Repudiamos el acuerdo con el FMI, repudiamos la represión

Durante la madrugada del viernes, finalmente, con 202 votos a favor y 37 en contra, tuvo la media sanción en diputados el acuerdo con el FMI. Se ratifica de este modo la orientación fondomonetarista que venía impulsando el gobierno, que seguramente tendrá su aprobación final la semana que viene en el Senado. Este pacto de entrega es un reaseguro a las políticas de ajuste en marcha.

La crisis interna del Frente de Todos, sin embargo, tuvo su impass el miércoles 9: por un lado, una marcha de los sectores afines al gobierno para contentar a sus bases; por otro, el acuerdo a última hora con la oposición de Juntos por el Cambio de tratar solamente el artículo número 1 con el cual se habilita al ejecutivo a tomar nueva deuda para cumplir con los objetivos del Fondo. Este acuerdo, que por unas horas cerró de hecho la grieta, podría haber dado margen para que algunxs de sus diputadxs votaran en contra o más tibiamente se abstuvieran, como Yasky o Hagman. Estas maniobras para procesar las supuestas diferencias internas sin romper, que se iniciaron con la renuncia de Máximo Kirchner a la jefatura del bloque parlamentario, tienen un revés que debilita al gobierno. Son esos 111 votos que puso JxC para poder hacer pasar la aprobación, varios más de los 76 que puso el oficialismo, un dato que socava el capital político del FdT y el gobierno de los Fernández.

Mientras dentro del Congreso de la nación se iniciaba la sesión, afuera en la plaza desde temprano, se desarrollaba una gran concentración de miles de personas, cientos de organizaciones de izquierda, movimientos sociales y cuerpos gremiales, en cuyo denominador común está el rechazo total al acuerdo con el Fondo y el pago de la deuda. De este modo, la denuncia de este pacto a pedido de todas las patronales se realizó en forma activa y enérgica en las calles. Es que la bronca que se acumula por abajo, aunque todavía no termine de estallar, va encontrando sus vías para expresarse. Los métodos históricos con los que el pueblo trabajador demuestra su descontento tuvo como respuesta la represión policial. Adentro cocinaban el pacto de entrega, afuera sus perros guardianes hacían su trabajo. Desde el PRC repudiamos la represión estatal ordenada por el gobierno y exigimos la libertad de Oscar Santillán y de todxs lxs presxs por luchar. Así como también rechazamos las acusaciones por parte de todos los sectores que se apuran en tildar de violentos, “servicios” o, como bizarramente tiraron desde el propio recinto parlamentario, de asesinos, a lo que es el legítimo derecho popular de defenderse ante la violencia organizada y cotidiana que implica el hambre y la pobreza.

La pre aprobación de este acuerdo con el FMI significa un nuevo hito en la historia del capitalismo argentino. No es simplemente la presencia de una herramienta de incidencia política por parte del imperialismo yanki, lo cual ya es suficiente elemento como para que todo el arco ideológico más o menos progresista esté en contra, sino que es avanzar con una necesidad objetiva que tienen todos los capitales actuantes en el país. Es que una economía que para producir necesita más dólares que los que produce, cíclicamente, tendrá crisis de deuda como la actual. De un lado y del otro de la supuesta grieta, no hay otra cosa que la forma de gestionar esa crisis que los propios capitalistas generan. Dicho de otro modo, se trata de cómo se instrumenta un ajuste para que sea la clase trabajadora y el pueblo pobre quien pague los costos de una crisis que no genera. Desde este ángulo, aunque nos parezca válido que se investigue y castigue al puñado de millonarios que durante el gobierno de Macri utilizaron el préstamo del Fondo para fugar dólares, nos parece infinitamente más necesario rechazar de plano no solo este acuerdo sino el pago de la deuda en su conjunto.

Lo decimos con claridad: no hay nada positivo que esperar de este pacto de entrega y sometimiento. Cumplir con las metas acordadas implica, necesariamente, más ajuste, empeoramiento de las condiciones de vida, la afectación del medio ambiente, peores condiciones de trabajo y mayor miseria para lxs jubiladxs. Por eso desde el PRC apostamos a la unidad, la lucha y a los espacios de frente único para que la clase obrera y el conjunto del pueblo acumule las fuerzas necesarias para rechazar definitivamente al FMI, pero también para construir una perspectiva radicalmente distinta a las que hoy se muestran como “lo posible”. No hay buen vivir bajo el capitalismo. Como en los países vecinos, o como hace unos meses en Chubut, es el camino de la huelga general, de la acción directa de masas, la democracia directa, la rebelión popular para construir una sociedad sin oprimidxs ni explotadxs, una sociedad socialista en la que podamos vivir dignamente con lo que nosotrxs mismo producimos.

PRC, 12-03-22.

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