El gobierno nacional de Macri está en crisis. La corrida cambiaria, la inestabilidad económica, la política de ajuste y el acuerdo con el FMI, se manifiestan en toda su verdad. No hay ninguna perspectiva para la clase trabajadora en el marco de la situación.

Cuidar la gobernabilidad y las instituciones, como plantea el peronismo en sus diferentes versiones, es lisa y llanamente convalidar el programa de ajuste. Hoy, cuidar la gobernabilidad es cuidar el mando del capital hasta que, en las próximas elecciones, se elija entre quienes son mejores para administrar las consecuencias del ajuste en curso.

Las iniciativas parlamentarias muestran la verdadera cara del régimen. El veto a la ley de tarifazo la falta de quórum para tratar el acuerdo nefasto con el FMI muestran que no hay condiciones de discutir en ese antro de ricos que es el parlamento ninguna mejora para la clase.

La concentración de un millón de mujeres que forzaron la media sanción de la ley de interrupción voluntaria del embarazo es la clara muestra de que el congreso nacional sólo puede conceder derechos ante la clase movilizada.

Las discusiones sobre el presupuesto nacional de ajuste son estériles si la clase trabajadora no interviene con un programa propio movilizando en las calles y parando los centros de producción. Incluso el contundente paro general del 25 de junio, en este sentido, aunque golpeó al gobierno, es también una lavada de cara de la burocracia que se vió forzada a parar por el enorme descontento que se acumula por abajo.

Llamamos las y los trabajadores a tomar en sus manos la discusión de un programa de salida a la crisis. Este programa tiene que arrancar por las medidas primarias que un gobierno obrero y popular debería tomar para salir de la crisis: aumento de emergencia para todos los asalariados y jubilados, indexación de todos los salarios por inflación, desconocimiento del acuerdo con el FMI y de la deuda externa, ocupación de toda fábrica que cierre, reparto de las horas de trabajo para que no haya desocupación manteniendo el poder adquisitivo, entre otras medidas.

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