Comenzó la carrera electoral en Argentina. Es necesario que quienes pretendemos un cambio revolucionario en la sociedad tengamos claro cuál es el rol de las elecciones en este sistema.
La disputa electoral es un frente más de lucha para los partidos revolucionarios. Siendo un proceso en el que las más amplias masas participan en la discusión política, se abren mayores posibilidades para exponer nuestros planteos socialistas.
Además, en el contexto actual, las elecciones por venir son una herramienta más donde expresarle a la clase dominante el rechazo total y profundo que sentimos ante el ajuste social en curso.
Sin embargo, es necesario afirmar que los cambios profundos que necesita nuestra clase no se pueden dar accediendo electoralmente al Estado burgués. No es posible acceder al poder obrero por la vía electoral.
La experiencia histórica nos muestra (recordemos el caso del gobierno de Allende en Chile) que la vía pacífica y parlamentaria al socialismo fracasa, pues en ella la clase dominante sigue conservando los principales resortes del poder económico y militar, para intervenir y voltear los procesos cuando lo estime conveniente.
Es imprescindible avanzar en el desarrollo de un movimiento obrero independiente y en la construcción de un partido revolucionario potente y arraigado, que logre estar en condiciones de expulsar del poder a la burguesía para establecer un gobierno de la clase trabajadora, que tenga el poder real y no sólo legal.
Ese poder obrero implica el desarme completo de la burguesía. Y es la única garantía que tenemos todos quienes anhelamos cambiar de raíz nuestra sociedad y construir el socialismo.