuras mediáticas que no dicen lo que van a hacer, ni representan nuestros intereses. Los trabajadores tenemos que defendernos confiando en nuestras propias fuerzas.
La experiencia dice que el Macrismo y el Kichnerismo ya gobernaron juntos en la ciudad de Buenos Aires, por lo tanto no debemos esperar nada de los dirigentes kichneristas. Ellos están más acostumbrados a justificar represiones a los luchadores que a luchar. Ellos están más acostumbrados a frenar la lucha que a impulsarla.
Pero entonces… ¿todo está perdido? Claro que no. Las trabajadoras y trabajadores tenemos que plantarnos en la lucha para enfrentar el ajuste en un frente único que defienda todos nuestros derechos.
Tenemos que iniciar un profundo debate que nos conecte con lo mejor de nuestra historia. La unidad construida en las asambleas populares, en los movimientos de trabajadores desocupados, en los centros culturales de los barrios, las huelgas de fábrica y generales, la recuperación sindical de las comisiones internas y seccionales de las manos de la burocracia que juega para los patrones, en la ocupación de las fábricas que cierren o despidan, es decir, en la rica experiencia de organización de los trabajadores que nada tiene que ver con el PRO, la UCR o el FPV.
Ahora que tenemos un gobierno con un claro perfil empresarial, tenemos que cuidarnos de que no nos ganen la cabeza: los trabajadores no somos enemigos de los desocupados, de los pobres, de los que cobran un plan. No tenemos que caer en la trampa de creer que ese sector es el que nos impide vivir dignamente. En todo caso, son los empresarios, los sectores patronales de clase alta que ganan millones a costa del laburo de muchos y la desocupación de otros, los que nos niegan a todos la posibilidad de una vida digna. Somos todos trabajadores: mientras que unos trabajan 9 o 10 horas, otros no trabajan porque casi no tienen lugar en esta sociedad. Por eso, el reparto de las horas de trabajo, con salario igual a la canasta familiar para todos, es una forma de combatir el discurso gorila que quiere distraernos de los verdaderos problemas enfrentándonos entre nosotros.
Ahora que tenemos un gobierno con un claro perfil gorila, debemos estar bien atentos a no cometer los errores de siempre. Ante los gorilas los trabajadores muchas veces optaron por seguir a tal o cual dirigente peronista, y con el tiempo ese dirigente terminó siendo o apoyando a un gorilón. Esta vez los trabajadores tenemos que construir un frente de lucha propio, que no quiera quedar bien con ningún bloque patronal. Un frente de lucha de la clase trabajadora, que le ponga una barrera al nuevo gobierno y que empiece a mostrar una política propia para gobernar el país.
Para ser concretos, tanto Macri, con su discurso empresarial y Scioli, con su discurso desarrollista, representan los intereses de nuestros patrones. Es decir, ambos iban a aplicar el ajuste, con devaluación, despidos, suspensiones, aumento de precios, etc.
Pero entonces… ¿no había elección en el balotaje? Claro que no, estas elecciones sirvieron para que los trabajadores optemos por figuras mediáticas que no dicen lo que van a hacer, ni representan nuestros intereses. Los trabajadores tenemos que defendernos confiando en nuestras propias fuerzas.
La experiencia dice que el Macrismo y el Kichnerismo ya gobernaron juntos en la ciudad de Buenos Aires, por lo tanto no debemos esperar nada de los dirigentes kichneristas. Ellos están más acostumbrados a justificar represiones a los luchadores que a luchar. Ellos están más acostumbrados a frenar la lucha que a impulsarla.
Pero entonces… ¿todo está perdido? Claro que no. Las trabajadoras y trabajadores tenemos que plantarnos en la lucha para enfrentar el ajuste en un frente único que defienda todos nuestros derechos.
Tenemos que iniciar un profundo debate que nos conecte con lo mejor de nuestra historia. La unidad construida en las asambleas populares, en los movimientos de trabajadores desocupados, en los centros culturales de los barrios, las huelgas de fábrica y generales, la recuperación sindical de las comisiones internas y seccionales de las manos de la burocracia que juega para los patrones, en la ocupación de las fábricas que cierren o despidan, es decir, en la rica experiencia de organización de los trabajadores que nada tiene que ver con el PRO, la UCR o el FPV.
Ahora que tenemos un gobierno con un claro perfil empresarial, tenemos que cuidarnos de que no nos ganen la cabeza: los trabajadores no somos enemigos de los desocupados, de los pobres, de los que cobran un plan. No tenemos que caer en la trampa de creer que ese sector es el que nos impide vivir dignamente. En todo caso, son los empresarios, los sectores patronales de clase alta que ganan millones a costa del laburo de muchos y la desocupación de otros, los que nos niegan a todos la posibilidad de una vida digna. Somos todos trabajadores: mientras que unos trabajan 9 o 10 horas, otros no trabajan porque casi no tienen lugar en esta sociedad. Por eso, el reparto de las horas de trabajo, con salario igual a la canasta familiar para todos, es una forma de combatir el discurso gorila que quiere distraernos de los verdaderos problemas enfrentándonos entre nosotros.
Ahora que tenemos un gobierno con un claro perfil gorila, debemos estar bien atentos a no cometer los errores de siempre. Ante los gorilas los trabajadores muchas veces optaron por seguir a tal o cual dirigente peronista, y con el tiempo ese dirigente terminó siendo o apoyando a un gorilón. Esta vez los trabajadores tenemos que construir un frente de lucha propio, que no quiera quedar bien con ningún bloque patronal. Un frente de lucha de la clase trabajadora, que le ponga una barrera al nuevo gobierno y que empiece a mostrar una política propia para gobernar el país.
23 de noviembre de 2015
Partido por la Revolución y el Comunismo – PRC
Partido por la Revolución y el Comunismo – PRC