Luego de 130 días, los obreros de la ex Canale levantaron el acampe que mantenían en puerta de fábrica.

Desde aquel 29 de octubre de 2018, cuando la firma REDEPA decidió cerrar la planta dejando 90 familias en la calle, el horizonte de la lucha fue claro: conservar los puestos de trabajo mediante la gestión obrera.

La organización fue fundamental para sostener la pelea. Los métodos democráticos de la clase, las asambleas y la acción directa, permitieron darle un rumbo firme a la lucha. De allí surgió establecer el acampe para custodiar la maquinaria del predio.

El acampe dio visibilidad al conflicto, logrando que otros sectores, vecinos, organizaciones y partidos hicieran llegar su solidaridad, colaborando con el fondo de lucha y acercando donaciones.

Luego de una incansable lucha, la justicia les otorgó la custodia de los bienes y, más tarde, lograron conformar la Cooperativa de Trabajo Metalúrgica de Llavallol (COTRAMEL).

La decisión de levantar el acampe fue para ingresar a la fábrica y realizar un mantenimiento de las máquinas, a la espera de que se decrete la quiebra.

Pero también para reorganizar las fuerzas, unificar criterios y evaluar los pasos a seguir, hasta conseguir volver a producir.

Ante el avance sobre las condiciones laborales en miles de lugares, con flexibilizaciones, despidos, preventivos de crisis, y diversas maniobras patronales (que cuentan con la ayuda de los sindicatos burocráticos y el Estado), la batalla de los obreros de la ex Canale demuestra que los métodos de lucha para defender nuestras conquistas siguen siendo los mismos.

Volver a producir en este marco, ahora bajo gestión obrera, será un paso importante para los compañeros y un ejemplo para el resto de la clase.

Sin duda, COTRAMEL es una enorme bocanada de aire fresco que revitaliza el ánimo obrero para seguir batallando contra el plan de hambre de la burguesía.