Efemérides: A 48 años de la desaparición forzada de Luis Pujals

El 17 de septiembre de 1971 en Capital Federal, mientras llevaba adelante una reunión junto a otrxs compañerxs, el Flaco Pujals era secuestrado por efectivos de la policía federal, para luego ser entregado al ejército argentino. Trasladado a Rosario, donde había desarrollado gran parte de su actividad militante, fue salvajemente torturado durante varias semanas. Finalmente, la dictadura de Lanusse lo asesinaría y haría desaparecer su cuerpo.

El caso de Pujals, secuestrado y torturado en 1971, representó una antesala premonitoria de lo que pocos años después, en 1976, con el golpe de la dictadura cívico-militar-eclesiástica, ocurriría de manera sistemática y planificada por parte del Estado burgués: “la desaparición forzada” de personas, en su mayoría trabajadoras y trabajadores.

¿Quién fue Luis Pujals?

Luis Enrique Pujals, Aníbal o el Flaco, como se lo conocía en la militancia, nació en el seno de una familia burguesa; su padre era un reconocido político y militante del Partido Demócrata Progresista, había sido parte del parlamento y candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires.

Luis comenzó su militancia en la universidad de Rosario allá por el año 1958, cuando estudiaba para ser abogado en la Facultad de Derecho. Ese mismo año había comenzado el debate en las universidades en torno a la consigna “libre o laica”. Se trataba básicamente de darle la potestad a las universidades privadas de otorgar títulos habilitantes, que hasta ese momento no podían hacer.

Mientras transcurrían aquellas jornadas de lucha y movilizaciones en defensa de la educación pública, científica y laica, las inquietudes políticas lo hicieron reencontrarse con un viejo amigo de su infancia en Pergamino, Rubén Pedro Bonet, “el Indio”, quien luego fuera fusilado en la Masacre de Trelew en 1972. Ambos comenzaron a militar en 1961 en la organización marxista trotskysta Palabra Obrera, cuyo dirigente más reconocido fue Nahuel Moreno.

Durante sus primeros años de militancia, Pujals se convirtió en uno de los militantes más reconocidos de Palabra Obrera.

A partir de 1965, año en que el Frente Revolucionario Indoamericano Popular – FRIP y Palabra Obrera – PO se unificaron dando nacimiento al Partido Revolucionario de los Trabajadores – PRT, Luis Pujals será elegido en sucesivos congresos para integrar la dirección del Partido y en el IV congreso celebrado en 1968 para ser parte del Comité Ejecutivo de la organización.

Pujals, nexo entre el PRT y la IV Internacional, era un reconocido militante trotskysta y uno de los más férreos defensores para que el PRT permaneciera en esta corriente.

Tenía importantes responsabilidades en la estructura partidaria tanto políticas como militares, las cuales se fueron acrecentando con el correr de los años. Primero estuvo a cargo de la dirección de la regional Rosario, luego a cargo de la regional Buenos Aires. Fue también uno de los impulsores para que el partido tenga una estrategia para la toma del poder. Su compromiso militante y sus responsabilidades lo destacaron cada vez más entre las filas del partido.

Luis Mattini, reconocido miembro de la dirección del PRT por aquellos años y quien compartió militancia con él, destacó su importancia en la organización: “Luis Pujals había sido realmente el segundo hombre del PRT. En todo sentido. Porque si Santucho representaba lo más positivo del FRIP, Pujals lo era del sector del PO. Ambos, en cierta manera se complementaban, y puede decirse que su caída significaba como la caída de la mitad de la dirección”.[1]

Caída

Pujals es considerado el primer desaparecido del PRT. Su desaparición forzada no pasó inadvertida. Los días posteriores, luego de que la policía lo levantara de la reunión y ante la negativa de dar a conocer su paradero, se desarrolló una fuerte campaña tanto nacional como internacional, exigiendo su aparición con vida. Solicitadas en los diarios, lectura de proclamas al final de obras de teatro y una fuerte campaña internacional encabezada por la IV Internacional (entre otras actividades), instalaron el nombre de Luis Pujals en la sociedad. Sin embargo, su cuerpo sigue desaparecido hasta el día de hoy.

Al momento de su desaparición tenía 29 años. Él era en los hechos quien se hacía cargo de la dirección del partido en esos momentos, ya que la dirección nacional con Santucho a la cabeza estaba presa en distintas cárceles del país, junto a numerosxs activistas.

La guerrilla urbana fue uno de los elementos novedosos que surgieron a partir del Cordobazo del seno de la propia clase trabajadora. Su accionar y dinámica acompañaba el despertar de la clase obrera, que con grandes movilizaciones insurreccionales hacía temblar al régimen militar de Onganía/Levigston y Lanusse.

La desaparición de Pujals se dio en este marco e intentó ser por parte de la dictadura una medida aleccionadora no sólo para la militancia perretista, sino también para el conjunto de la clase obrera, que veía con su propia intervención en la escena política un horizonte de salida a las cadenas del capitalismo.

Legado

Cuando se cumplió el segundo aniversario de su desaparición, sus compañerxs del PRT escribieron una semblanza muy sentida sobre él.

Destacamos algunas partes que lo describe como militante:La militancia era dura, poco exitosa, las tareas eran múltiples y difíciles para los escasos militantes. Hacían falta hombres de hierro, o más bien con “patas de bronce” como se decía en la época.
A Luis le sobraba bronce en las patas. Sin comer, sin un peso, cotizando casi íntegro su sueldo, caminando centenares de cuadras o colándose en los ómnibus llenos para ahorrar el boleto, estaba a las seis de la mañana en la puerta de una fábrica, al medio día en otra, por la tarde en una tercera, a la noche en una manifestación o en una asamblea. Muchas veces en lugar de dormir se ponía a darle vuelta la manija al mimeógrafo para sacar un volante que él mismo tenía que repartir por las madrugadas en las zonas fabriles. Era incansable, tenaz, abnegado.” Y continuaba: “Era uno de los más probados dirigentes de nuestra guerra revolucionaria y estaba alcanzando su plena madurez como cuadro revolucionario. Su vida y su muerte constituyen un ejemplo vivo y fecundo para los jóvenes militantes y combatientes que la clase obrera y el conjunto de las masas destacan hoy por decenas y centenares. Los que tuvimos la suerte de militar con él, no lo olvidaremos jamás.”[2] 

Su participación consciente en la construcción del partido revolucionario de la clase obrera lo llevó a ligarse estrechamente con las masas. De aquellos debates y como manera de sintetizar algunas discusiones que se planteaban en el seno de las organizaciones revolucionarias y sus intervenciones en los sindicatos, escribió “El papel de los sindicatos”, un folleto breve aunque muy clarificador que está en línea con el planteo de Lenin en su libro “Qué hacer”.

Dicho folleto tiene total vigencia hoy en día y desde nuestra organización lo tomamos como una orientación para comprender la dinámica de las masas y abordar el movimiento de lucha. Allí Pujals analiza por un lado los sindicatos, su origen, sus características y tareas, para diferenciarlos del partido revolucionario, sus características y tareas, algo que a primera vista parece sencillo de discernir pero que ha sido y es objeto de debates desde siempre entre la militancia revolucionaria con distintas respuestas y formas de abordar el problema.

A 48 años de su desaparición forzada, no olvidamos el nombre de Luis Pujals, y en su recuerdo al de todxs lxs compañerxs que cayeron combatiendo contra este sistema injusto, por la revolución, el socialismo y el comunismo.

¡Luis Pujals, Hasta la victoria siempre!


[1] Hombres y mujeres del PRT-ERP, de Tucumán a la Tablada, Luis Mattini

[2] Estrella Roja n° 25, 21 de setiembre de 1973:¡Gloria a Luis Pujals!”

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