Con los pañuelos en alto…NI UN PASO ATRÁS

Hacemos nuestras las palabras de lxs compañerxs de la organización Fogonerxs sobre la muerte de Hebe de Bonafini.

Sin dudas las Madres de Plaza de Mayo son una gran referencia de la resistencia de nuestro pueblo contra el terrorismo de Estado, así como de la continuidad de la lucha para enfrentar las injusticias, sosteniendo en los momentos más difíciles las banderas históricas, el Presente Hoy y Siempre de lxs 30.000 compañerxs, exigiendo Juicio y Castigo para los Genocidas de Ayer y de Hoy, planteando que No Perdonamos Ni Nos Reconciliamos con los asesinos de nuestro pueblo, y que La Única Lucha que se Pierde es la que se Abandona.
Los pañuelos de las madres estuvieron y siguen estando presentes cuando luchamos Contra el Pago de la Ilegítima y Fraudulenta Deuda Externa, en las enormes luchas de estatales y estudiantiles en los 90, con el movimiento piquetero, en las puebladas. La imagen de las madres con sus pañuelos en el 2001 enfrentando en la Plaza de Mayo a los caballos de la policía quedaron grabados para siempre en la memoria histórica de nuestro pueblo. Para quienes estuvimos en Puente Pueyrredón en el 2002, no podemos dejar de rescatar la actitud de las madres de encarar, como punta de lanza, a todas las fuerzas de seguridad abriendo el camino para que pasemos las columnas de las organizaciones en pleno gobierno de Duhalde. La lucha sigue, las ideas no se negocian. Los pañuelos de las madres están presentes en las luchas por vivienda como en Guernica, contra el Extractivismo, contra el Gatillo Fácil y por la Libertad de Lxs Presxs Políticos por Luchar, contra el patriarcado, por Ni Una Menos y por todas las reivindicaciones del movimiento de mujeres y disidencias, sosteniendo la bandera contra el pago de la Deuda y el acuerdo con el FMI, solidarizándose con todas las luchas obreras. El pañuelo de las madres está en cada joven que se revela frente a la opresión del Estado, en cada piedra que se levanta contra la policía… Las ideas no se negocian.
No olvidamos cuando Hebe y todas las Madres de Plaza de Mayo se ponían al frente de muchos procesos de lucha históricos, convocando a la juventud a la lucha, a la rebelión, a ganar las calles, plazas y rutas. Resuenan en nuestros oídos los discursos de Hebe diciendo con toda claridad en las marchas de la resistencia que “el Estado capitalista es terrorista” y nos enseñó a no confiar en los gobiernos de turno que administran este sistema y llamando a continuar la lucha revolucionaria de los 70, la de lxs 30.000 por cambiarlo todo de raíz, reivindicando el único camino el de la liberación, participando en las asambleas piqueteras y planteando que en esos procesos, en esa nueva militancia, veía a lxs hijxs de las madres…
Y porque reivindicamos esa referencia, porque hay quienes seguimos levantando esas banderas, es necesario que también planteemos con firmeza, como lo hemos hecho en varias oportunidades, que fue una claudicación el camino que decidió seguir Hebe a partir de haberse incorporado al gobierno Kirchnerista allá por el 2003 y alinearse definitivamente a esa fracción del PJ que es una variante más de la burguesía. Tampoco olvidamos cuando planteó que no había más marchas de la resistencia porque «siempre hemos marchado en contra del poder, contra los que nos engañaron, nos traicionaron, hoy el Presidente es un amigo de las Madres»… En ese camino, el de la institucionalización estatal de Hebe y de buena parte de las madres y otros organismos de Derechos Humanos: saludó el pago de miles de millones de dólares al FMI; tuvo lamentables declaraciones cuando desapareció Julio López; le entregó a Aníbal Fernández, asesino de Kosteki y Santillán, el pañuelo de las madres; se abrazó con el torturador Milani diciendo que ahora eran las fuerzas armadas de la democracia. El kirchnerismo tuvo una gran habilidad para colocar tras sus filas a organizaciones y compañerxs que eran parte de las luchas del pueblo trabajador, bajo el discurso de que levantaban las banderas en defensa de los derechos humanos lograron el objetivo de contener buena parte de toda esa fuerza que el pueblo venía construyendo genuinamente, y colocar esa referencia a su favor para avanzar con los planes estratégicos de las multinacionales, bancos y patronales locales.
La lucha de clases tiene sus contradicciones. Para mirar hacia adelante el camino que tenemos que continuar construyendo, tenemos que tomar los mejores ejemplos de nuestra historia, y a la vez con humildad y honestidad ser profundamente críticxs y seguir con firmeza defendiendo nuestros intereses de clase, sin caer en oportunismos.
Sigamos sosteniendo en alto las banderas de lxs 30.000 y por la revolución socialista.
La Lucha Sigue, y la Única que se Pierde es la que se Abandona.

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