Tras las PASO, la burguesía salió a jugar fuerte con una bruta devaluación para condicionar la transición política y volcar la balanza a su favor. Mientras, el ajuste de Macri avanza. Por su parte, el Frente de Todos y sus conducciones sindicales llaman a guardarse. ¿Qué hacer entonces ante esta situación?

La burguesía busca condicionar la transición
Tras las PASO el gobierno de Macri quedó muy debilitado y aislado. Efectivamente hay un vacío de poder, pues quien gobierna perdió gran caudal político y genera crisis a cada paso, y quien seguramente gobierne aún no es presidente electo pero cada día va concentrando más y más los resortes del poder político.
El vacío de poder se manifestó en la rebelión de los gobernadores -aliados hasta ayer en el ajuste-, contra la administración central por la quita del IVA y la merma en la recaudación que ello significa.
También en el apriete, ante el congelamiento de los precios de la nafta, de las empresas petroleras que fueron siempre tan beneficiadas, pulseada que finalmente ganaron las patronales.
Y por supuesto en la visita completamente política del FMI, que además de juntarse con Macri vino a tantear a Alberto Fernández, quien más allá de las discusiones se comprometió a honrar la deuda. Y desde ya se nota en el no desembolso de los famosos u$s5.400 millones pese a los ruegos de Macri y Lacunza allá en EE.UU.
A esto debemos sumar la enorme cantidad de poderosos empresarios que se reunieron -y se reunirán- con el candidato del Frente de Todos, desde Galperín (Mercado Libre), Magneto (Clarín), Mindlin (Energía), la Mesa de Enlace con la SRA a la cabeza, los de la UIA, entre otros, trasladando en los hechos la gravitación política de la casa Rosada al bunker del exjefe de gabinete.
¿Quién le hace el juego al gobierno y la derecha?
Pero las PASO no han congelado la realidad. La misma se mueve a un ritmo estresante. Cada día que pasa la clase dominante avanza condicionando la transición política, imponiendo su agenda de saqueo, arrojando cada vez a más personas fuera del sistema.
En este contexto, bajar la línea de no hacer nada, de no salir, de no protestar, “evitar la calle”, de sólo vivenciar pasivamente la grave situación que se vive, es darle ventaja al capital, es convalidar el ajuste macrista, es hacerle un enorme favor a la derecha. Y esto es lo que está haciendo el PJ y las direcciones sindicales afines.
¿Será que la promesa de la fórmula F-F de pacto social ya comenzó desde ahora y lo ensayan con Macri?
No puede haber pacto social entre la burguesía y la clase trabajadora, entre quienes la vienen levantando en pala desde hace décadas y quienes siempre pagamos la crisis. Es hora de dar vuelta esa lógica.
Intervenir como clase
Ante el avance del ajuste y la inacción de las principales conducciones políticas y sindicales, debemos fortalecer todo ámbito de coordinación y unidad por abajo para la lucha.
Apostar a las Coordinadoras de Lucha en Zona Sur, el Espacio de Trabajadores de Zona Norte, a campañas por causas populares y a todo encuentro obrero que tenga por objeto aglutinar a quienes quieran luchar. También apostar por la confluencia entre trabajadorxs ocupadxs y desocupadxs y movimientos sociales, que ya han salido a la calle reclamando la emergencia alimentaria, la apertura de nuevos planes y el aumento de los montos, la defensa de las condiciones de la clase trabajadora.
Hay que frenar este desastre económico y social ocasionado por la burguesía con Macri a la cabeza y acompañada por los gobernadores, y eso no lo haremos desde casa.
La clase trabajadora debe estar en estado de alerta y movilización e intervenir fuertemente con un programa propio de ruptura con el FMI y de salida a la crisis para que esta vez la paguen los capitalistas.
Fernandez dio a conocer su plan desde el inicio de su introduccion como clon de cristina asi como de la derecha peronista .
Fernandez es el títere, la cabeza visible de un elemento de la burguesia aterrorizada por la profunda debacle
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