Hace ya mucho tiempo que la izquierda argentina hace de sus diferencias acusaciones y chicanas hacia otras organizaciones, una práctica corrosiva que busca hacer de las otras corrientes meras adaptaciones sindicalistas, parlamentaristas, guerrilleristas, reformistas, centristas, burócratas y tantas otras cosas que cualquier militante ha recibido como “crítica” de las organizaciones. De este modo, lo que debería servir como intercambio reflexivo o al menos como balance político para corregir o no repetir errores, se transforma en acusaciones superficiales, manotazos desmoralizantes que, a su vez, no tienen ninguna incidencia en la realidad de la lucha de clases. Seguimos creyendo que el debate entre organizaciones es una necesidad pero la tergiversación en la dinámica del dedo acusador de las falencias ajenas sin procesar las propias no construye nada.
El error político del FIT en la legislatura porteña
Primero los hechos. Es cierto que dos diputadxs de PTS y uno de PO votaron en la legislatura porteña una definición de antisemitismo que equipara esta práctica de discriminación sostenida por reaccionarios y fascistas de todo pelaje, a la denuncia y crítica a las instituciones judías. En esta ambigüedad entra la DAIA y el Estado de Israel como instituciones que si son criticadas se estaría cayendo en antisemitismo.
Es decir, esta definición en concreto impediría denunciar el genocidio del estado de Israel sobre el pueblo palestino e impide reivindicar la lucha del pueblo palestino por la expulsión del estado de Israel que fue implantado luego de la segunda guerra mundial por el imperialismo yanky como un gendarme propio en medio oriente.
También es cierto que nos enteramos de esto sólo cuando se hizo público por Jorge Altamira del PO Tendencia, Laura Marrone de IS y por el MST, algunos días después de la votación. Sólo en ese momento apareció una rectificación del FIT y un reconocimiento de un error, justificado en que se votó sin leer lo que se votaba.
Desde el PRC no hacemos suposiciones ni acusaciones, es un error grave y la justificación para nosotrxs adolece de muchos problemas. No nos parece comprensible que se vote sin leer en los parlamentos de la burguesía cuando se sabe, desde un punto de vista socialista y revolucionario, que esos espacios son en gran medida la cocina del robo organizado hacia el pueblo trabajador.
El debate entre organizaciones
Ante los señalamientos de este error, en muchos casos con acusaciones de todo tipo, desde bancarrota del FIT y que se van al basurero de la historia hasta claudicación a Netanyahu, el PTS y el PO emprenden contra sus críticos gritando sectas sin inserción, liquidacionistas, carroñeros, verdugos de revolucionarios, oportunistas y canallas.
Claramente nada bueno sale de este debate. Ante las críticas tanto PTS como PO deciden salir al cruce de los demás abroquelando lo más posible la militancia sobre sus partidos y descargando la bronca del error cometido contra todxs lxs de afuera que lo señalan.
También debemos decir, que ante la más mínima diferencia táctica o ante las diferencias de construcción política en un frente, tanto PO como PTS la emprenden contra otras organizaciones acusándolas de todo, de burócratas, de sindicalistas, de reformistas, de falta de política, y tantas cosas más que nos han dicho a militantes de otras organizaciones.
Lamentablemente la lógica del debate en la izquierda es esta y eso hace que la fraternidad de la militancia común o unitaria y la posibilidad de sostener en el tiempo políticas de frente único sea tan difíciles. Y no se trata, como también hemos escuchado tantas veces, de meras “cuestiones de forma”. Se trata de un diagnóstico sobre la etapa política: la falta de cuadros políticos del proletariado, así como la situación raquítica de la organización política socialista y revolucionaria a nivel mundial exige, no solo gran precisión teórica, estratégica y programática en el debate y la propaganda, sino de paciencia para explicar “una y mil veces” de manera fraterna y pedagógica. En la educación en la escuela de la lucha de clases, de la construcción política y de la fraternidad entre camaradas está una de las claves para revertir la correlación de fuerzas en favor de la clase obrera y su vanguardia política. Por el contrario, los arañazos lanzados por redes sociales no hacen más que reforzar las “verdades” que cada militante le adjudica al propio grupo y, tanto o más grave, espanta a propios y ajenos que ve (otra vez…) a la izquierda y sus organizaciones enfrascada en sus rencillas estériles.
Hoy, que el error es cometido por compañerxs de PO y PTS, la respuesta es tildar a todo el que critica de liquidacionista u oportunista. Compañerxs, fraternalmente les decimos, el error en este caso es cometido por ustedes, no pueden creer que toda crítica es un ataque a la militancia real y concreta que sostienen hace años en múltiples frentes de intervención. Pero no pueden recibir la crítica en forma reactiva y reavivando la lógica fraccionalista que hoy critican. No es de esta forma que vamos a saldar los debates de estrategia que hay dentro de la izquierda revolucionaria.
La praxis revolucionaria requiere de debates internos y entre organizaciones
Desde el PRC consideramos que el partido revolucionario de la clase no existe en la actualidad, existen destacamentos y organizaciones que pueden servir de base para la construcción de ese partido, pero el partido no está construido.
Las diferencias que tenemos entre diferentes organizaciones, por ejemplo con la táctica electoral, que muchas veces para nosotrxs corre el riesgo de desviarse hacia una estrategia más que a una táctica de intervención y ya lo hemos señalado, a pesar de haber llamado a votar al FIT, para nosotrxs no anulan la posibilidad de intervención común.
Nuestra militancia intenta no partir de una supuesta superioridad o de ser lxs representantes del marxismo, simplemente a partir de nuestra formación, nuestrxs debates internos sobre estrategia revolucionaria e intervención política y el debate con otras organizaciones hermanas así como con las organizaciones que tenemos mayores niveles de diferencias.
En muchas ocasiones hemos sufrido calumnias o acusaciones desmedidas por militantes de las corrientes del FIT, que sí actúan muchas veces como si fueran los únicos representantes del marxismo.
El debate interno en este momento, en que se cometió semejante error es fundamental. La discusión política hacia adentro de la organización da vida y hace crecer al conjunto de la militancia. Se trata de poder procesar realmente un “error” político en el debate crítico interno, más que en salir al choque de quienes señalan que esa política fue equivocada.
PATETICO.!. Tienen que preguntarse izquierda de «que» son hoy dia todos los que dicen que son de izquierda.
Bajense de un caballo que ya no sirve mas para ninguna batalla real y haganse cargo no de la «historia» sino de la vida real que enfrentamos en estos tiempos de barbarie.
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