A 46 años de la caída en combate de la dirección del PRT – ERP

Por Fogoner★s OLNyS y PRC

El 19 de julio del 1976, en un departamento de Villa Martelli, caen en combate a manos de la dictadura cívico militar eclesiástica, los compañeros revolucionarios Roberto Santucho, Benito Urteaga, Domingo Menna y Fernando Gertel. También se encontraban allí, Ana María Lanzilloto y Liliana Delfino, que hasta el momento se encuentran desaparecidas. Todxs miembrxs integrantes de la dirección política nacional del PRT – ERP. A 46 años de aquellos hechos, desde Fogoner★s OLNyS y el Partido por la Revolución y el Comunismo – PRC, rescatamos brevemente en este artículo lo que fue la experiencia política marxista de la clase obrera más avanzada de los años ’70, organización que desplegó, en base a un fuerte trabajo militante, una amplia inserción en varios planos de la lucha política.

Fundación del Partido Revolucionario de los Trabajadores – PRT   

El PRT se fundó el 25 de mayo de 1965 a partir de la fusión de dos grupos políticos. Uno era el Frente Revolucionario Indoamericano Popular (FRIP), con base en el noroeste argentino, donde uno de los principales dirigentes era Mario Roberto Santucho. Este grupo tenía desarrollo en ingenios azucareros y diversos sectores de la clase obrera. Tenía una orientación marxista, indoamericanista y partía de una interesante caracterización del proletariado argentino. El otro grupo, Palabra Obrera, de tradición más claramente trotskista dirigido por Nahuel Moreno, tenía militancia en Tucumán, Buenos Aires y Córdoba fundamentalmente. Estos dos sectores finalmente se separaron cuando el PRT realizó su IV Congreso en 1968.

El PRT fue un partido marxista-leninista, que se propuso dar respuesta al problema central para la lucha revolucionaria, construir una estrategia de poder para la clase obrera, desde una concepción y una práctica internacionalista, construyendo una coordinación hacia una dirección común para la región junto a otras organizaciones con la conformación de la JCR (Junta de Coordinación Revolucionaria). 

Para el PRT la guerra contra la burguesía es popular, prolongada y al mismo tiempo insurreccional, particularmente en su desenlace. Estos tres aspectos le dan un contenido integral al enfrentamiento entre las estructuras políticas y militares de la clase obrera y el pueblo, y las de la burguesía. El PRT se destacó por la coherencia entre el decir y el hacer, por lo que desarrolló una gran inserción en la clase obrera, desplegando una política integral que implicó la intervención en múltiples frentes principalmente: el sindical, el político-ideológico, el antirrepresivo, el estudiantil, el cultural y el militar. 

    En los párrafos que siguen desarrollaremos brevemente los principales aspectos de las diversas intervenciones políticas desplegadas por esta organización. 

•    El PRT en el movimiento obrero  

    El PRT tuvo una enorme inserción y fue parte fundamental de muchos conflictos obreros y experiencias de recuperación sindical, siendo el Movimiento Sindical de Base (MSB) su máxima expresión de desarrollo propio.

    Una de las ideas que más se esgrimen a la hora de criticar el desarrollo político del PRT es la hipótesis de que no tenían inserción en la clase obrera. Esta idea, que ha sido repetida por múltiples organizaciones de izquierda que pertenecen a otras tradiciones políticas, realmente constituye un prejuicio y no un argumento.  El PRT no sólo tenía una amplia inserción en muchísimos sectores fabriles de Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Tucumán, Santiago del Estero, Jujuy, con marcada influencia entre lxs algodoneros del Chacho y los empleados judiciales y docentes formoseños, y otros puntos del interior del país, contabilizándose más de 400 células en fábrica, sino que el trabajo sobre la clase y el movimiento obrero eran una prioridad absoluta para el partido. 

    El PRT fue de hecho el partido revolucionario con mayor inserción obrera en el período y con mayor participación en las batallas de la clase en ese momento histórico, combinando una militancia sindical fuerte con una sostenida propaganda política y la voluntad de no sólo desarrollar el sindicalismo sino también el partido en el seno de la clase. 

Su inserción en la clase era real, sostenida y planificada. En tal sentido, es para destacar la construcción y desarrollo del MSB, sobre el cual podríamos decir que se constituyó como el frente “sindical” del PRT, que surgió (como el FAS) a raíz de la apertura constitucional hacia fines de 1972, principios de 1973. 

Este movimiento tuvo como principal objetivo la creación de un espacio amplio de carácter anti burocrático y clasista que pudiera nuclear en su seno diferentes corrientes sindicales con la misión estratégica de gestar una dirección combativa y clasista en el seno de clase obrera, y que tuviera a la vez la capacidad de disputar la dirección del mismo de cara a las luchas que se avecinaban, intentando movilizar a la clase tras sus reivindicaciones, mostrando de esta manera la inviabilidad del proyecto de “paz social” que promulgaba, en esa coyuntura, el tercer peronismo. El MSB convocó en Rosario, el 13 de abril de 1973, en su segundo plenario, a cerca de 5000 delegadxs y activistas obrerxs.

    En suma, la realidad indica que en pocos años de actividad partidaria el PRT alcanzó muy buenos niveles de influencia sobre el movimiento obrero industrial, participando y en muchos casos ejerciendo el rol de dirección política de sus luchas (ejemplo de ello, entre otros, serán los casos de Villa Constitución, marzo de 1974, el conflicto en la fábrica Rigolleau, marzo de 1975, el gran conflicto de la Ford de 1975 y las luchas en Propulsora Siderúrgica de 1973-1975). El particular desarrollo en el movimiento obrero industrial, respondía a la estrategia revolucionaria que partía de caracterizar al proletariado industrial como el sector de vanguardia dado el desarrollo capitalista en Argentina. 

    Fue sin dudas, además, un destacado protagonista en las luchas más importantes que se desarrollaron por aquellos años: las experiencias del clasismo cordobés, el Viborazo, el Tucumanazo, el Villazo, las coordinadoras interfabriles del ‘74/’75, la inserción en el proletariado azucarero en Tucumán, etc., en las cuales, en cierta medida, la inserción y el desarrollo fue producto de tener mucha claridad sobre cuál es el sujeto de la revolución y la prioridad para un partido revolucionario.

•    El PRT, la batalla político-ideológica y la política de masas

    En el terreno político-ideológico, el PRT desarrolló un constante trabajo de propaganda de las ideas revolucionarias, contando con la masiva distribución de la prensa del partido –El Combatiente-, del Ejército –Estrella Roja-, la revista teórica Posición, además de volantes, folletos y boletines. En la reciente recuperada imprenta clandestina del PRT, ubicada en Córdoba Capital, se calcula que en total se imprimían unos 120.000 ejemplares mensuales de toda esta propaganda. 

La organización sostuvo además debates ideológicos constantes en relación al peronismo (como el debate con las FAR, la Columna Sabino Navarro, etc.), incluso haciendo una apuesta política de tener una intervención política de masas hacia sectores sin perspectiva revolucionaria, desarrollando un trabajo amplio como la experiencia del diario El Mundo y la del Frente Antiimperialista por el Socialismo (FAS).

    La adquisición del diario de circulación masiva El Mundo se da en marzo de 1973, cuando se dieron las elecciones que consagraron a Cámpora y retornaba la democracia parlamentaria. Tal iniciativa pretendía, en el terreno de la información, cuestionar el poder y la mirada de los medios masivos con una comunicación contracultural, con la aspiración de que esa mirada alternativa sobre la realidad no sea marginal, sino con vocación de masividad.

    Por otra parte, el FAS surgió como una herramienta política de carácter frentista impulsada por el PRT, frente que se desarrolló entre 1972 y 1975. Surge también en el marco de la “apertura” democrática planteada por el general Lanusse, el cual llamaba a elecciones “condicionadas” a través del Gran Acuerdo Nacional (GAN), un acuerdo de todos los partidos burgueses, pero que les posibilitaba a las organizaciones revolucionarias como el PRT hacer una política “legal” y así poder llevar a amplios sectores de masas las ideas de la revolución y el socialismo.

    Como antecesores al FAS están las experiencias del FAA (frente Antiimperialista y Antidictatorial) y los Comités de Base. Ambas experiencias confluyen luego en el FAS. En efecto, luego del tercer congreso del Frente Antiimperialista y Antidictatorial (FAA) y como una continuidad de éste surge el FAS (de ahí que el primer congreso del mismo será denominado cuarto como continuidad de los ya tres congresos del FAA).

    El principal objetivo de este frente era aglutinar a diferentes organizaciones tanto de la izquierda marxista como de la llamada “tendencia” del peronismo, y brindarle a la clase trabajadora un espacio unitario y un programa común con el objetivo de levantar una alternativa obrera de lucha para enfrentar en unidad la avanzada burguesa. En su VI° Congreso, el FAS aglutinó en Rosario a unas 25-30 mil personas (datos de la Revista Nuevo Hombre N°65, órgano de difusión del FAS). 

    Dentro de la estrategia política del PRT, el FAS era concebido como el embrión de lo que llamaban el “ejército político de las masas”, en lo que estratégicamente denominaban uno de los tres pilares fundamentales para la toma del poder, esto es, el partido revolucionario, el ejército revolucionario y el FLNS (Frente de Liberación Nacional y Social), en ese orden de prioridades.

•    El PRT en los DDHH

    El PRT intervino en el terreno antirrepresivo, desarrollado también en coordinación con otras organizaciones.

    A partir de 1969, el contexto represivo impactó fuertemente en las organizaciones político-militares. El PRT fue una de las organizaciones más golpeadas por su desarrollo político y la eficacia de las fuerzas represivas, incrementando el número de detenidxs. En 1971, tuvo el primer caso de desaparición, el de Luis Pujals, uno de los principales dirigentes de la organización. 

    Ante esta coyuntura, el PRT comenzó a llevar una política de denuncia de la represión estatal interviniendo en las organizaciones de solidaridad con lxs presxs políticxs. 

    Varixs militantes del FATRAC (Frente Antiimperialista de Trabajadores de la Cultura) se incorporaron al Movimiento Nacional contra la Tortura y la Represión, una organización creada en junio de 1971 y que duró hasta principios de 1972, vinculada a las organizaciones revolucionarias marxistas y peronistas.

    En 1971 se creó la COFAPPEG (Comisión de Familiares de Presos Políticos, Estudiantes y Gremiales), que se desempeñó en Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Tucumán, Santa Fe y luego en Capital Federal. La comisión aglutinaba a lxs familiares de militantes de las organizaciones de izquierda como así también peronistas. En junio de 1972, elaboró «Torturas en Argentina», un documento integrado mayormente por testimonios de detenidxs.

•    El PRT en el movimiento estudiantil

    El PRT también desplegó militancia en el frente estudiantil, donde volcó más fuerzas sobre todo a partir del golpe militar del ‘66. 

    Desde el congreso de unificación del FRIP y Palabra Obrera que dio nacimiento al PRT, se ponderó a los sindicatos y el movimiento obrero como sujeto revolucionario. Pero se tomó gran consideración del sector estudiantil universitario como sostén de la unidad entre lxs obrerxs y estudiantes.

    Luego del golpe de Onganía en 1966, la caracterización sobre el estudiantado varió. Si bien el plan político de Onganía estaba claramente dirigido contra lxs trabajadorxs, también tuvo como eje la intervención de las universidades. La ley 16.912, entre otras medidas represivas, coartaba la autonomía interna de las universidades. Ante esta nueva situación, el PRT va a desplegar una política de contención defensiva en las universidades. 

•    El PRT en la cultura

    El PRT también desplegó política en el terreno cultural, donde tuvieron una intervención muy rica con la experiencia del FATRAC, el Cine de la Base, el Teatro Libre, el grupo Barrilete, etc.

    El FATRAC, Frente Antiimperialista de Trabajadores de la Cultura, fue la herramienta que impulsó el PRT para nuclear diversxs artistas e intelectuales. Fundado en 1968, durante una radicalización política de lxs artistas y otros sectores, intentó centralizar su trabajo en las zonas de mayor agitación política-cultural como Buenos Aires y Rosario. 

    A través de sus años, el FATRAC funcionó como un frente de masas que aglutinó y logró darle un carácter de clase y un rol a lxs trabajadorxs de la cultura dentro del proceso de guerra popular revolucionaria -tal como el PRT caracterizaba la situación en Argentina-, levantando las banderas contra la penetración cultural imperialista y la necesidad de intervenir en los conflictos del proletariado. 

    A su vez, todos los grupos que conformaban el FATRAC rompieron con la construcción tradicional de los espacios en los que intervenían, intentando modificar la forma de relacionarse entre lxs participantes, transformando el proceso constructivo en un proceso de creación colectiva. 

    Si bien la línea entre el frente y el partido no era explÍcita por una cuestión táctica, el FATRAC estuvo atravesado por la perspectiva política del PRT, intentando construir una contrahegemonía que sirviera para combatir la ideología burguesa, desarrollando el arte como una herramienta de la militancia, llevándolo a las bases, habilitando espacios de discusión política en los sectores populares, en fin, impulsando el arte al servicio de la revolución.

•    El PRT en lo militar

    La historia del PRT incluye desde ya su intervención en el terreno militar, con el desarrollo de múltiples acciones de propaganda armada y la creación del Ejército Revolucionario del Pueblo, una de las herramientas centrales dentro de la estrategia política orientada a tomar el poder en la Argentina para construir el socialismo.

    En general, en todas las revoluciones, la organización del ejército revolucionario es diferente de la organización política. En Rusia, en China, en Viet-Nam, en España, se cumple esta observación. En el caso cubano, la organización militar revolucionaria estuvo menos separada de la organización política, ya que no estaba delimitado el partido revolucionario como tal. El planteo del PRT sobre el ERP retoma estas conclusiones, manteniendo separada la organización política de la militar. 

    La caracterización, según el PRT, de que había en nuestro país una guerra revolucionaria en curso, llevó a la fundación del brazo armado de la revolución con las características que había tenido en otros procesos revolucionarios. Por eso, el ERP se constituía como un frente de masas con definiciones menor al del partido. El objetivo era la construcción de un ejército revolucionario al cual, como en todas las revoluciones, debían incorporarse al combate no sólo los cuadros revolucionarios del partido sino sectores de masas.

    El PRT no sólo proclamó la necesidad de organizar la violencia, sino que, además, con su decisión y su acción, contribuyó a generar, por primera vez, un profundo debate entre lxs marxistas sobre estos asuntos en el país, y, sobre todo, lo puso en práctica.

    La posición del PRT sobre la dinámica de la lucha armada en Argentina, que proclama la fundación del ERP, no fue la única existente entre lxs marxistas revolucionarios durante aquellos años. Pero fue, sin duda, la de mayor desarrollo y solidez.

    Podríamos sintetizarla citando las resoluciones sobre su fundación: “…en el proceso de guerra revolucionaria iniciado en nuestro país, nuestro partido ha comenzado a combatir con el objetivo de desorganizar a las fuerzas armadas del régimen para hacer posible la insurrección victoriosa del proletariado y el pueblo.” (Resolución de fundación del ERP, V Congreso, 1970).

    La concepción de la relación partido-ejército, según el PRT, se puede resumir así: “Ejército y partido son dos organizaciones diferentes, con tareas distintas y complementarias. El ejército es el brazo armado, la fuerza militar de la clase obrera y el pueblo, del que se sirve el pueblo revolucionario en la lucha armada contra el ejército burgués. El partido, en cambio, es una organización exclusivamente proletaria, cualitativamente superior que se constituye en la dirección política revolucionaria de todo el pueblo, en todos los terrenos de lucha, tanto en el terreno militar como en el económico, político, etcétera.” 

A modo de cierre

Frente a la propaganda burguesa que ataca, demoniza, estigmatiza y oculta sistemáticamente las mejores experiencias obreras y ante la valoración de distintas organizaciones de la izquierda argentina que también han contribuido a una mirada tergiversada y sesgada sobre la lucha de clases de los 70’ y sobre el PRT-ERP en particular, desde Fogoner★s y PRC queremos destacar y reivindicar, a través del recordatorio de estos compañerxs asesinadxs por la dictadura, aquella experiencia política que, para nuestras organizaciones, constituye el mayor ejemplo revolucionario que dio a la fecha nuestra clase trabajadora.

Lejos de un raconto nostálgico o una simple efeméride, este breve rescate de aquella experiencia nos sirve para pensarnos en el presente, en cada una de las batallas en la que intervenimos, en la lucha política junto a nuestra clase contra la burguesía, en la lucha por la revolución y el socialismo.

Nos mueve el deseo de cambiarlo todo, tal como a lxs compañerxs del PRT ERP.

Compañerxs Roberto Santucho, Liliana Delfino, Benito Urteaga, Domingo Menna, Fernando Gertel y Ana Lanzilotto, ¡presentes!, ¡ahora y siempre!

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