Desde que se decretó la quiebra de la empresa, se hizo cargo la firma Ovoprot. La empresa se comprometió a tomar todo el personal cuando se alcance el nivel de producción que había, esto es, 200.000 pollos. Sin embargo, la fábrica está aún muy lejos de operar a pleno y de tomar a todos sus trabajadores. Hablamos de unas 5.000 familias que no tienen resuelto el pan diario.
Recién a fines de abril se esperan unos 80.000 pollos, y retomarían sus tareas unas 400 personas. Actualmente, las granjas están trabajando con poco más de la mitad del personal, unas 800 personas. Pocos trabajan en Planta II de El Jagüel, y está totalmente vacía la Planta I de Unión Feroviaria.
Los obreros están recibiendo un salario vía Repro de $6.000, algo que no alcanza para nada, y que es menos de la mitad del salario que tenían. Por otra parte, como figuran en el ANSES con la antigua situación, no perciben el salario familiar. Además, les han cortado la obra social, y acceder a medicamentos se les hace cuesta arriba o directamente imposible. Por eso, entre lo que precisan de manera más urgente están los pañales, los medicamentos, leche y alimentos no perecederos.
El gobierno de Cambiemos, al asumir, prometió solucionar el conflicto de Cresta Roja. Nada de eso ocurrió y hoy los trabajadores están en una situación de incertidumbre mayor que en diciembre de 2015.
El fondo de lucha que vienen haciendo los obreros, además de lo económico, sirve para denunciar que el gobierno no resolvió su situación, y que la lucha de los obreros de Cresta Roja está igual o más abierta que antes.
El 18/4 tienen una asamblea, donde se plantea la posibilidad concreta de que retomen las tareas una tanda importante de compañeros. Todos deben entrar, bajo el mismo convenio y con la misma remuneración. Ese debe ser el objetivo. ¡Qué Ovoprot y el gobierno se hagan cargo y resuelvan la situación!