25 de mayo de 1965: se funda el PRT – II Parte

Este 25 de mayo se cumplió un nuevo aniversario de la fundación del Partido Revolucionario de los Trabajadores, surgido en 1965 a partir de la fusión del Frente Revolucionario Indoamericano Popular (FRIP) liderado por los hermanos Santucho y Palabra Obrera (PO) liderado por Moreno. Mucho es el desconocimiento de esta organización entre vastos sectores de la militancia aún hoy, desconocimiento genuino y también interesado. Se trató, para nosotrxs, de la experiencia revolucionaria más alta de la clase trabajadora en Argentina durante los 60/70, entre otras organizaciones que inscribimos dentro de la corriente política que hemos denominado “Trotskismo de Combate”. Para recordar aquella experiencia partidaria, iremos publicando en esta semana por partes un capítulo de nuestro folleto “La corriente política negada. Una reivindicación histórica del trotskismo de combate en los 70”, en el que desarrollamos brevemente los principales aspectos de la intervención política desplegada por el Partido Revolucionario de los Trabajadores – PRT. 

II parte: El PRT y la batalla político-ideológica 

En el terreno político-ideológico, el PRT desarrolló un constante trabajo de propaganda de las ideas revolucionarias y tuvo una vocación de desarrollar el partido dentro de las fábricas, sosteniendo debates ideológicos constantes en relación al peronismo (como el debate con las FAR, la Columna Sabino Navarro, etc.), incluso haciendo una apuesta política de tener una intervención política de masas hacia sectores no revolucionarios, como la experiencia del diario El Mundo y la del Frente Antiimperialista por el Socialismo (FAS). 

Luego de varios años de dictadura y proscripción política, en marzo de 1973 se dieron las elecciones que consagraron a Cámpora y retornaba la democracia representativa. 

En ese marco, el PRT adquiere el diario de circulación masiva El Mundo. Tal iniciativa pretendía, en el terreno de la información, cuestionar el poder y la mirada de los medios masivos con una comunicación contracultural, con la aspiración de que esa mirada alternativa sobre la realidad no sea marginal, sino con vocación de masividad. 

Por otra parte, el FAS surgió como una herramienta política de carácter frentista impulsada por el PRT, frente que se desarrolló entre 1972 y 1975. Surge también en el marco de la “apertura” democrática planteada por el general Lanusse, el cual llamaba a elecciones “condicionadas” a través del Gran Acuerdo Nacional (GAN), un acuerdo de todos los partidos burgueses, pero que les posibilitaba a las organizaciones revolucionarias como el PRT hacer una política “legal” y así poder llevar a amplios sectores de masas las ideas de la revolución y el socialismo. 

Como antecesores al FAS están las experiencias del FAA (frente Antiimperialista y anti dictatorial) y los Comités de Base. Ambas experiencias confluirán luego en el FAS. En efecto, luego del tercer congreso del Frente Antiimperialista y Antidictatorial (FAA) y como una continuidad de éste surge el FAS (de ahí que el primer congreso del mismo será denominado cuarto como continuidad de los ya tres congresos del FAA). 

El principal objetivo de este frente era aglutinar a diferentes organizaciones tanto de la izquierda marxista como de la llamada “tendencia” del peronismo, y brindarle a la clase trabajadora un espacio unitario y un programa común con el objetivo de levantar una alternativa obrera de lucha para enfrentar en unidad la avanzada burguesa. 

Una de las principales aspiraciones del PRT volcadas en el FAS era la necesidad de mostrarle a la clase trabajadora que era posible plantear en el terreno electoral una alternativa de clase ante los diferentes proyectos burgueses. En este sentido, de cara a las elecciones generales del ’73, el PRT planteó la fórmula Agustín Tosco-Armando Jaime, la cual finalmente quedó trunca ante la negativa en dos ocasiones de Tosco, quien planteaba que era un error enfrentar al peronismo en las urnas ya que eso dividiría al movimiento obrero. 

Dentro de la estrategia política del PRT, el FAS era concebido como el embrión de lo que llamaban el “ejército político de las masas”, en lo que estratégicamente denominaban uno de los tres pilares fundamentales para la toma del poder, esto es, el partido revolucionario, el ejército revolucionario y el FLNS (Frente de Liberación Nacional y Social), en ese orden de prioridades. 

En cuanto a la valoración de esta herramienta política, puede decirse que el FAS tuvo una enorme importancia en la política del PRT. 

Primero, como parte de una estrategia general que partía de la tesis de que, en pos de la revolución, es necesario dotarse previamente de política concreta para, además de la clase obrera, sumar al proyecto revolucionario amplios sectores de masas no proletarios. Al mismo tiempo, en esa coyuntura, fue concretamente un espacio político para hacerle frente al tercer gobierno del General Perón. Además, dicho espacio frentista logró un desarrollo muy importante en un lapso de tiempo relativamente corto, durante el cual planteó firmemente la necesidad de la unidad con un programa político sin dejar duda de que la clase obrera es la única capaz de dirigir a los diferentes sectores de masas (aliados) durante un proceso revolucionario. 

Por último, consideramos que, en los términos planteados por el PRT, el FLNyS no es el Frente Popular al estilo stalinista, donde la clase obrera es furgón de cola de las burguesías locales, o sea una alianza de clases, ni siquiera cuando plantean que el FAS debía mutar hacia un frente aún más amplio, hacia un Frente Democrático Patriótico Antiimperialista, e incluir a todos aquellos sectores que estuvieran dispuestos a pelear contra el fascismo. 

No obstante, creemos que el error en estos casos y de este tipo de armados frentistas es que tienden a rebajar algunos principios clasistas detrás de terminologías confusas, así como también tiende a conceder algunas cuestiones programáticas, en pos de “ganarse” a otros sectores. 

En este sentido, creemos que la mejor manera de dar la batalla tanto ideológica como programática debe ser sin medias tintas, como el PRT lo hizo con sectores del peronismo, quienes, desencantados con la conducción de Perón, venían haciendo un interesante proceso de ruptura con la ideología burguesía y evolucionando hacia el marxismo. 

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