El gobierno Cívico-Militar de Añez
Desde el 12 de noviembre, la senadora Añez, se ha autoproclamado presidenta de Bolivia, con el apoyo de los cívicos de Camacho, las Fuerzas Armadas, la Policía y los evangélicos. En esta fase del golpe de estado, intentan instalar una dictadura que prepare las condiciones para una “transición” que beneficie profundamente las clases dominantes de Bolivia y reinstale el régimen de apartheid sobre aymaras y qechuas.
Las expresiones racistas, clasistas y de mesianismo religioso son parte de la cultura de la derecha boliviana, pero también de las clases dominantes y de las fuerzas de seguridad. Ya desde el poder han desatado una verdadera “cacería” al decir del jefe de ministros de Bolivia. Para ello el 14 de noviembre ya han publicado un decreto en el cual garantizan impunidad a las fuerzas armadas para cometer crímenes. Es decir, reconocen abiertamente que van a ejercer el terrorismo de estado, ya que el poder de Añez se asientan solo en la fuerza militar y policial, además de en el poder económico de la burguesía andina.
La resistencia al golpe
Desde el día lunes, miles y miles de manifestantes han ganado las calles, no solo de La Paz y El Alto, sino de diversas ciudades y provincias de Bolivia, como en Potosí y en el día 15 de noviembre la imponente movilización en Cochabamba.
La respuesta de la presidente de facto Añez, evidentemente, ha sido la represión. Ante la falta de fuerzas reales que se movilicen en su favor, la única posibilidad de sobrevida que tiene Añez es instaurando una dictadura, que elimine todas la garantías democráticas y que frene la movilización popular.
Sin embargo, campesinxs y obrerxs, originarias y originarios, se están movilizando fuertemente y enfrentando la represión criminal de las Fuerzas Armadas y la Policía, que se han puesto al servicio de los intereses capitalistas de Bolivia y disparan incluso con plomo contra las manifestaciones. Ayer, 15 de noviembre, en Cochabamba 15 muertos y cientos de heridos por la acción represiva valen como muestra de las intenciones de los golpistas.
El proceso de movilización popular permanente que se ha abierto en Bolivia, tiene que encontrar una salida a la situación en favor de la clase trabajadora, lxs campesinxs y las mayorías. Para eso debe no sólo enfrentar al golpe de estado, sino en simultáneo afectar el poder real de los golpistas. Esta dimensión de la lucha es fundamental, ya que después de 3 gobiernos del MAS con Evo Morales a la cabeza, el poder de la burguesía de la medialuna de santa cruz, Tarija y Beni sigue teniendo la capacidad de llevar adelante este golpe de estado. Luego de 3 gobiernos del MAS, los campesinxs y obrerxs no cuentan con estructuras de milicias armadas que puedan enfrentar a estos sectores, luego de 3 gobiernos del MAS, la policía y las fuerzas armadas siguen siendo racistas y odian a los indios y “marxistas” como dicen a los que se movilizan contra el golpe.
Por una salida obrera y campesina
Las limitaciones del gobierno del MAS han quedado en evidencia en este proceso. Estas limitaciones son las propias de un “capitalismo más humano”. Mientras no se avanza en la nacionalización de todos los recursos estratégicos del país y su transformación en propiedad colectiva, tanto de la tierra como de las minas, el agua y el gas. En efecto, el MAS hoy juega un peligroso juego parlamentario, en el que pretende ir a una negociación con los golpistas que están masacrando al pueblo, ninguna negociación se puede llevar adelante con los milicos en las calles.
En este crucial momento de la lucha de la clase trabajadora y campesina boliviana, además de la movilización contra el golpe es posible desarrollar acciones contra ese poder económico de la burguesía boliviana e imperialista, con la ocupación de tierras, minas, fábricas y pozos de gas.
También es necesario avanzar en la lucha contra la casta de políticos y militares, desarmando las fuerzas armadas y constituyendo verdaderas milicias obreras y campesinas. La única garantía para que la clase trabajadora y los campesinos puedan vivir en una verdadera democracia es con el armamento generalizado de la población para poder defender sus derechos.
Los organismos de decisión para llevar adelante estas y otras medidas de lucha contra el golpe y el poder de los capitalistas tienen una enorme tradición en Bolivia. Los cabildos abiertos de El Alto, que en 2005 organizaron el abastecimiento de la ciudad y que en este momento echaron a la policía, las asambleas populares y la articulación de la COB con las organizaciones campesinas, es la posibilidad material de organizar al conjunto de la población para derrotar el golpe e imponer una salida de gobierno obrero, campesina, popular.