Los días 13 y 14 de junio cientos de miles salimos a la calle para que se apruebe en la cámara de diputados el proyecto de la Campaña por el Aborto Legal Seguro y Gratuito. La media sanción obtenida fue lograda en las calles con años de movilizaciones y Encuentros Nacionales de Mujeres, donde se disputaba cuerpo a cuerpo el derecho a decidir con represión policial incluida.

Ese recorrido es parte de la construcción de las masivas movilizaciones de los últimos años, de un feminismo que crece con la incorporación de lxs pibxs más jóvenes. Así como las mujeres decimos no a la maternidad como destino, también decimos sí a elegir cuándo ser madres. Decimos basta de aborto clandestino e inseguro para las personas de la clase trabajadora.

La iglesia, desde los sectores más conservadores a los “progresistas”, como los curas villeros, han sacado a relucir un arsenal de argumentos para seguir controlando la sexualidad. Hace unas semanas, el cura Pepe, referente villero, salió a decir que el aborto era una exigencia del FMI para controlar la natalidad de los pobres.

La iglesia no se enfrenta al FMI sino que enfrenta a las mujeres y personas con capacidad de gestar. La iglesia se sostiene de la pobreza, y el ajuste le viene bien ya que recibe cuantiosos subsidios del Estado por su caridad.

Su papel es frenar en las barriadas la bronca contra el ajuste. Por eso no quiere que las mujeres del pueblo trabajador, las ocupadas, las desocupadas, las villeras, podamos decidir sobre nuestra capacidad de gestar.

Desde las calles a ganar en el Senado

Este 8 de agosto seremos protagonistas de una nueva jornada histórica. Nuevamente, junto a miles de compañeras saltando, cantando, llorando, levantando la temperatura, colmemos las calles en todo el país para lograr que sea ley.  

Sabemos que esta lucha continúa más allá de la sanción de la ley: para que sea efectiva, se necesitan recursos como con la educación sexual integral en las escuelas o la ley contra la violencia hacia las mujeres.

Seguiremos la lucha para que se reglamente y se asignen los recursos necesarios para que el aborto sea seguro y gratuito.

¡Por la separación de la iglesia del Estado, basta de subsidiarla!

¡Aborto legal, seguro y gratuito!

¡Sin feminismo no hay socialismo!