Otra vez, la multinacional mexicana Metalsa echa a un activista para que no se postule a delegado, persiguiendo a los compañeros y violando las leyes laborales.

En el sector que fabrica chasis para Ford, las elecciones a delegados deberían haberse realizado en septiembre del 2017. Pero la empresa y el sindicato las vienen postergando. Con maniobras de cambios de sector de posibles candidatos -y hasta de despidos-, Metalsa “elige” quiénes “representarán a los obreros”, quiénes se pueden postular y quiénes no. Una práctica que ya es habitual.

El despido del compañero R. desató una fuerte campaña por su reincorporación y para que se pueda postular a delegado, ya que había recolectado el apoyo de muchos compañeros de su sector.

La campaña por la reinstalación inmediata se viene desplegando hacia afuera con petitorios y fotos con personalidades, y hacia adentro con pegatinas de Stikers por parte de la Agrupación Trabajadores de Metalsa en Lucha, de la que R. es parte.

La campaña llevada adelante por los obreros recrudeció la persecución por parte de la empresa sobre los principales referentes de la agrupación, quienes son discriminados, manteniéndolos en una sección aislada del resto de los trabajadores de la fábrica, desconociendo la patronal los fallos de reinstalación en sus lugares de trabajo con los que los compañeros fueron reincorporados.

¡Inmediata reincorporación de R. A.! ¡Basta de persecución en Metalsa! ¡Democracia sindical irrestricta!