Pese al creciente descontento social y a las enormes movilizaciones contra la política de Macri, el gobierno sigue firme en su plan económico de ajuste generalizado sobre la clase trabajadora: tarifazos, inflación, despidos, paritarias a la baja, flexibilización de convenios. Sólo la lucha independiente de nuestra clase puede derrotar al gobierno. El plan de lucha nacional y la huelga general es una necesidad inmediata para frenar el ataque de gobiernos y patrones.

Este plan económico no va más

El plan del gobierno en términos macro económicos es un plan de re-primarización de la economía, en el cual la Argentina se inserte en el mundo mediante la exportación de bienes primarios e importando todo lo demás.

Esta idea del gobierno es la idea que tienen del mundo las potencias imperialistas y los grandes monopolios multinacionales. En un mundo en crisis, con sobreproducción, la política es destruir los sectores “no competitivos”. El gobierno de Macri viene a cumplir estos deseos.

Actualmente, la política del gobierno se expresa en el techo a las paritarias por debajo de la inflación, la firma de convenios colectivos precarizadores, el desfinanciamiento de las cajas jubilatorias (incluido el ANSES), la destrucción de empleo público y privado, la reconversión de la industria en importadores de mercancías.

Esta política económica viene dejando un tendal de despidos, de compañeras y compañeros que pierden poder adquisitivo y mayor precarización laboral. Y la única forma de hacer pasar este plan completo es derrotando a la clase obrera y al pueblo trabajador.

Es por eso que echan mano a las fuerzas represivas del Estado (que vienen interviniendo en todos los conflictos sociales como guardianes de los capitalistas), endurecen el régimen con presos políticos, persecución judicial mediante procesamientos, a lo que debemos sumar la agitación derechista de la base de Cambiemos que cada vez más representa una política fascista.

Hay fuerzas y disposición para luchar

Los primeros meses de 2018 muestran la continuidad de la situación abierta en 2017. Y un gobierno que tiene un solo plan: atacar las conquistas históricas de la clase obrera y el pueblo trabajador, y llevar adelante una baja generalizada de salarios.

Para frenar esta avanzada gubernamental y patronal, necesitamos derrotar políticamente al gobierno. No hay otra forma de frenarlo. En las jornadas del 14 y 18 de diciembre se vio que hay fuerza y disposición para luchar.

Todo el año 2017 ha sido de masivas movilizaciones contra estas políticas, y el 2018 ya ha arrancado en el mismo tenor.

Hay luchas que sacudieron enero, desde la mina de carbón de Rio Turbio hasta los azucareros de Jujuy y Salta, pasando por FANZUL, el INTI y el Posadas. Ya pronto se sumarán a la lucha los trabajadores de Ferrobaires, los docentes de todo el país, los estatales y bancarios.

Plan de lucha nacional para derrotar al gobierno

En este escenario de ajuste, el mayor escollo que tenemos es la dirección del movimiento obrero. Las fuerzas revolucionarias aún no logramos tener la potencia necesaria para disputar la dirección que ejerce en los hechos el peronismo.

Venimos haciendo la experiencia con enormes sectores de la clase que debemos continuar y amplificar lo más posible. La estrategia del PJ es votar en 2019 administrar la miseria que quede después del ajuste macrista. Y, como siempre, sin modificar las condiciones estructurales heredadas.

La reunión de coordinación que convocó el Hospital Posadas a mediados de febrero tuvo la virtud de juntar las principales luchas. Necesitamos darle continuidad y avanzar en que cada gremio, cada lucha, pueda coordinar acciones comunes con el resto de los sectores que aún no se encuentran en conflicto.

En este sentido, los sindicatos y comisiones internas recuperadas deben jugar un rol central en propiciar la coordinación central y regional para avanzar en medidas comunes que nos permitan golpear en unidad.

Es fundamental continuar la discusión en cada lugar de trabajo por un plan de lucha nacional del conjunto de la clase obrera y el pueblo trabajador, con un programa de lucha que nos permita superar la falsa polarización entre macrismo-peronismo, y avanzar en una alternativa obrera y popular, un gobierno propio y una salida socialista.