Ajuste, deuda, unidad y lucha

Apenas asumió Alberto Fernández puso en agenda reivindicaciones que el movimiento feminista viene levantando desde hace tiempo y que en los últimos años tomó mayor impulso. Pero, ¿se pueden concretar esas medidas en las actuales condiciones socioeconómicas?

Es necesario analizar la situación socio económica actual de nuestro país para determinar si verdaderamente existen condiciones para concretar aquellas medidas que desde el gobierno se anuncian con bombos y platillos, o si por el contrario es parte de una política del peronismo gobernante para frenar el impulso del movimiento, cooptar a algunos sectores y dividir la lucha.

La situación económica
La precarización a la que nos arrojan las políticas propias de este sistema desigual en el que vivimos recae con más fuerza sobre las mujeres y disidencias de la clase trabajadora.
Además de sufrir discriminación laboral por cuestiones de género, mayormente somos nosotras quienes realizamos las tareas domésticas, de cuidados integrales y de reproducción social, trabajo no reconocido con valor económico.
En este contexto de ajuste, despidos, aumento imparable del valor de la canasta básica y del avance en reformas que nos perjudican directamente en el plano laboral y jubilatorio, no existe margen de posibilidad para que esta situación de precariedad pueda ser revertida.
Por eso, la creación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad y el anuncio de políticas públicas en “clave feminista” no son suficientes.
Además, a la vez que declaran la emergencia económica y nos piden “solidaridad y paciencia”, anuncian el pago de la deuda externa ilegítima.
La lucha contra los femicidios, la legalización del aborto, el reconocimiento de los cuidados integrales como trabajo asalariado, la creación del cupo laboral travesti/trans, entre otros reclamos, precisan presupuesto.
Y aunque hasta el momento no se han generado contradicciones entre las promesas del gobierno y las medidas aplicadas, en la perspectiva de pagar la deuda a costa de seguir ajustando a la clase trabajadora poco o nada de lo planteado podrá concretarse.

La lucha puso la agenda pública
El hecho de que el nuevo gobierno tome como “prioridad” las cuestiones de género no nace de la nada, sino que tiene que ver con una política propia y unitaria que nos hemos dado como movimiento feminista. Ante ello, lxs que nos gobiernan no pueden hacer oídos sordos.
Si Argentina es un país que se encuentra entre la vanguardia de las luchas feministas no es por las proclamas oportunistas de los diferentes gobiernos, sino por la fuerza de los feminismos organizados y accionando desde hace años en cada espacio que habitamos.

Seguir construyendo la unidad
Más allá de las diferencias ideológicas que podamos tener en nuestro interior, hemos podido construir la tan necesaria unidad de acción.
Es necesario seguir por este camino, con mayor organización, continuando en las calles, y exigiendo con la movilización unitaria la concreción de cada uno de nuestros reclamos.

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