Ante el posible colapso del sistema de salud público: Unificar los distintos sistemas de salud

La crisis de la salud en Argentina no es nueva. La división del sistema sanitario en público, privado y de obras sociales, junto a la desregulación del mismo, ha generado grandes monopolios que administran la atención según el poder adquisitivo. Ante la pandemia, se necesita unificar los distintos sistemas bajo un comando único nacional. A la vez es indispensable reconocer la tarea de lxs trabajadorxs de la salud con un salario igual a la canasta familiar.

La salud pública

La salud pública está integrada por salitas, hospitales municipales, hospitales provinciales, centros universitarios y centros nacionales. La provincialización y municipalización de la salud hace que el sistema de salud público se encuentre muy fragmentado y, lamentablemente, sujeto a los ingresos de cada jurisdicción.
La salud pública es sostenida con gran desgaste humano por médicxs, enfermerxs, cocinerxs y trabajadoras de limpieza desde hace rato. La denuncia de falta de camas, de falta de insumos, de falta de equipamiento no puede sorprender a nadie. El que se hace el sorprendido en realidad sólo no le importó la situación antes.
Es que la salud pública atiende a la franja de la población más pobre, más precarizada y más pauperizada. Por eso, la conmoción que genera esta emergencia es una conmoción que impacta de lleno en la salud de las y los más pobres. ¿Por qué? Porque la suspensión de consultorios externos, de operaciones programadas, de entrega de medicamentos, es un golpe a la población más necesitada.

Las prepagas

El negocio de la salud ha parido las prepagas, que son empresas que lucran con la administración de las enfermedades.
Estas empresas tiene como afiliadxs a lo más alto de la sociedad y, a su vez, han logrado captar aportes de diferentes obras sociales para que obreros y obreras de buenos sueldos puedan acceder a sus servicios, que suele ser mejores y más veloces que el de las obras sociales.
Sin embargo, las prepagas también tienen estratificación propia, y los planes, es decir, cuánto te descuentan, implican a qué salud realmente se accede.
Este negocio no está dando respuesta a la emergencia sanitaria en que nos encontramos. En este contexto, sería oportuno que todos sus fondos, todos sus bienes, tanto clínicas como insumos, como su personal, se declare de utilidad pública y pase en forma inmediata al sistema de salud nacional.
No puede haber lugar para que se enriquezcan 8 empresarios en el marco de una emergencia de salud de orden mundial y nacional.


Las obras sociales y los sanatorios


Los sindicatos y algunos Estados provinciales tienen obras sociales para sus trabajadores. El descuento en cada recibo de sueldo habilita a una prestación que es, en términos de calidad, mejor que la del hospital público, aunque incluye muchas trabas burocráticas y copagos. Así mismo, muchas veces han funcionado como cajas de las burocracias sindicales.
Las obras sociales también deben pasar a integrar en forma inmediata el sistema de salud nacional, absorbiendo el mismo todos sus bienes materiales y pasando a todos lxs trabajadorxs de la salud a integrar el sistema público. Lo mismo debe ocurrir con aquellos sanatorios privados que tienen sus propios afiliadxs o mutuales de salud.


Las y los trabajadores de la salud y el aumento de $5.000 por presentismo


Sabemos que en estos momentos ser trabajador de la salud implica un riesgo y un estrés enormes. Todos estamos leyendo lo que pasa en España o Italia con la comunidad del sistema de salud.
Además de nuestro reconocimiento a tan valientes trabajadoras y trabajadores, debemos también comprender su situación.
Un hospital o sanatorio o clínica tiene médicxs, enfermerxs, trabajadorxs de limpieza, cocinerxs, trabajadorxs de mantenimiento, trabajadorxs administrativxs. A todxs ellxs les toca padecer la falta crónica de insumos y equipamiento de protección.
En este marco de emergencia nacional, con el anuncio oficial de pagar a lxs trabajadorxs de la salud $5000 de presentismo no vamos a ningún lado. En primer lugar, porque como trabajadorxs no debemos permitir este concepto del salario donde cambiamos salud por trabajo o mérito. En segundo lugar, porque el salario de lxs trabajadorxs del sistema sanitario debe estar en el mínimo de ingreso de la canasta familiar según ATE-INDEC.
Pero, además de la cuestión salarial, es clave garantizar elementos de bioseguridad para todxs, sí, para todxs lxs trabajadores, desde quienes hacen la limpieza hasta médicxs. Sin los insumos de bioseguridad, la comunidad hospitalaria corre serio riesgo de enfermarse con el COVID-19 y no poder atender a las y los contagiados.
Que se declare de utilidad pública todos los sistemas de salud existentes para enfrentar la pandemia. Por la nacionalización de todo el sistema de salud.
Por aumento salarial a lxs trabajadores de salud igual a la canasta familiar.
Garantía de todas las medidas de bioseguridad.

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