El 11 de mayo se realizaron las elecciones del sindicato docente más grande del país. En un clima general de desmovilización, la Celeste-Violeta no sólo revalidó su mandato al frente de SUTEBA Provincia, sino que ganó las seccionales de Ensenada, Madariaga, Escobar, también se impusieron en Quilmes, histórica seccional de la Azul y Blanca. La multicolor mantuvo las seccionales de Tigre, Bahía Blanca y Marcos Paz. En La Matanza la Celeste está intentando quedarse la seccional mediante el fraude.
El 11 de mayo se votaron los Consejos Ejecutivos de todas las seccionales de la provincia y el Consejo Ejecutivo Provincial de SUTEBA. En un clima general de desazón y desmovilización, se impuso la Lista Celeste-Violeta, integrada por el PJ-Kirchnerismo y el Partido Comunista. La Azul y Blanca, lista del Partido Comunista Revolucionario, integrante del Frente de Todos, presentó una lista propia a nivel provincial, abandonando el frente Multicolor del que fue parte desde 2009 y favoreciendo a la lista Celeste de forma vergonzante, ya que no terminaron de integrarse a la lista. A nivel de las seccionales la Azul y blanca tuvo una política que osciló entre la integración a la Celeste o la presentación de listas alternativas para favorecerlos.
Luego de dos años de la experiencia de atomización social generada por la pandemia de COVID-19, y una crisis social y económica de envergadura, el sector docente no es ajeno al reflujo general que padece el movimiento obrero ocupado. La situación de conservadurismo general, la falta de dinamismo en amplios sectores del movimiento obrero ocupado castigados por la inflación galopante que opera como un gran disciplinador de la mano de obra.
En este marco no es de extrañar la baja en la afiliación que hubo desde 2017 a 2022. Un sindicato caro como SUTEBA, que privilegia la caja mediante la obligatoriedad del Coseguro Médico, en vez de pelear por una obra social que cubra todas las prestaciones, se vuelve un peso económico sobre los flacos bolsillos docentes. La caída en más de 10000 afiliaciones a nivel provincial muestra a las claras este proceso.
Finalmente, en este cuadro general, la docencia, estuvo todo 2020 con trabajo en sus casas y durante 2021 con trabajo presencial intermitente. Es claro el factor de desorganización que esto implica en nuestro sector. También es necesario remarcar que ante la crisis económica y los salarios que no cubren la canasta básica más y más docentes trabajan más horas o más cargos (o incluso haciendo changas), dejando aún menos espacio de la vida para la organización sindical o política.
La Lista Multicolor
En las elecciones la oposición a Baradel, está encarnada por la Lista Multicolor, un frente de listas que concentra toda la oposición clasista. Luego de 2013, cuando se dio la recuperación de las 9 seccionales, la Lista Multicolor se fue consolidando como frente opositor. A pesar de ello, aún hoy persisten prácticas que conspiran contra la constitución de este frente como una referencia inapelable.
Las discusiones entre corrientes, generalmente son sobreactuadas y llevadas a puntos de no retorno con acusaciones de traición, de burocratización, entre tantas otras. Sin embargo, luego de esas discusiones intestinas, las diferentes Listas terminan por lo general integrando el frente común, haciendo muy difícil de explicar al propio activismo como es que se puede conformar un frente entre agrupaciones que se acusan de semejantes cosas. Es decir, una política de debate ajeno al Frente Único, que privilegia la autoconstrucción de cada agrupación antes que la construcción colectiva.
Lo mismo podemos decir sobre la política específicamente sindical de la Multicolor por fuera del espacio propiamente electoral. Un Frente Único como la Multicolor, que tiene espacios reales de dirección dentro del SUTEBA debería tener una política común (o lo más común posible) para intervenir.
Sin embargo, esto no es lo que ocurre. En numerosas ocasiones las diferentes corrientes privilegian la acumulación propia, llevando adelante intervenciones superestructurales, sin liderar conflictos reales desde las escuelas. No es a base de denuncismo y discursos altisonantes sobre la situación mundial que se acumula referencia en los lugares de trabajo. Lxs trabajadorxs pelean por sus condiciones de trabajo y esa es la primera de las tareas que las Multicolores seccionales tienen que tomar.
La lucha real por no dejar avanzar la pauperización de la tarea docente, en relación a la infraestructura, a la sobrecarga laboral, a la precarización del estatuto no son simples consignas, son puntos programáticos que deben plasmarse en acciones concretas. La conquista de cuestiones cotidianas por medio de la lucha y la organización implica necesariamente un trabajo sobre la subjetividad de clase de la docencia y, desde nuestro punto de vista, debería ser el “ABC” para cualquier activista sindical clasista que se precie como tal.
Como multi no tenemos una política como contrapropuesta, ante la situación educativa pedagógica actual. Tema de los más hablados y cuestionados en la sala de profes de cada escuela. Ante la situación de crisis, producto de las políticas educativas de los últimos años y apoyadas por los sindicatos que además se agudizaron o salieron a la luz producto de la pandemia, debemos pensar en políticas educativas y pedagógicas que muestren un verdadero horizonte en la educación. La situación de lxs pibxs es crítica por lo que sucede en sus casas pero también por la respuesta y propuesta que pretende esta educación vacía y chata. Ante esto debemos proponer, construir e impulsar otra política educativa pedagógica.
EL SUTEBA de servicios y Cogestión
La Celeste-Violeta con este triunfo se fortaleció claramente sobre la Multicolor. No solo logró ganar en 3 seccionales que dirigía la Multicolor, sino que está intentando robarse la seccional de La Matanza con un fraude escandaloso, que sólo es posible por la escasa diferencia con la que ganó la Multicolor. La baja en la participación es una tónica general de esta elección y eso afectó más a la Multicolor que a la celeste. Incluso asumiendo que la desafiliación tenga un elemento de “cuidado salarial”, también es un rechazo a la conducción burocrática que no ha podido ser capitalizada por la Multicolor.
Sin embargo, este fortalecimiento sobre la Multicolor, no implica que la Celeste-Violeta de Baradel, se fortalezca en las escuelas como dirección indiscutida. Si las elecciones fuesen abiertas no hay duda de que el repudio general a Baradel y su política de entrega de las condiciones laborales y salariales se expresaría. Pero las elecciones sindicales se hacen sobre lxs afiliadxs y SUTEBA como ya dijimos es un sindicato caro que se perfila cada vez más como un sindicato de servicios y de cogobierno de la educación.
La cogestión, como gusta llamarle a lxs burócratas de la Celeste, se expresa en la integración a la DGCyE como funcionarios, a la participación de cuadrxs celestes en los diferentes organismos descentralizados como Jefaturas Distritales, Secretarías de Asuntos Docentes y Tribunales.
Estamos ante un consolidación de una burocracia que comparte más instancias con el propio poder que con la experiencia cotidiana de las escuelas. Están más preocupados por defender políticas estatales y “hacer funcionar” las escuelas a cómo sea que por expresar las genuinas demandas de la docencia.
El aumento proporcional de lxs jubiladxs en el padrón es una expresión de esto. Que lxs jubiladxs sigan siendo parte del sindicato está muy bien, pero es real también que su experiencia actual de vida ya no los sitúa en la dinámica real de las escuelas, ni en los conflictos que atraviesan lxs docentes. Esta tendencia de mantenerse nos lleva a un sindicato cada vez más alejado de la realidad escolar.
La falta de movimiento también afectó a la participación. El escenario de pasividad, de dificultad para realizar acciones de lucha luego de dos años de intermitencia escolar presencial pesó fuerte. También debemos recordar que en 2017 llegamos en un proceso de lucha general muy intenso del pueblo trabajador y de la docencia en particular con un mes de huelga sostenida por la Multicolor mientras que la FEB, UDOCBA y seccionales Celestes se bajaban de la huelga y llamaban a movilizarse con 115B3 (licencia gremial). La falta de acciones de lucha, en el contexto de reflujo, no podía sino jugar contra la participación, centralmente, contra la capacidad de la Multicolor de movilizar compañerxs para votar contra la Celeste de Baradel.
El desafío Multicolor
Nos enfrentamos a un escenario adverso. El retroceso en términos de representación de la Multicolor no va a ser fácil de llevar adelante. Actualmente la Multicolor retiene la dirección de las seccionales de Tigre, Bahía Blanca y Marcos Paz, seccionales que debemos cuidar y bajo ningún punto de vista petardear desde la externalidad con declamaciones que no aportan a consolidar la Multicolor como frente opositor. Debemos evitar las discusiones intestinas y las acusaciones falsas entre las agrupaciones que solo sirven para desmoralizar al activismo que rechaza a la burocracia. Sin ocultar las diferencias, debemos promover abiertamente el debate haciendo eje en cómo seguir construyendo el frente único antiburocrático.
En Moreno estamos en condiciones de asumir la minoría ya que ninguna lista obtuvo más del 50%. Finalmente, si se consuma el fraude en La matanza y la Celeste arrebata la dirección de la seccional, también debemos asumir la minoría, no como un reconocimiento del fraude, sino para mantener los espacios de representación que sirvan para delinear una política opositora con representación real.
Tenemos por delante las elecciones de delegadxs por escuela y por turno. Desde 2019 que no se eligen delegadxs de escuela. Es fundamental que como multicolores llevemos una campaña unificada de cara a estas elecciones, privilegiando que tengamos una representación opositora sólida y lo más masiva posible.
El programa multicolor es totalmente actual para las elecciones de delegadxs, por lo tanto no habría ninguna traba para trabajarlas en común. La hipótesis de construir un activismo Multicolor antes que activismo de cada corriente es un desafío cada vez más actual. Seguir pensando la intervención desde la lógica de la autoconstrucción o de referencia a tal o cual candidatx del FIT-U es un callejón sin salida. Necesitamos recomponer el sujeto docente en términos de organización y lucha, rompiendo la pasividad a la que nos quiere someter la Celeste de Baradel.
La realidad hay que mirarla de frente, tal como es, sin triunfalismos ni derrotismos. El escenario es adverso, pero no está cerrado ya. La realidad del trabajo docente es cada vez más ardua y eso va a empujar diferentes situaciones de conflicto.
Desde las seccionales y minorías Multicolor y desde lxs delegadxs y Congresales opositores, debemos construir espacios que nos permitan sintetizar una política gremial clasista, de intervención cotidiana, que lleve la experiencia Multicolor al corazón de las seccionales celestes como una práctica concreta y no como una mera declamación.
PRC, 01/06/22.