Crisis en el gobierno del FdT

Cambios en el gabinete: van por massa ajuste

Terrorismo económico

Banqueros, terratenientes, cerealeras, industriales, en fin, la clase dominante en su conjunto, está empujando la crisis económica como un factor de disciplinamiento social que cristalice una relación de fuerzas más desfavorable para la clase trabajadora.

Mediante las remarcaciones de precios, licúan el poder adquisitivo de los salarios e ingresos de lxs trabajadorxs. Mediante el acaparamiento de los granos empujan la devaluación del peso. Todo para garantizarse ganancias aún mayores. Los banqueros siguen aprovechando el negocio de las Leliqs (bonos emitidos por el Banco Central que sólo pueden comprar los bancos) y del endeudamiento del Estado a corto plazo con tasas de interés superiores a la inflación. 

Esta combinación de acciones de los diferentes sectores de la burguesía profundiza la crisis económica y a su vez condiciona las salidas posibles de la misma. El escenario más probable es una nueva devaluación del peso, no ya en goteo como viene ocurriendo desde que asumió el FdT, sino bruscamente. La aplicación del “Dólar soja”1 como un beneficio extraordinario para cerealeras y terratenientes es el reconocimiento de la senda devaluadora.

En este marco, la clase trabajadora viene padeciendo la pérdida del poder adquisitivo semana a semana. La precarización laboral, la desocupación y los bajos salarios que fuerzan a trabajar más de ocho horas en más de un empleo para sobrevivir operan como un refuerzo disciplinador que está utilizando la burguesía para lograr sus objetivos de consolidar una reforma laboral flexibilizadora sin ley.

El gobierno de Alberto y Cristina o de Massa y Cristina, ya que el presidente ha pasado a ser una figurita decorativa o un prestanombre, desde el inicio asumió la agenda de los capitalistas. De ahí la política de desenganchar las jubilaciones de la ley de movilidad en beneficio de los bancos, el reconocimiento de la deuda tomada por el macrismo, el acuerdo con el FMI y el beneficio permanente hacia los sectores concentrados de la economía como puede verse en la negativa a no aplicar mayores retenciones a las patronales rurales. La clase trabajadora ha visto cómo el gobierno del FdT no cumplió ni una de sus promesas electorales y al contrario empeoró la situación de millones de compañerxs.

Massa ministro de economía

El ingreso de Massa al gabinete como ministro de Economía no hace más que confirmar el rumbo derechista del FdT desde el inicio de su mandato. El nuevo ministro es un reconocido representante de la embajada yanqui y amigo de banqueros e industriales, preconizador de la reforma laboral al estilo macrista para bajar “costos laborales”. También es un conocido vigilante que llenó de cámaras el partido de Tigre y armó su fuerza policial municipal, el “COT”, que tiene muchos casos de torturas y gatillo fácil. Massa ha favorecido siempre a los Barrios Cerrados que ocupan el espacio de Tigre con sus terraplenes y paredones que propician la inundación de los barrios populares.

El empoderamiento de Massa es un mensaje a la burguesía, un llamado a acordar los términos de la maximización de las ganancias empresariales y a detener la dinámica de crisis que puede terminar con el gobierno del FdT. Es como muchxs dicen, la última carta que le queda a este gobierno. 

Desde el punto de vista de Massa es la posibilidad de manejar la crisis y quedar en la carrera presidencial para 2023, aunque también podría ser simplemente la antesala del final anticipado del gobierno.

Mientras preparan los anuncios venideros y se reordena todo el gabinete de ministrxs, la patronales y la oposición siguen apostando a marcar el camino que debe hacer el nuevo ministro, esto es, ajuste fiscal, aumento de tasas de interés, devaluación. En concreto estas tres medidas implican recesión -con riesgo de despidos y suspensiones-, mayor inflación, licuando los magros ingresos de la población, y encarecimiento del crédito que también golpea a las familias trabajadoras hoy tremendamente endeudadas.

Los planes de estabilización económica en la historia de nuestro país se han hecho siempre cargando el peso sobre las espaldas de la mayoría. Massa viene a administrar un mazazo sobre la clase trabajadora tal como pide la burguesía.

Poné la fecha, la yuta que te parió

Mientras todo esto ocurre, la CGT y la CTA callan vergonzosamente o peor aún saludan en comunicados y declaraciones la asunción del nuevo ministro.

La colaboración de la burocracia sindical es fundamental en este escenario. El terrorismo económico desplegado por la burguesía debe ser contestado con acciones de fuerza de lxs trabajadorxs para ponerlos en caja. Pero las diferentes dirigencias peronistas administran el miedo que la burguesía siembra y repiten a coro la “falta de relación de fuerzas”.

Lo mismo ocurre con la dirigencia peronista de los movimientos sociales, que trabaja activamente en adormecer a sus bases. Sin embargo, entre los movimientos sociales, el sector de la Unidad Piquetera viene desarrollando un plan de lucha muy importante y masivo que pone en evidencia la colaboración con el ajuste de los peronistas del FdT.

En concreto, las burocracias peronistas de la CGT, la CTA y de los movimientos sociales, con su inacción, colaboran abiertamente con el empoderamiento de la clase capitalista, y concluyen que no queda otra que apoyar el ajuste que el gobierno aplicó hasta acá y que va a continuar.

No sirven para luchar por nuestros intereses y con su quietud colaboran para el desarme de nuestra clase, consolidando una relación de fuerzas funcional al terrorismo económico que despliega la clase dominante de la mano del propio gobierno.

No se aguanta más

Esta sensación que recorre por los cuerpos de lxs laburantes es necesario transformarla en deliberación, en discusión y en organización para construir poder obrero real.

Si las dirigencias peronistas siguen en la inacción, es necesario que el movimiento de trabajadorxs tome sus propias iniciativas. Como aquel 7 de marzo de 2017 en el que bajamos el atril de la CGT por su colaboración con el macrismo y le impusimos el paro general, hoy debemos hacer lo mismo.

Discutir en los lugares de trabajo, estudio y en los barrios la necesidad de enfrentar el terrorismo de la burguesía mediante acciones de lucha, con asambleas, piquetes, huelgas, ocupaciones y toda medida que sirva para ponerle un freno a las patronales.

Hoy sectores de trabajadores están empezando a enfrentar la situación de ajuste como es el caso de la docencia de varias provincias entre las que destacan la huelga autoconvocada de La Rioja, el parazo de Mendoza o el no inicio de clases planteado en Rio Negro. Pero también el SUTNA viene llevando un plan de lucha que se profundiza esta quincena ante la cerrazón de las patronales. 

Estos ejemplos, todavía pequeños en magnitud, sirven para mostrar que no todo es pasividad y quietud, y que se puede enfrentar a las patronales con decisión y organización. Eso es lo que tenemos que promover en cada sector.

  1. Régimen especial que les permite a los agroexportadores ubicar el 70% de la liquidación  en un un depósito bancario atado al dólar oficial, y el otro 30% para comprar dólar solidario.

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