Fallo histórico: condenan a directivos de la Ford por delitos de lesa humanidad

Casi 30 años de lucha contra la impunidad, se consiguió el pasado martes 11/12 un fallo sin precedentes: la condena a dos directivos de la fábrica Ford por ser partícipes necesarios de la desaparición de obreros durante la última dictadura cívico militar.

La lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia dio sus frutos
El Tribunal Nº 1 de San Martín condenó a Pedro Müller (10 años), Héctor Sibilla (12 años) y Santiago Omar Rivero (15 años). Los dos primeros eran gerentes de la planta ubicada en Pacheco durante la última dictadura cívico militar, y deberán cumplir su condena en cárcel común. El tercero fue comandante en Campo de Mayo.
Este fallo es resultado de años de movilización por todo el arco de organismos de Derechos Humanos, pero en particular de quienes entonces eran delegados y trabajadores de la Ford (que sobrevivieron a la persecución y la tortura del terrorismo de Estado), quienes comenzaron con las denuncias en los años ‘80 y nunca cesaron de luchar.
Si bien se ha avanzado parcialmente en los juicios contra los militares, poco y nada se había logrado hasta aquí en lo que respecta al juzgamiento y condena a los actores civiles cómplices de la represión sistemática y organizada desde el Estado, que incluso comenzó previa al golpe del ‘76 con la Triple A de Perón y López Rega, que perseguía y asesinaba militantes ya desde el ‘73, en “democracia”.

La burguesía, detrás del golpe militar
Lo histórico de este fallo porque es la propia “justicia” del régimen burgués la que pone en evidencia la complicidad patronal con la dictadura.
Esa complicidad empresarial fue necesaria porque, ante la avanzada de la lucha y la organización por parte de enormes sectores de la clase obrera y el pueblo trabajador durante las décadas del ‘60 y ‘70, quienes sintieron amenazados sus intereses como clase fueron, justamente, patronales como Ford.
La dictadura militar del ‘76 fue la cruenta salida política de la burguesía imperialista y local que hoy sigue gobernando a esa avanzada obrera: al crecimiento de la organización clasista y antiburocrática en las fábricas y de las organizaciones polìticas de la clase.
Por eso, los Müller o los Sililla fueron cientos a lo largo y ancho del país, entregando obreros y obreras, confeccionando listas negras (muchas veces en complicidad con las burocracias sindicales), entregando datos a las Fuerzas Armadas y bandas parapoliciales, ante la posibilidad de ver en riesgo sus privilegios de clase.
Y, por eso mismo, también hoy es sumamente difícil la organización y la democracia obrera dentro de las fábricas.
Allí donde se producen las más altas ganancias rige la dictadura del capital: las sanciones y despidos a quienes intentan organizarse fueron y son moneda corriente en todos estos años de “democracia”. No es casual tampoco encontrar en los sectores más importantes de la industria a las burocracias sindicales más rancias.
Se nos garantiza el derecho a votar a los representantes, pero en los hechos querer hacer asambleas o plantear un reclamo colectivo en el lugar de trabajo puede valernos quedar en la calle. Y, si reclamamos en la calle, no dudan en reprimirnos.
Desde este punto de vista, no es casual los aumentos represivos por parte del gobierno de Cambiemos. Son los mismos intereses capitalistas los que hoy exigen el ajuste (es decir, todo ese paquete de medidas anti obreras) para obtener mejores ganancias y hacernos pagar la crisis.

¡La lucha continúa!
La lucha contra la impunidad de ayer y la de hoy se torna fundamental y es un frente más desde donde pararle la mano al conjunto de los explotadores y sus políticos, que hoy siguen gobernando y se envalentonan y avanzan en toda la región.
Desde el PRC reivindicamos el fallo pese al gusto a poco que dejan las condenas, justamente porque es un resultado de la lucha por las libertades democráticas y contra la impunidad de ayer y también la de hoy.
La pelea es porque juzguen y condenen a todos los responsables militares, civiles y eclesíasticos de todxs y cada unx de lxs asesinadxs, detenidxs y desaparecidxs de nuestra clase.
La pelea es también por levantar hoy las banderas de lucha por una sociedad justa, -una sociedad socialista-, con la que soñaron y por la que lucharon nuetsrxs compañerxs.
¡Juicio y castigo a todos los responsables!
¡30.000 compañerxs detenidxs desaparecidxs, presentes!
¡Por el poder obrero y el socialismo!

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