COVID-19 y violencia patriarcal:La violencia de género es una emergencia

Las crisis que vinieron con la pandemia muestra las graves desigualdades sociales que se sufren con este sistema. En los medios de comunicación hegemónicos nos bombardean sobre “los idiotas” que no cumplen con la cuarentena. Sin embargo, nadie habla acerca del sufrimiento de las mujeres, de las niñeces y las disidencias, a quienes les golpea, en la cara y en todo su cuerpo, absolutamente todas las desigualdades juntas.

Femicidios, violencia de género y cuarentena

El 63% de los femicidios del 2020 fueron cometidos por parejas o ex parejas de las víctimas. En el caso de los abusos en la infancia, las últimas estadísticas disponibles señalan que en el 75% de los casos el abusador es un familiar. El 40% de las veces, ese familiar es el padre y el 16% de las veces el padrastro. El 89% de los agresores son masculinos.
¿Podremos dimensionar lo que es estar en cuarentena con el violento, abusador, violador y no poder escapar? ¿Cómo protegemos la integridad de esas personas que están siendo víctimas de violencia y abusos en estos momentos en nuestros barrios?
El sábado 28/3 se confirmaron 5 femicidios en un día. Ya son 12 casos desde el inicio de la cuarentena. Sin lugar a duda, el aislamiento domiciliario expone a las mujeres a una mayor violencia machista de parte de los agresores.

¿Qué respuestas concretas da el Estado?

Si bien se ha creado a nivel nacional el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, no se ha destinado aún presupuesto para las políticas públicas que este gobierno anunció con bombos y platillos. Y ahora que la pandemia es lo primordial, no se mira cómo nos siguen matando.
Entonces, ¿qué respuestas da el Estado?; ¿con qué herramientas cuentan, por ejemplo, las trabajadoras -totalmente precarizadas- del 144, número de asistencia a la víctima de violencia de género? ¿Que se hace en concreto, más allá de la difusión de números de denuncia, para asistir realmente a las víctimas de violencia?
Hoy más que nunca son necesarios hogares y refugios para esas personas, así como también asignación económica para que las víctimas de violencia puedan irse de sus casas hasta que se retire el agresor.
También debe empezar a hablarse de otras asistencias para quienes sufren la agresión machista, como subsidios habitacionales, asignaciones económicas para los familiares de las asesinadas, empleos para la mujeres y acceso a la vivienda, entre otras cuestiones.

El trabajo informal y crisis de los cuidados

Por otro lado, en la actualidad, 7 de cada 10 trabajadoras de casa particulares se encuentran por fuera de la formalidad y no tienen herramientas para exigir el pago de los días no trabajados. Son población expuesta al riesgo, y muchas tienen, además, una larga distancia desde su residencia al lugar de trabajo.
Por otro lado, las personas trans, travestis, lesbianas, no binaries habitualmente sólo acceden a trabajos precarizados, ya que por lo general al trabajo formal acceden trabajadorxs heterosexuales y cis género (es decir que su género se corresponda al sexo que le asignaron al nacer).
Las disidencias sexuales entonces son excluides sistemáticamente de los trabajos conveniados con derechos reconocidos como las licencias, obra social, salario regular, aporte previsional, entre otros.
Por último, el trabajo de cuidado, a veces pago, muchas veces no, también es indispensable.
Así, la pandemia en el marco del sistema económico y social actual deja en evidencia las desigualdades de clase y de géneros que existen en la sociedad.

Emergencia por violencia de género


Ante el nivel de violencia machista que anida en la sociedad, y en el marco de aislamiento domiciliario actual, ya no puede haber más parches para las víctimas de violencia patriarcal.
No nos compremos el discurso del autoproclamado presidente feminista, porque sabemos que la única solidaridad que existe es la de clase.
Por eso decimos, ni un solo centavo a los usureros. Presupuesto suficiente para el Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad, y políticas concretas para enfrentar la emergencia por violencia de género y asistir a las víctimas con soluciones reales.

– Pase a convenio a las trabajadoras de la línea 144, con condiciones de trabajo adecuadas y medidas de protección ante la actual pandemia.
– Subsidio de emergencia para víctimas de violencia de género.
– Atención integral psicológica, emocional, social y médica para las víctimas de violencia de género y abuso.
– Construcción de hogares que reciban a las víctimas de violencia de género o subsidios habitacionales para la víctimas de violencia de género.

– No al pago de la Deuda. Con el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad sólo no alcanza. Hace falta presupuesto suficiente por eso decimos no al pago de la deuda externa e impuesto a las grandes fortunas.

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