En estos días, se han movilizado en Brasil diversos sectores del pueblo trabajador exigiendo que levanten la proscripción de Lula da Silva para que pueda presentarse en las próximas elecciones, que serán en octubre de este año. Finalmente, el PT lo ha inscripto como candidato. En este marco, ¿cuál es la salida de fondo para la clase trabajadora?
La lucha por las libertades democráticas
Hace pocos días, el Partido de los trabajadores de Brasil inscribió a Lula da Silva como candidato a las presidenciales.
Recordemos que el ex presidente había sido encarcelado en abril de este año por una causa de supuesta corrupción impulsada por la derecha brasileña, en un acto de clara persecución política.
Así, un sector de la burguesía intentaba allanar el camino para legitimarse en las urnas en octubre. Al cierre de esta edición, esto estaría cerca de lograrse.
El ataque a las libertades democráticas se inscribe en este corrimiento hacia regímenes cada vez más autoritarios, como ocurre en otros países de la región.
El mismo PT abrió el camino
Sin embargo, y aunque desde el PRC reivindiquemos las movilizaciones a favor de las libertades democráticas, decimos que la clase obrera y el pueblo trabajador no verán satisfechas sus demandas si continúan apoyando a quienes han sido cómplices del saqueo.
Era el PT, el partido de Lula, quien gobernaba cuando Dilma Roussef inició el ajustazo y quien se alió al partido del golpista Temer, ahora en el gobierno.
Para decirlo sencillo: no se podrá frenar el ajuste y las reformas antipopulares (laboral, previsional, etc.) que impulsan los capitalistas en todo el planeta si no se desarrolla una fuerza política y social de masas que ponga por delante, a la cabeza, los intereses de la clase.
En este sentido, bien vale presentar una alternativa independiente para que se exprese en las urnas.
Por una salida política de fondo y de clase
Pero, hay que decirlo, no hay salida dentro del régimen democrático burgués que beneficie a la clase trabajadora y sectores populares.
Sólo el desarrollo de organismos democráticos de la clase trabajadora, de los sin tierra y pobres de las ciudades y del campo puede encaminar la crisis brasileña a una salida de fondo.
Sólo una revolución obrera y socialista puede detener en forma definitiva el avance neoliberal de estos gobiernos que, bajo las órdenes de los grandes capitales, quieren arrasar con nuestros derechos.