Por un mundo donde seamos «socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres»

Nos proponemos transformar este mundo desde la raíz. El feminismo crece y arrasa, cuestionando todo lo que toca, está haciendo temblar al sistema patriarcal y a todas las instituciones que sostienen y perpetúan la opresión de las mujeres y las disidencias sexuales.

El feminismo también nos interpela en nuestras prácticas cotidianas, en los lugares de trabajo, en nuestras organizaciones políticas, de cara a nuestrxs compañerxs, en las formas en que nos vincularnos, sentimos y vemos el mundo, en los espacios que ocupamos y los que dejamos de ocupar…

¡Todo tiene que ser trastocado! Por eso la militancia socialista y feminista es necesaria para la radicalidad de la revolución que queremos. ¡Qué el patriarcado y el capitalismo caigan juntos!

¿Por qué construir un feminismo socialista?

El patriarcado, como sistema de dominación, no se reduce a las relaciones personales o a la cultura machista. Más allá de que el capitalismo y el patriarcado se hayan conformado en momentos históricos diferentes, en su devenir histórico se fueron imbricando.

La acumulación capitalista se beneficia de la explotación de las mujeres en los ámbitos domésticos y de cuidado, con el trabajo no pago; se beneficia además al pagarnos menor salario, de limitarnos a trabajos precarizados, de explotar sexualmente nuestros cuerpos, de controlar nuestra capacidad reproductiva y elecciones sexuales, de construirnos como consumidoras.

La ideología burguesa, con las instituciones religiosas, romantiza la vinculación de la mujer a la familia, nos construyen como género pasivo, débil, bello; busca reducirnos a incubadoras, cuidadoras, objetos de consumo y consumidoras.

Esta “mujer” que se nos impone, nos atraviesa y es parte de profundos malestares, malestares que venimos politizando. De-construir estas opresiones es un inmenso compromiso, y hacemos de ella una tarea colectiva.

A muchas de las que hoy caminamos por Trelew, estos roles asignados a las mujeres nos pueden parecer del pasado, pero es la realidad de las mayorías de las mujeres de la clase trabajadora.

Mujeres que también trabajan fuera de sus hogares, con menos derechos, más precarizadas, con más dificultades para salir de relaciones violentas o decidir sobre su vida sexual y  (no) reproductiva.

Por eso, queremos un feminismo que se construya desde las fábricas, las escuelas, los barrios: un feminismo clasista.

Nuestra propuesta es la organización partidaria desde el feminismo y el marxismo revolucionario, que se plantee la necesidad de la autodefensa feminista y de clase, así como de escrachar la violencia machista de donde venga.

Por una revolución socialista y feminista

Sabemos que socializar los medios de producción no erradica por sí la dominación patriarcal. No se puede terminar con todas las opresiones sin una lucha conjunta y desde ahora contra el patriarcado como sistema, pero también contra las maneras patriarcales de relacionarnos y de hacer política. Por eso decimos que ¡sin feminismo no hay socialismo!

Y queremos un feminismo que luche también contra el capitalismo y por la revolución socialista. Esta es la posición que acercamos al Encuentro Nacional de Mujeres, para que profundicemos nuestro movimiento, y no nos enconsertemos en proyectos políticos, que, aunque pongan a una mujer a la cabeza y oportunamente incluyan nuestras reivindicaciones, nos limitan a la conciliación de clases, con las iglesias, o con dirigentes sindicales pacificadores que ni siquiera llaman a los paros de mujeres.

La lucha feminista necesita de una transformación de la sociedad toda, se trata de transformar el modo de producir la vida.

Este mundo así no va más y tenemos la convicción política de que podemos hacer un mundo nuevo. Como parte de clase trabajadora, nos mueve el deseo de cambiarlo todo.

¡Por un feminismo que luche por el socialismo! ¡Por un socialismo feminista!