Los resultados de las PASO dejaron un escenario de profundización de la crisis política (ver PASO: MENOS PARTICIPACIÓN, VOTO BRONCA Y LA GRIETA ORDENANDO). El gran derrotado fue el oficialismo que no se demoró en dejar al desnudo las fisuras que tiene el Frente de Todos. Sin embargo, albertistas y cristinistas coinciden en un elemento central: las deudas se honran, hay que pagarle al FMI. Más allá de los acuerdos que el gobierno pueda conseguir con el Fondo, hay otros dos elementos centrales para el análisis: no hay forma de pagar y dar respuesta a la crisis social en aumento, por un lado; y por otro, más allá de toda grieta y cacareo, la oposición -responsable de haber incrementado la deuda- tampoco propone otra cosa.
Este escenario en el fondo, no muestra la alternancia de dos proyectos burgueses esencialmente distintos, sino de dos momentos distintos del ciclo capitalista: un momento donde se pueden aplicar políticas más “redistributivas” y otro momento hegemonizado por el capital agroindustrial financiero. Esta alternancia no respeta partidos: en nuestro balance de seis meses del gobierno de Alberto Fernández ya sosteníamos que este era un “gobierno neoliberal pero con discurso de universidad pública”. El discurso progresista del FdT le otorgó el consenso necesario para aplicar medidas de ajuste para la clase.
Así las cosas, y todas las fuerzas políticas en plena campaña electoral, hacen de cualquier debate un “como sí” intentando camuflarse de un hecho central: a los dos lados de la grieta tenemos administradores de la crisis y el ajuste. Esta afirmación no plantea que no haya diferencias, sino que expone el carácter que tiene la única grieta realmente existente: la de clases. Por eso, como decíamos en la nota citada frente a las Paso: “Mientras sigamos dejando que hablen por nosotrxs, nuestra bronca va a seguir siendo tergiversada por la maquinaria electoral mediática. Todo cae en la grieta, mientras lxs trabajdorxs caemos al abismo de la pobreza.”
La disputa electoral
Lo decimos con claridad: como parte de la clase trabajadora no depositamos ninguna expectativa en que las elecciones y el parlamento puedan dar soluciones de fondo a las necesidades más urgentes. La pobreza en aumento, el empeoramiento de las condiciones de vida y precarización del trabajo, la avanzada de hecho de las reformas laborales, el aumento de los bienes de primera necesidad, en fin, una avanzada del capital sobre el pueblo trabajador en toda la línea no se detendrá por la vía electoral. Es necesaria la movilización masiva de los sectores oprimidos y explotados, la coordinación de las luchas, romper con la pasividad y la expectativa en que tal o cual conducción sindical burocrática haga un llamado a destrabar la paz social con los sectores patronales y el gobierno, presionar con la movilización callejera para arrancarle al Estado los recursos para comida, salud, educación y vivienda. Es necesario que les trabajadores ocupades y desocupades, y les oprimides en general participemos en política pero organizándonos activamente en sindicatos, organizaciones territoriales, estudiantiles, creando nuestras propias herramientas de lucha y que, de este modo, construyamos una perspectiva socialista y revolucionaria, única vía para enfrentar la barbarie capitalista. Les trabajadores debemos expresar nuestro repudio a todos los políticos que defienden este sistema que nos está llevando al colapso, desde el peronismo conciliador y pagador serial de deuda, hasta Cambiemos y sus propuestas anti obreras de mano dura y anti derechos, pasando por los fachos Milei o Espert que aspiran a eliminar todo tipo de derechos con un discurso retrógrado, misógino y ultra derechista. Con esta perspectiva, desde el PRC hacemos un llamado a votar al Frente de Izquierda y lxs Trabajadores Unidad – FITU como voto castigo toda la casta política hambreadora, lista compuesta por compañeres de lucha y la única alternativa electoral de izquierda que expresa independencia de clase respecto a todas las patronales y sus representantes políticos a ambos lados de la grieta.