En una jornada histórica, con vigilias de apoyo a lo largo y ancho del país y decenas de miles de personas concentradas alrededor del Congreso, el pasado miércoles 30 de diciembre el Senado argentino aprobó la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Con 38 votos a favor 29 en contra y una abstención se convirtió en ley el proyecto que venía con media sanción de la cámara de diputados y que daría marco legal al derecho de toda persona con capacidad de gestar a acceder a la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de gestación.
La letra de la ley
El proyecto que se discutió no fue el presentado ocho veces por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto si no uno elaborado por el Poder Ejecutivo a mediados de noviembre y aun así, fue sometido a varias modificaciones para poder lograr la aprobación:
• Habilita la objeción de conciencia, lo que significa, por un lado, que quien deba intervenir de manera directa en la interrupción del embarazo puede ejercer su derecho a no realizar la intervención basándose en sus creencias personales. Por otro lado, al no prohibir explícitamente la objeción de conciencia institucional, no hay garantías explícitas de la ejecución de la IVE ya que recae sobre el o la profesional individual objetor el hecho de “Derivar de buena fe a la paciente para que sea atendida por otro u otra profesional”.
Es muy importante señalar que esta concesión hecha por el Frente de Todos a los sectores antiderechos compromete seriamente que la conquista del derecho al aborto legal se ponga en práctica en cada rincón del país. Como sucede con muchísimos otros derechos, su efectiva aplicación dependen y dependerán de la correlación de fuerzas que se consiga entre el movimiento de lucha y los sectores reaccionarios en cada provincia, de la movilización y la continuidad de la lucha por el derecho a decidir.
• Si bien se establece que la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) será viable en todos los casos solo con la solicitud de las “mujeres y personas con otras identidades de género con capacidad de gestar” hasta la semana 14, también se mantienen las penalidades establecidas por el artículo 88 del Código Penal, que indican plazos de 3 meses a 1 año de prisión pasadas las 14 semanas de gestación. Mantener las penas, aun siendo excarcelables, es una clara maniobra para continuar con la criminalización y estigmatización del aborto en pos obviamente de desalentar el derecho a decidir sobre su cuerpos de las personas con capacidad de gestar.
• Extiende de 5 a 10 días la habilitación al acceso a una IVE desde que la persona gestante haga el requerimiento, contribuyendo así a dilatar los plazos.
Separación de las iglesias del Estado
El sector antiderechos no descansa. Luego de que la ley de IVE fuera aprobada, sectores con fuertes vínculos con la iglesia ya amenazan con presentar un recurso en la Justicia Federal buscando impedir su implementación declarando su inconstitucionalidad. Es por ello que es necesario avanzar de lleno en la separación de las iglesias del Estado, teniendo en cuenta que esta será otra ardua lucha ya que esta “alianza” está fomentada desde el mismo gobierno y los partidos mayoritarios mediante la creación de secretarías de Culto como es el caso del partido de La Matanza, la declaración de ciudades o provincias enteras como “pro-vida”, o dejando en manos de las iglesias evangélicas la coordinación de programas de asistencia que deberían ser tomados directamente por el Estado.
La capacidad de influencia y presión de las iglesias es mucho más dura en algunas provincias y ciudades puntuales. Por eso decimos que el triunfo histórico obtenido con esta ley, de ningún modo significan que la lucha haya concluido.
Lecciones de la lucha
Más allá de las concesiones en la letra de la ley, la presión de las cúpulas clericales y de que el oficialismo quiera presentarlo como un triunfo propio, es indudable que el derecho al aborto seguro, legal y gratuito es un logro histórico del movimiento feminista en Argentina que no se hubiera alcanzado sin la lucha de miles de compañeres organizades y movilizades desde hace años. Consideramos que la lucha no ha terminado, muy por el contrario, hemos avanzado a una nueva fase: la pelea por la aplicación efectiva de la IVE es la única forma que tenemos de sostener este triunfo. Por otra parte, sacamos de esto una lección muy importante: construir un nuevo piso de confianza en la capacidad política de las masas organizadas. La consigna “luchar sirve” se hace más que nunca tangible; el desafío es poder pensar y organizar todas las luchas de nuestra clase en esa clave.
PRC, 06/01/2021.
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