
Unx Trabajadorx muerto cada 7 horas en 2020
La presentación del Tercer Anuario de BAL constituye un hecho fundamental en la construcción de una mirada de clase ante la pandemia. El gobierno Nacional y los diferentes gobiernos provinciales vienen agitando que en los lugares de trabajo no hay contagios y que estos crecen por las reuniones sociales, una burda propaganda que empalma con el reclamo de las empresas de producir más sin importar la salud de lxs trabajadores.
El Anuario de Basta de Asesinatos Laborales
Basta de Asesinatos Laborales es un espacio que se formó luego de la muerte en situación de trabajo de David Ramallo, Diego Soraire y Richard Alcaraz el 9 de septiembre de 2016. La lucha por el esclarecimiento de los asesinatos laborales y el castigo a los culpables fue tomando forma y se conformó en BAL.
Desde 2016 hasta la fecha han montado un observatorio para hacer el seguimiento de los asesinatos laborales, han realizado movilizaciones a la SRT para que entregue datos actualizado y han acompañado la organización de familiares de las víctimas de estos asesinatos.
Los tres anuarios vienen construyendo información propia para poner sobre la mesa algo que está absolutamente callado, el capitalismo mata. Mata cotidianamente en el trabajo. Las patronales tanto privadas como estatales ven en la seguridad e higiene sólo “costos”. El aumento de ritmos de producción es parte de este proceso de “romper” a lxs trabajadores y en muchos casos llevarlos a la muerte. La falta de inversión permanente en infraestructura y recursos necesarios en las actividades estatales también genera este tipo de situaciones.
El dato que surge de este tercer Anuario es contundente y brutal, el total de asesinatos por accidentes laborales en 2020, es de 1295. Una suba exponencial con respecto a 2019 donde se contabilizaron 534 asesinatos laborales.
Esta suba, se debe centralmente al COVID19. A diferencia de lo que dice Vizzotti que plantea que los contagios son sólo en reuniones sociales y no en el trabajo, o lo que había sostenido el propio Alberto Fernández que afirmaba “aprendimos a producir con el COVID19”. El Anuario muestra como ese aprender a producir significó la muerte por contagio en el trabajo de al menos 985 trabajdorxs.
Así mismo, en Tiempo Argentino, la SRT confirmó el dato estremecedor sobre contagios en los puestos de trabajo, “la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) indicó que hasta el último día de 2020 la cobertura por ART (que presume el reconocimiento del contagio en el lugar de trabajo o en el trayecto) llegó hasta los 209.073 de los cuales 831 fallecieron”.
La gestión patronal de la pandemia
En varias oportunidades hemos llevado la discusión sobre los efectos de dejar librado a las patronales la gestión de la pandemia. Las ansias de ganancias, el desprecio por la vida obrera de la clase dominante tiene como resultado que los contagios aumenten y como efecto ligado las muertes también.
En este anuario se registra que el sector de salud ha sido el más golpeado por la pandemia. Pero no el único, también en el transporte y en la industria se ve la incidencia de la pandemia.
Mientras estos datos se ocultan por parte del estado y hasta se miente abiertamente sobre ellos en cadenas nacionales, la organización de lxs trabajdorxs pelea por condiciones de laburo y por mostrar lo que es un secreto a voces.
La política aperturista llevada adelante por el Gobierno Nacional y exigida por lxs negacionistas de la pandemia está dejando un tendal de muertes en nuestra clase. En el sector desocupado de la clase también ocurre algo similar, en los comedores populares también han aumentado los contagios por la falta de recursos y por la crudeza de la pobreza que empuja cada vez más gente a tener que buscar un plato de comida en las organizaciones barriales.
En CABA aun lxs docentes están en su segunda semana de huelga ante la política negacionista de Larreta, empujando incluso a la burocracia de UTE a sostener el paro. Sin embargo la CTERA no llama acciones de solidaridad ni impulsa asambleas de base donde se discuta cómo enfrentar esta política aperturista en las escuelas, es que la burocracia celeste de Baradel y Alesso se ha puesto en función de la campaña electoral del Frente de Todos, y nada dicen del aumento de casos en otras provincias o en el interior de la propia provincia de Buenos Aires.
De la mano de los gobiernos nacionales y provinciales, el escenario de contagios y lamentablemente de muertes aumenta y nos llevan al borde de una crisis social de magnitudes impredecibles.
Organizarnos contra el sistema capitalista
En este contexto es fundamental seguir impulsando la lucha unitaria, sin fraccionalismos y sin subordinar la estrategia a las elecciones legislativas, que son sólo simulacro de participación donde nada se decide sobre nuestras condiciones reales de vida.
La lucha por un programa de salida a la crisis actual desde la clase trabajadora ocupada y desocupada es fundamental, para evitar la barbarie de las patronales y los bolsonaristas argentinos. El Frente de Todos ya ha demostrado no ser una contención al “fascismo” y mucho menos ser una opción diferente a los cuatro años del macrismo. El gobierno ha mantenido todos las políticas de subordinación al imperialismo y la baja constante del poder adquisitivo de la población en general.
El 27 de abril se discute el Salario, Mínimo, Vital y Móvil, que está tan lejos de la canasta de pobreza que muestra a las claras la política de las patronales, pauperizar y empobrecer a la población. La movilización por un aumento real del salario mínimo es fundamental y debería ser acompañada por una huelga general de la CGT, que está callada y paralizada por la casta de burócratas que la dirigen sólo para beneficiar a las patronales y aportar a la quietud que permita al gobierno estar “tranquilo”.
La intervención en cada lugar de trabajo es fundamental, debemos llevar la necesidad de luchar en unidad el conjunto de las organizaciones de la clase trabajadora por un programa de salida a la crisis social, económica y sanitaria que vivimos, que parta de establecer las actividades esenciales que deben sostenerse para poder disminuir las no esenciales, garantizar un salario de emergencia equivalente a la canasta básica que hoy supera los $60.000, estatizar todo el sistema de salud, incluidos los laboratorios para desarrollar y producir las vacunas que necesitamos para la población trabajadora y el no pago de la deuda externa y la ruptura con el FMI. Las riquezas existen, las producimos todos los días con nuestrxs propios cuerpos, solo que se la apropia una minoría social que es la misma que nos manda al matadero todos los días.