
La Lista Negra se impuso en todo el gremio
En las últimas elecciones, la Lista Negra mantuvo la dirección del SUTNA y ganó cada una de las grandes fábricas del neumático. Como militantes revolucionarixs, lo primero que tenemos que decir es que saludamos que la Lista Violeta siga fuera de nuestro sindicato. Como sostuvimos en todo momento con una consigna clara («la violeta nunca más en el gremio»), consideramos que es un logro de la rebelión antiburocrática que iniciamos en 2007 -de la que fuimos parte activa- que la burocracia Violeta, tras años de transar con la patronal, firmar acuerdos a la baja y entregar compañeros, no esté más al frente del gremio. Más allá de las diferencias que tenemos con la actual conducción del SUTNA, hemos peleado contra la patronal y la burocracia desde hace años y a esa lucha antiburocrática seguiremos aportando todos los días desde la fábrica.
En segundo lugar, lamentamos que el Frente de Unidad Negra-Roja-Granate, con el que se recuperó el gremio en 2016, no se haya sostenido por decisión de la Lista Negra. Desde el PRC siempre hemos afirmado la necesidad de la unidad de los sectores clasistas, antiburocráticos y de lucha frente a las patronales y las burocracias. Este caso no fue la excepción. A pesar de todas nuestras críticas y diferencias, cuando llegó el momento de la conformación de listas, hasta el último minuto hemos intentado desde nuestro lugar en la Lista Roja sostener el Frente de listas con el que recuperamos el SUTNA. Lamentablemente, la condición que la Negra ponía para eso era la disolución de todas las otras tendencias políticas: es decir, que los demás colores dejáramos de existir y nos diluyeramos en la Negra. Esa disolución no solo era simbólica: también se nos había excluido ya de todos los ámbitos reales de decisión política. Por este motivo, y desde nuestro humilde lugar, nos parece necesario dar ciertos debates en torno a cómo se sostienen los frentes únicos en los ámbitos sindicales y qué modelo sindical intentamos llevar a los sindicatos recuperados.
El proceso de recuperación del gremio
La lucha en el neumático es un proceso de muchos años que arranca en el 2007 con la rebelión en FATE que expulsó a la Bordó de la seccional y que fue cimentando una oposición nacional en la lucha a brazo partido contra la burocracia Kirchnerista de Wasiejko.
La primera lista unitaria fue la lista Marrón que contenía a todo el activismo clasista y antiburocrático de la fábrica. La ruptura de la Marrón dió nacimiento a la Lista Negra, que en un principio se alineó con la CTA Michelli y rompió abiertamente con los compañeros clasistas. En ese momento, la Marrón quedó en manos del MAS, se formó la Lista Roja y luego la Lista Granate del PTS. La seccional San Fernando quedó en manos de la Lista Negra a la que ingresaron luego algunos activistas que le dieron una orientación más de lucha y con mayor independencia de clase a la conducción de la seccional.
El frente único antiburocratico que recuperó el SUTNA Nacional en 2016 fue el de la Lista Negra, la Lista Roja y la Lista Granate, con una perspectiva de independencia de clase, combatividad y democracia sindical. Lamentablemente este frente no se consolidó y, al contrario, fue empujado a la ruptura por parte de una política hegemonista de la Lista Negra.
Ese proceso se fue abonando con algunas decisiones de modelo sindical que consideramos equivocadas para un sindicato recuperado. Si bien no es nuestra intención hacer una crítica exhaustiva y hubo cosas que incluso decidimos no discutir públicamente en su momento, hay cosas que hoy es necesario decir para que se entienda el debate político. La lista Negra en sus cinco años de mandato no convocó a reuniones de directiva ni siquiera mensualmente, como indica el estatuto (pasaban hasta 5 meses sin que ese órgano sea convocado). A la vez, los temarios de esas reuniones eran digitados desde la secretaría general, sin nunca permitir debates que llevábamos las otras listas que eran parte de la directiva. Con ese mismo espíritu boicotearon sistemáticamente toda iniciativa de la secretaría de seguridad e higiene, solo por estar en manos de la Lista Roja. La misma política desarrollaron en relación a la participación de los delegados: en 5 años de conducción, sólo en 4 oportunidades convocaron a los plenarios a los delegados que no pertenecían a la lista negra. A la vez, a esas reuniones de delegados no se les permitía entrar al resto de los miembros de la directiva que no fueran de la negra, impidiéndo la entrada a los compañeros de otras listas del propio frente incluso con seguridad privada contratada por el sindicato.
La elección de la consigna «Crespo Conducción» como eje central de la campaña 2021, tan cercana simbólicamente al moyanismo, nos parece una muestra más de ese modelo sindical que en varios puntos no compartimos para un sindicato recuperado: si bien sabemos que existen estas tendencias en el movimiento obrero, creemos que el rol de los militantes clasistas es combatir esos personalismos y verticalismos en lugar de fomentarlos.
Esta política hegemonista nos parece un error, sobre todo porque desde nuestro lugar en la Lista Roja jamás tuvimos una política de oposición dentro del gremio sino que desde el principio buscamos aportar a construir y defender el sindicato recuperado conjuntamente. Obviamente las diferencias se profundizaron con el tiempo, principalmente cuando ante un lockout patronal, en el marco de la pelea contra sistemas de control (plc) para maximizar producción en detrimento de las condiciones de trabajo, la Lista Negra cargó sus cañones contra el delegado del sector y la Lista Roja que venían sosteniendo ese conflicto, en vez de responsabilizar a la patronal de terrible provocación. Estas prácticas fueron haciendo muy difícil la construcción unitaria y común ante la empresa. Y esto se profundizó cuando desde la Negra decidió no sostener el frente de listas que había recuperado el sindicato en 2016, hecho que seguimos considerando un error. Como organización somos parte de otros organismos recuperados y consideramos que esta no es la forma en la que se construyen y sostienen los frentes únicos.
En este sentido, el Partido Obrero falsea la realidad al hablar de que el frente único es la Lista Negra en sí misma y que por lo tanto quien no se subordine mecánicamente a la “conducción de Crespo” es fraccionalista o sectario. El proceso de lista única en el Neumático había ya tocado su techo con la ruptura de la Lista Marrón inicial. Pretender reinstalar la lógica de lista única, desconociendo a las demás listas, es claramente un falso frente único, y un intento de reescritura de la historia. En la Prensa Obrera la recuperación del Gremio arranca con la Negra, desconociendo la relación de fuerzas que instaló la rebelión obrera de 2007-8 de la que fueron parte todas las listas de lucha y omitiendo que el Sindicato se recuperó con un frente de tres listas antiburocráticas: Negra-Roja-Granate.
Algo mucho más complejo podemos decir de la posición publicada por el MST, lista Gris, que ni siquiera se presentó como tal en las elecciones del SUTNA (ni en 2016 ni en 2021). Hoy estos compañeros quedaron con un cargo en la directiva Nacional, sí, pero sin color propio, sin identidad y sobre todo sin ninguna incidencia en la política general del SUTNA. Desde ese lugar levantar el dedo de sectarismo o fraccionalismo es prácticamente ridículo.
Las elecciones en FATE
Ante la imposibilidad de poder sostener el frente multicolor como dirección nacional y avanzar en abrir las listas seccionales por fuera de la Lista Negra, es que se conformó un frente clasista en FATE integrado por las Listas Roja, Granate y Marrón.
Este frente se presentó sólo en la seccional San Fernando para evitar dividir el voto a nivel nacional, con la consigna “la Violeta nunca más en el gremio, en FATE corta boleta”. Esta consigna de por sí evita cualquier interpretación que quieran hacer otras organizaciones sobre las motivaciones de la constitución del frente. Se llamó claramente a mantener el gremio nacional por fuera de las manos de burocracia, pero no se aceptó la política ultimatista de la Lista Negra que pretendía que todas las demás listas abandonen sus identidades y se conviertan en Lista Negra.
El hegemonismo de la Negra imposibilitó cualquier perspectiva de síntesis ya que la petición de renunciar a la identidad propia (básicamente pidieron que se disuelvan las listas roja, granate, etc. y se pasen todas a la negra) y la subordinación a otra lista es contraria a las políticas unitarias de frente único mediante acuerdos programáticos y prácticas de construcción comunes. Este es el debate que nos interesa plantear.
El balance del Gremio Nacional durante estos 5 años tiene también estos elementos negativos. La imposición permanente de la Negra sobre el resto de las Listas que conformaban el frente fue minando la confianza. Los condicionamientos a los compañeros de la directiva nacional, que tenían prohibido ir a otras fábricas que la propia o que no se les permitía hablar en asambleas de las fábricas Pirelli o Firestone, anunciaban serios problemas para tramitar una política realmente frentista, una política que desarrolle la potencia del conjunto.
En este marco, la elección del Frente Roja-Granate-Marrón expresó a una minoría que en FATE aún sigue creyendo que el Sindicato debe estar integrado por todas las listas y que la discusión del gremio debe llevarse adelante mediante mecanismos democráticos, donde realmente funcionen sus ámbitos orgánicos: asambleas, comisión directiva, congreso de delegados, etc. con plena participación de las listas minoritarias, donde se reconozcan y permitan la participación de todos su integrantes, sin impedir la palabra a nadie.
Es claro que hablamos de una minoría porque los números son concretos y la Lista Negra se impuso con el 68% en FATE. La continuidad de esta política que luche contra la concepción de un sindicato de Lista Única se pondrá a prueba nuevamente en las elecciones de delegados. La clave de elegir delegados clasistas por fuera de la Negra está no sólo en la democratización de las prácticas, sino en la posibilidad de volver a constituir un cuerpo de delegados que sea la voz de todos los sectores de la fábrica y no sólo mensajeros de la directiva.
Las tareas de los clasistas y la defensa del gremio
En las elecciones de delegados, apostaremos nuevamente a construir un cuerpo de delegados de base que pueda expresar sin presiones las necesidades de los obreros y las voces de todos los sectores de lucha y antiburocrativos, sin la lógica de Lista Única.
También está pendiente la lucha por avanzar en derechos en el convenio como el trabajo insalubre y la reducción de la edad jubilatoria, así como enfrentar el sistema de interrupciones que la conducción aceptó y que hoy la patronal está usando para controlar los tiempos de los obreros.
Finalmente, es imperioso avanzar en una reforma de los Estatutos del SUTNA que permita democratizar las direcciones sindicales, que rompan el modelo de unicato de la burocracia kirchnerista de la CTA y que reconozca la participación del conjunto del activismo, tanto en cuerpo de delegados interfábricas regulares, como en la institución formal de las asambleas como único ámbito de decisión de las paritarias salariales y de convenio, por ejemplo.
PRC, 24/11/2021.
Me parece que se puede hacer la crítica al PO tomando no sólo su accionar que atenta contra la democracia sindical, sino también como no se pone el importantísimo lugar de dirección nacional del SUTNA en función de la organización política de la clase obrera argentina y de la unificación de sus filas (en relación a la fragmentación imperante entre desocupados, sub ocupados, precarios, terciarizados, planta permanente, etc)
Tal vez no era su intención desarrollar ese aspecto en esta nota pero me parece que de mínima hay que hacer mención de esa orientación que hace a un debate que hay que tener con los compañeros del PO como partido y no sólo como parte de la lista negra del sutna
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